sábado, 4 de mayo de 2019

Declaración maoísta del 1 de mayo de 2019.


[Traducción literal] En la parte inferior está el original en inglés
Declaración maoísta del 1 de mayo de 2019.

Marxist Leninist Maoist Center of Belgium
Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist)

Con motivo de este nuevo primero de mayo, el Centro Marxista-Leninista-Maoísta de Bélgica y el Partido Comunista de Francia (Marxista-Leninista-Maoísta) expresan su confianza y entusiasmo por la creciente afirmación de la segunda ola de la revolución mundial.
La primera ola dio a luz, hace cien años, en marzo de 1919 a la Internacional Comunista; El segundo realizará el objetivo de éste: la unificación mundial y la realización del socialismo en todo el planeta.
La formación de una República Socialista Mundial es inevitable en el siglo XXI. La realización de la unificación completa de la Humanidad, sobre la base de las relaciones socialistas en la economía y en toda la sociedad, es cierta. No puede haber ninguna duda al respecto.


 
La resolución de los problemas ambientales, al establecer relaciones dialécticas de la humanidad con el planeta considerado como una biosfera, es inevitable. La comprensión de la naturaleza de la materia viva y su respeto va de la mano con la comprensión dialéctica materialista de la evolución general del universo eterno e infinito.
Afirmamos que el dominio del materialismo dialéctico y sus tesis fundamentales sobre el universo son la base misma para comprender la realidad y transformarla.
Es innegable que esto todavía requiere iniciativas formidables. Mao Zedong había hablado en la década de 1960 de los siguientes cincuenta a cien años, cuando la humanidad experimentaría trastornos como nunca antes. Estamos precisamente en este período y se trata de estar en primera línea. Somos como la vanguardia de la clase obrera en Bélgica y Francia.
Nosotros decimos: no habrá capitulación, ni retroceso, ni modificación de los fundamentos ideológicos, ni revisión de los principios fundamentales. Somos plenamente conscientes de la complejidad de las tareas que nos incumben, pero podremos asumirlas con vigor y con el mayor sentido de responsabilidad. Estamos llenos de optimismo sobre el futuro: el triunfo del comunismo corresponde al movimiento del universo mismo. El proletariado es la clase más revolucionaria de la historia.
Es cierto que en la metrópoli imperialista, la recomposición del tejido proletario sigue siendo un proceso continuo, que no sigue un camino lineal y aún requiere un trabajo sustantivo extremadamente importante. Todavía hay un trabajo titánico que hacer en esta área. Sin embargo, creemos que hemos comprendido las directrices generales necesarias. En este sentido, nuestras dos organizaciones están totalmente comprometidas en esta lucha para asegurar que el proletariado se recupere y vuelva a la reconquista de su identidad, que ha sufrido cambios profundos debido al aumento de las fuerzas productivas, más allá de las deformaciones profundas, errores significativos.
Este proceso de recomposición del tejido proletario corresponde a la emergencia de la segunda ola de la Revolución Mundial. Y el modo de producción capitalista, tanto en Bélgica como en Francia, experimenta tales problemas internos, debido a sus límites históricos, que cada vez es menos capaz de congelar las relaciones sociales por medio del aparato del Estado y la corrupción de una gran parte del proletariado. Esto había llevado, desde la década de 1950, al desplazamiento de la principal contradicción en la zona de tormentas: África, América Latina, Asia. Ahora estamos en un nuevo período.
También está la reafirmación de la ideología comunista que surge históricamente, a través de la maduración de los conflictos de clase y especialmente del papel impulsor de la difusión que desempeñan nuestras organizaciones. Aquí afirmamos muy claramente que las explicaciones que brindamos del materialismo dialéctico son las armas decisivas para tener las herramientas necesarias, en los campos teórico-práctico, intelectual y material, para hacer avanzar la Causa. No se trata de un aspecto secundario o de una filosofía acompañada de demandas simples, sino del núcleo duro de la afirmación comunista.
Sin embargo, no hace falta decir que sería un error considerar unilateralmente que la contradicción proletario-burguesa ya ha retomado su curso natural. Está muy lejos de ser el caso. Los restos ideológicos, culturales, sociales y políticos de los años 1950-1980 todavía están ampliamente presentes. Los años 1990-2010 también estuvieron marcados por un fortalecimiento de muchos aspectos del modo de producción capitalista, debido al progreso tecnológico, el colapso del bloque dominado por el socialimperialismo soviético y la integración en la economía mundial capitalista de China, que se convirtió en socialista fascista.
En este sentido, es incorrecto considerar un movimiento como los "chalecos amarillos" en Francia que no sea una expresión de la crisis capitalista en general y de la pequeña burguesía en particular. Hay un fenómeno de tijeras en el que todo lo que existe entre el proletariado y la burguesía es aplastado. Este fenómeno también es paralelo a muchos otros que, de manera similar, expresan el temor de ver que el capitalismo ya no puede garantizar la paz social, dar rienda suelta a los pequeños capitalistas, neutralizar a la clase trabajadora.
Las interpretaciones pequeñoburguesas de la crisis ecológica masiva y el aterrador ecocidio que causa, la agravación catastrófica del calentamiento global, la dramática condición animal, son también la expresión aterrorizada de las capas medias del capitalismo tomadas entre el martillo de las demandas proletarias y el yunque de capitalismo. En realidad son fenómenos correspondientes al límite histórico del capitalismo. Ha llegado el momento de su adelantamiento mundial.
Los discursos sobre un "mundo finito", sobre la necesidad de avanzar hacia un desarrollo económico "sostenible", de adoptar un modo de vida más "sobrio", no son más que un intento de frenar la rueda de la historia. El fascismo también reaparece más fuertemente como un requisito para un paso atrás en el tiempo. Los llamados a ser más "razonables" son siempre más numerosos dentro de las capas intelectuales parasitarias. Todo este catastrofismo es fundamentalmente ajeno a quien ha entendido la magnitud de los cambios en curso, su escala.
En realidad, la materia es inagotable y conocemos un momento de transformación general, tanto de la vida social como de la relación de la humanidad con el resto de la materia. Para estar a la altura de este proceso, debemos liberar las fuerzas productivas mediante la adopción de los principios del socialismo en todos los campos. Esto es lo que establecerá dinámicas productivas para toda la vida en la Biosfera que es el planeta, anunciando a medio plazo el proceso de colonización espacial y la difusión cada vez mayor de la vida.
Esto requiere una gran capacidad de autocrítica, en relación con la antigua forma de vida. Sólo el colectivismo es capaz de romper el individualismo y el egoísmo que caracterizan las iniciativas y los valores dominantes en el modo de producción capitalista. Solo una perspectiva basada en la noción de totalidad, del conjunto, del universalismo, puede permitir que la sociedad no caiga bajo los golpes del ultraindividualismo, de su consumo caprichoso, de su desprecio por toda moralidad y todo requerimiento social.
El modo de producción capitalista, en perdición, también produce solo horrores culturales y venenos ideológicos. El arte contemporáneo, el relativismo moral, el cinismo más escandaloso, el culto de los egos excesivos y la apariencia inútil, la literatura subjetivista, la música disonante como un valor en sí mismo o la música repetitiva y simplista con armonías simples ... El capitalismo aprovecha la sobreproducción de capital para vencer cada vez más aspectos de la vida cotidiana.
Esto es vano, sin embargo. Las masas se sienten fundamentalmente ajenas a toda esta decadencia, incluso si algunos sectores más o menos importantes pueden estar fascinados o momentáneamente desorientados. Las masas están del lado de la transformación y la cultura, la apertura y el desarrollo. Las fijaciones en la identidad, el fetichismo material, la superficialidad, son esencialmente ajenas a ellas. Aquí, el futuro se opone a la celebración de un pasado idealizado, el socialismo a la decadencia de la "cultura" en el capitalismo, al romanticismo anticapitalista que es el fascismo.
En Bélgica y Francia, la batalla es, por lo tanto, la que libera las iniciativas de las masas, eleva su conciencia y sus capacidades organizativas. La vanguardia abre aquí espacios y, a partir de la centralidad de los trabajadores, forma el movimiento que trae el surgimiento de la democracia popular como una propuesta estratégica. Se trata de hacer fallar el sistema dominante, de sacudirlo, ir a su asalto para el establecimiento de un nuevo Estado. Debemos estar seguros de la victoria aquí.

¡Viva la clase obrera, la clase más revolucionaria de la historia!
¡Viva su ideología: el materialismo dialéctico, hoy marxismo-leninismo-maoísmo!
¡La guerra popular hasta el comunismo!
¡Viva la segunda ola de la revolución mundial!

Centro marxista leninista maoísta de Bélgica
Partido Comunista de Francia (marxista-leninista-maoísta)
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Maoist Declaration of May 1, 2019
On the occasion of this new first of May, the Marxist-Leninist-Maoist Center of Belgium and the Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist) express their confidence and enthusiasm for the growing affirmation of the second wave of the world revolution.
The first wave had given birth, a hundred years ago, in March, 1919, to the Communist International ; the second will realize the objective of this one : the world unification and the realization of socialism on all the planet.
The formation of a World Socialist Republic is unavoidable in the 21st century. The realization of the complete unification of Humanity, on the basis of socialist relations in the economy and throughout society, is certain. There can be absolutely no doubt about it.
The resolution of the environmental problems, by establishing dialectical relations of humanity with the planet considered as a biosphere, is inevitable. The understanding of the nature of living matter and its respect goes hand in hand with the dialectical materialistic understanding of the general evolution of the eternal and infinite universe.
We affirm that the mastery of dialectical materialism and its fundamental theses on the universe are the very basis for understanding reality and transforming it.
It is undeniable that this still requires formidable initiatives. Mao Zedong had spoken in the 1960s of the next fifty to one hundred years, when humanity would experience upheavals like never before. We are precisely in this period and it is about being on the front line. We are as the vanguard of the working class in Belgium and France.
We say : there will be no capitulation, no turning back, no modification of the ideological fundamentals, nor revision of the main principles. We are fully aware of the complexity of the tasks incumbent upon us, but we will be able to assume them, with vigor and the greatest sense of responsibility. We are full of optimism about the future : the triumph of Communism corresponds to the movement of the universe itself. The proletariat is the most revolutionary class in history.
It is true that in the imperialist metropolis, the recomposition of the proletarian fabric is still an ongoing process, which does not follow a linear path and still requires an extremely important substantive work. There is still a titanic job to do in this area. We believe, however, that we have grasped the necessary general guidelines. In this sense, our two organizations are fully engaged in this struggle to ensure that the proletariat recovers itself and goes back to the reconquest of its identity, which has undergone profound changes due to the increase of the productive forces, beyond deep deformations, significant errors.
This process of recomposition of the proletarian fabric corresponds to the emergence of the second wave of the World Revolution. And the capitalist mode of production, both in Belgium and in France, experiences such internal problems, because of its historical limits, that it is less and less able to freeze social relations by means of the apparatus of State and corruption of a large part of the proletariat. This had led, since the 1950s, to the displacement of the main contradiction in the zone of storms : Africa, Latin America, Asia. We are now in a new period.
There is also the reaffirmation of the communist ideology that arises historically, through the maturation of class conflicts and especially the driving role of diffusion played by our organizations. Here we affirm very clearly that the explanations we provide of dialectical materialism are the decisive weapons to have the necessary tools, in the theoretical and practical, intellectual and material fields, to make advance the Cause. It is not a question of a side aspect or a philosophy accompanied by simple demands, but of the hard core of the communist affirmation.
It goes without saying, however, that it would be wrong to consider unilaterally that the proletarian-bourgeois contradiction has already resumed its natural course. It is very far from being the case. The ideological, cultural, social and political remains of the 1950-1980s are still widely present. The years 1990-2010 were also marked by a strengthening of many aspects of the capitalist mode of production, due to technological progress, the collapse of the bloc dominated by Soviet social-imperialism and integration into the capitalist world economy of China which became social-fascist.
In this sense, it is incorrect to consider a movement like the "yellow vests" in France other than as an expression of the capitalist crisis in general and the petty bourgeoisie in particular. There is a scissors phenomenon where everything between the proletariat and the bourgeoisie is crushed. This phenomenon is also parallel to many others who, similarly, express the fear of seeing capitalism not being longer able to ensure social peace, to give free rein to small capitalists, to neutralize the working class.
Petty-bourgeois interpretations of the massive ecological crisis and the terrifying ecocide it causes, the catastrophic aggravation of global warming, the dramatic animal condition, are also the terrorized expression of the middle layers of capitalism taken between the hammer of proletarian demands and the anvil of capitalism. They are actually phenomena corresponding to the historical limit of capitalism. The time of its world overtaking has arrived.
Discourses on a "finite world", on the need to move to "sustainable" economic development, to adopt a more "sober" way of life, are nothing more than an attempt to curb the wheel of History. Fascism also reappears more strongly as a requirement for a step back in time. Calls to be more "reasonable" are always more numerous within the parasitic intellectual layers. All this catastrophism is fundamentally foreign to who has understood the magnitude of the changes underway, their scale.
In reality, matter is inexhaustible and we know a time of general transformation, both of social life and of humanity’s relationship with the rest of matter. In order to live up to this process, we must liberate the productive forces by adopting the principles of socialism in all fields. This is what will establish productive dynamics for the whole of life in the Biosphere that is the planet, announcing in the medium term the process of spatial colonization and the ever greater diffusion of life.
This requires a great capacity for self-criticism, in relationship to the old way of life. Only collectivism is able to break the individualism and selfishness that characterize the initiatives and dominant values in the capitalist mode of production. Only a perspective based on the notion of totality, of the whole, of universalism, can allow society not to fall under the blows of ultra-individualism, of its capricious consumption, of its contempt for all morality and all social requirement.
The capitalist mode of production, in perdition, also produces only cultural horrors and ideological poisons. Contemporary art, moral relativism, the most outrageous cynicism, the cult of excessive egos and futile appearance, subjectivist literature, dissonant music as a value in itself or repetitive and simplistic music with simple harmonies... Capitalism takes advantage of the overproduction of capital to overrun ever more aspects of everyday life.
This is vain, however. The masses feel fundamentally alien to all this decadence, even if some sectors being more or less important may be fascinated or momentarily disoriented. The masses are on the side of transformation and culture, openness and development. Fixations on identity, material fetishism, superficiality, are essentially foreign to them. Here, the future opposes itself to the celebration of an idealized past, Socialism to the decadence of "culture" in capitalism, to that anticapitalist romanticism that is fascism.
In Belgium and France, the battle is therefore the one to free the initiatives of the masses, to raise their consciousness and their organizational capacities. The avant-garde opens here spaces and, starting from workers’ centrality, forms the movement bringing the emergence of the People’s Democracy as a strategic proposition. It is a question of making falter the dominant system, of shaking it, go to its assault for the establishment of a new State. We must be certain of victory here.
Long live the working class, the most revolutionary class in history !
Long live its ideology : dialectical materialism, today Marxism-Leninism-Maoism !
People’s war up to Communism !
Long live the second wave of the world revolution !
Marxist Leninist Maoist Center of Belgium
Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist)

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