Continuando
con el desarrollo del tema sobre la Negación de la Negación, acudimos en esta
ocasión a Federico Engels, para recordarlo en una de sus grandes obras, EL ANTI-DÜHRING.
Allí, entre muchos temas dedicó uno de sus capítulos a esta ley fundamental de
la Dialéctica; que hoy, muchos llamados comunistas revolucionarios pretenden desconocer,
reduciendo todo a la ley de la Contradicción. Su estudio juicioso dará una
visión muy científica sobre el tema, y armará al Movimiento Comunista
Internacional para allanar el camino hacia la necesaria unidad en una Nueva
Internacional Comunista.
Periódico
Revolución Obrera
XIII. DIALÉCTICA.
NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN.
“Este
esbozo histórico [de la génesis de la llamada acumulación originaria de capital
en Inglaterra] es lo mejor, relativamente, en el libro de Marx, y aún sería
mejor si no se hubiera apoyado en la muleta hegeliana, además de hacerlo en la
erudición. La hegeliana negación de la negación tiene en efecto que prestar
aquí, a falta de medios mejores y más claros, los servicios de comadrona por
los cuales surge el futuro del seno del pasado. La supresión de la propiedad
individual que se ha producido del modo indicado desde el siglo XVI es la
primera negación. Le seguirá una segunda, que se caracteriza como negación de
la negación y, consiguientemente, como restablecimiento de la "propiedad
individual", pero en una forma superior fundada en la posesión común del
suelo y de los medios de trabajo. Cuando el señor Marx llama a esta nueva
"propiedad individual" también "propiedad social", se
manifiesta precisamente la unidad superior hegeliana, en la cual tiene que
estar superada la contradicción, a saber, superada y a la vez preservada, según
este juego de palabras... La expropiación de los expropiadores es, según esto,
el resultado, por así decirlo automático, de la realidad histórica en sus
relaciones materiales externas... Pero difícilmente se dejará convencer un
hombre razonable de la necesidad de la comunidad de suelo y capital en base a
esa confianza puesta en palabrerías hegelianas como la negación de la negación...
La nebulosa ambigüedad de las ideas marxianas no asombrará, por lo demás, al
que sepa qué puede conseguirse, o más bien destrozarse, con la dialéctica
hegeliana como fundamento científico. Para el que no conozca estas artes hay
que observar explícitamente que la primera negación es en Hegel el concepto del
catecismo que llamamos pecado original, y la segunda la de una superior unidad
que lleva a la
Redención. La lógica de los hechos no puede fundarse en esa
arbitraria analogía tomada de la religión... El señor Marx se queda tan
contento en el nebuloso mundo de su propiedad a la vez individual y social, y
confía a sus adeptos la tarea de resolver por sí mismos el profundo enigma
dialéctico.”
Hasta
aquí el señor Dühring.
Así,
pues, Marx no puede probar la necesidad de la revolución social, la necesidad
de una sociedad fundada en la propiedad colectiva de la tierra y de los medios
de producción creados por el trabajo, sino apelando a la hegeliana negación de
la negación, y al fundar su teoría socialista en ese capricho de analogía
tomado de la religión, [121] llega al resultado de
que en la sociedad futura dominará, como suprema unidad hegeliana de la
contradicción superada, una propiedad a la vez individual y social.