[Traducción
literal] En la parte inferior está el original en inglés
Declaración maoísta del 1 de
mayo de 2019.
Marxist Leninist Maoist Center of Belgium
Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist)
Con motivo de este nuevo primero de mayo, el Centro
Marxista-Leninista-Maoísta de Bélgica y el Partido Comunista de Francia
(Marxista-Leninista-Maoísta) expresan su confianza y entusiasmo por la
creciente afirmación de la segunda ola de la revolución mundial.
La primera ola dio a luz, hace cien años, en marzo de 1919 a la
Internacional Comunista; El segundo realizará el objetivo de éste: la
unificación mundial y la realización del socialismo en todo el planeta.
La formación de una República Socialista Mundial es inevitable en el siglo XXI. La realización de la unificación completa de la Humanidad, sobre la base de las relaciones socialistas en la economía y en toda la sociedad, es cierta. No puede haber ninguna duda al respecto.
La formación de una República Socialista Mundial es inevitable en el siglo XXI. La realización de la unificación completa de la Humanidad, sobre la base de las relaciones socialistas en la economía y en toda la sociedad, es cierta. No puede haber ninguna duda al respecto.
La resolución de los problemas ambientales, al establecer relaciones
dialécticas de la humanidad con el planeta considerado como una biosfera, es
inevitable. La comprensión de la naturaleza de la materia viva y su respeto va
de la mano con la comprensión dialéctica materialista de la evolución general
del universo eterno e infinito.
Afirmamos que el dominio del materialismo dialéctico y sus tesis
fundamentales sobre el universo son la base misma para comprender la realidad y
transformarla.
Es innegable que esto todavía requiere iniciativas formidables. Mao Zedong
había hablado en la década de 1960 de los siguientes cincuenta a cien años,
cuando la humanidad experimentaría trastornos como nunca antes. Estamos
precisamente en este período y se trata de estar en primera línea. Somos como la
vanguardia de la clase obrera en Bélgica y Francia.
Nosotros decimos: no habrá capitulación, ni retroceso, ni modificación de
los fundamentos ideológicos, ni revisión de los principios fundamentales. Somos
plenamente conscientes de la complejidad de las tareas que nos incumben, pero
podremos asumirlas con vigor y con el mayor sentido de responsabilidad. Estamos
llenos de optimismo sobre el futuro: el triunfo del comunismo corresponde al
movimiento del universo mismo. El proletariado es la clase más revolucionaria
de la historia.
Es cierto que en la metrópoli
imperialista, la recomposición del tejido proletario sigue siendo un proceso
continuo, que no sigue un camino lineal y aún requiere un trabajo sustantivo
extremadamente importante. Todavía hay un trabajo titánico que hacer en esta
área. Sin embargo, creemos que hemos comprendido las directrices generales
necesarias. En este sentido, nuestras dos organizaciones están totalmente
comprometidas en esta lucha para asegurar que el proletariado se recupere y vuelva
a la reconquista de su identidad, que ha sufrido cambios profundos debido al
aumento de las fuerzas productivas, más allá de las deformaciones profundas, errores significativos.
Este proceso
de recomposición del tejido proletario corresponde a la emergencia de la
segunda ola de la Revolución Mundial. Y el modo de
producción capitalista, tanto en Bélgica como en Francia, experimenta tales
problemas internos, debido a sus límites históricos, que cada vez es menos
capaz de congelar las relaciones sociales por medio del aparato del Estado y la
corrupción de
una gran parte del proletariado. Esto había llevado, desde la década de 1950, al
desplazamiento de la principal contradicción en la zona de tormentas: África,
América Latina, Asia. Ahora estamos en un nuevo período.
También está
la reafirmación de la ideología comunista que surge históricamente, a través de
la maduración de los conflictos de clase y especialmente del papel impulsor de
la difusión que desempeñan nuestras organizaciones. Aquí afirmamos muy claramente
que las explicaciones que brindamos del materialismo dialéctico son las armas
decisivas para tener las herramientas necesarias, en los campos
teórico-práctico, intelectual y material, para hacer avanzar la Causa. No se
trata de un aspecto secundario o de una filosofía acompañada de demandas
simples, sino del núcleo duro de la afirmación comunista.
Sin embargo,
no hace falta decir que sería un error considerar unilateralmente que la
contradicción proletario-burguesa ya ha retomado su curso natural. Está muy
lejos de ser el caso. Los restos ideológicos, culturales, sociales y políticos
de los años 1950-1980 todavía están ampliamente presentes. Los años 1990-2010
también estuvieron marcados por un fortalecimiento de muchos aspectos del modo
de producción capitalista, debido al progreso tecnológico, el colapso del
bloque dominado por el socialimperialismo soviético y la integración en la
economía mundial capitalista de China, que se convirtió en socialista fascista.
En este
sentido, es incorrecto considerar un movimiento como los "chalecos
amarillos" en Francia que no sea una expresión de la crisis capitalista en
general y de la pequeña burguesía en particular. Hay un fenómeno de tijeras en
el que todo lo que existe entre el proletariado y la burguesía es aplastado.
Este fenómeno también es paralelo a muchos otros que, de manera similar,
expresan el temor de ver que el capitalismo ya no puede garantizar la paz
social, dar rienda suelta a los pequeños capitalistas, neutralizar a la clase
trabajadora.
Las interpretaciones
pequeñoburguesas de la crisis ecológica masiva y el aterrador ecocidio que
causa, la agravación catastrófica del calentamiento global, la dramática
condición animal, son también la expresión aterrorizada de las capas medias del
capitalismo tomadas entre el martillo de las demandas proletarias y el yunque
de capitalismo. En realidad son fenómenos correspondientes al límite histórico
del capitalismo. Ha llegado el momento de su adelantamiento mundial.
Los
discursos sobre un "mundo finito", sobre la necesidad de avanzar
hacia un desarrollo económico "sostenible", de adoptar un modo de
vida más "sobrio", no son más que un intento de frenar la rueda de la
historia. El fascismo también reaparece más fuertemente como un requisito para
un paso atrás en el tiempo. Los llamados a ser más "razonables" son
siempre más numerosos dentro de las capas intelectuales parasitarias. Todo este
catastrofismo es fundamentalmente ajeno a quien ha entendido la magnitud de los
cambios en curso, su escala.
En realidad,
la materia es inagotable y conocemos un momento de transformación general,
tanto de la vida social como de la relación de la humanidad con el resto de la
materia. Para estar a la altura de este proceso, debemos liberar las fuerzas
productivas mediante la adopción de los principios del socialismo en todos los
campos. Esto es lo que establecerá dinámicas productivas para toda la vida en
la Biosfera que es el planeta, anunciando a medio plazo el proceso de
colonización espacial y la difusión cada vez mayor de la vida.
Esto requiere una gran capacidad de autocrítica, en relación con la antigua
forma de vida. Sólo el colectivismo es capaz de romper el individualismo y el
egoísmo que caracterizan las iniciativas y los valores dominantes en el modo de
producción capitalista. Solo una perspectiva basada en la noción de totalidad,
del conjunto, del universalismo, puede permitir que la sociedad no caiga bajo
los golpes del ultraindividualismo, de su consumo caprichoso, de su desprecio
por toda moralidad y todo requerimiento social.
El modo de producción capitalista, en perdición, también produce solo
horrores culturales y venenos ideológicos. El arte contemporáneo, el
relativismo moral, el cinismo más escandaloso, el culto de los egos excesivos y
la apariencia inútil, la literatura subjetivista, la música disonante como un
valor en sí mismo o la música repetitiva y simplista con armonías simples ...
El capitalismo aprovecha la sobreproducción de capital para vencer cada vez más
aspectos de la vida cotidiana.
Esto es vano, sin embargo. Las masas se sienten fundamentalmente ajenas a
toda esta decadencia, incluso si algunos sectores más o menos importantes
pueden estar fascinados o momentáneamente desorientados. Las masas están del
lado de la transformación y la cultura, la apertura y el desarrollo. Las
fijaciones en la identidad, el fetichismo material, la superficialidad, son
esencialmente ajenas a ellas. Aquí, el futuro se opone a la celebración de un
pasado idealizado, el socialismo a la decadencia de la "cultura" en
el capitalismo, al romanticismo anticapitalista que es el fascismo.
En Bélgica y Francia, la batalla es, por lo tanto, la que libera las
iniciativas de las masas, eleva su conciencia y sus capacidades organizativas.
La vanguardia abre aquí espacios y, a partir de la centralidad de los
trabajadores, forma el movimiento que trae el surgimiento de la democracia
popular como una propuesta estratégica. Se trata de hacer fallar el sistema
dominante, de sacudirlo, ir a su asalto para el establecimiento de un nuevo Estado.
Debemos estar seguros de la victoria aquí.
¡Viva la clase obrera, la clase más revolucionaria de la historia!
¡Viva su ideología: el materialismo dialéctico, hoy
marxismo-leninismo-maoísmo!
¡La guerra popular hasta el comunismo!
¡Viva la segunda ola de la revolución mundial!
Centro marxista leninista maoísta de Bélgica
Partido Comunista de Francia (marxista-leninista-maoísta)
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Maoist
Declaration of May 1, 2019
On the occasion of this new first of May, the Marxist-Leninist-Maoist
Center of Belgium and the Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist)
express their confidence and enthusiasm for the growing affirmation of the
second wave of the world revolution.
The first wave had given birth, a hundred years ago, in March, 1919, to
the Communist International ; the second will realize the objective of
this one : the world unification and the realization of socialism on all
the planet.
The formation of a World Socialist Republic is unavoidable in the 21st
century. The realization of the complete unification of Humanity, on the basis
of socialist relations in the economy and throughout society, is certain. There
can be absolutely no doubt about it.
The resolution of the environmental problems, by establishing
dialectical relations of humanity with the planet considered as a biosphere, is
inevitable. The understanding of the nature of living matter and its respect
goes hand in hand with the dialectical materialistic understanding of the
general evolution of the eternal and infinite universe.
We affirm that the mastery of dialectical materialism and its
fundamental theses on the universe are the very basis for understanding reality
and transforming it.
It is undeniable that this still requires formidable initiatives. Mao
Zedong had spoken in the 1960s of the next fifty to one hundred years, when
humanity would experience upheavals like never before. We are precisely in this
period and it is about being on the front line. We are as the vanguard of the
working class in Belgium and France.
We say : there will be no capitulation, no turning back, no
modification of the ideological fundamentals, nor revision of the main
principles. We are fully aware of the complexity of the tasks incumbent upon
us, but we will be able to assume them, with vigor and the greatest sense of
responsibility. We are full of optimism about the future : the triumph of
Communism corresponds to the movement of the universe itself. The proletariat
is the most revolutionary class in history.
It is true that in the imperialist metropolis, the recomposition of the
proletarian fabric is still an ongoing process, which does not follow a linear
path and still requires an extremely important substantive work. There is still
a titanic job to do in this area. We believe, however, that we have grasped the
necessary general guidelines. In this sense, our two organizations are fully
engaged in this struggle to ensure that the proletariat recovers itself and
goes back to the reconquest of its identity, which has undergone profound
changes due to the increase of the productive forces, beyond deep deformations,
significant errors.
This process of recomposition of the proletarian fabric corresponds to
the emergence of the second wave of the World Revolution. And the capitalist
mode of production, both in Belgium and in France, experiences such internal
problems, because of its historical limits, that it is less and less able to
freeze social relations by means of the apparatus of State and corruption of a
large part of the proletariat. This had led, since the 1950s, to the
displacement of the main contradiction in the zone of storms : Africa,
Latin America, Asia. We are now in a new period.
There is also the reaffirmation of the communist ideology that arises
historically, through the maturation of class conflicts and especially the
driving role of diffusion played by our organizations. Here we affirm very
clearly that the explanations we provide of dialectical materialism are the
decisive weapons to have the necessary tools, in the theoretical and practical,
intellectual and material fields, to make advance the Cause. It is not a
question of a side aspect or a philosophy accompanied by simple demands, but of
the hard core of the communist affirmation.
It goes without saying, however, that it would be wrong to consider
unilaterally that the proletarian-bourgeois contradiction has already resumed
its natural course. It is very far from being the case. The ideological,
cultural, social and political remains of the 1950-1980s are still widely
present. The years 1990-2010 were also marked by a strengthening of many
aspects of the capitalist mode of production, due to technological progress,
the collapse of the bloc dominated by Soviet social-imperialism and integration
into the capitalist world economy of China which became social-fascist.
In this sense, it is incorrect to consider a movement like the
"yellow vests" in France other than as an expression of the
capitalist crisis in general and the petty bourgeoisie in particular. There is
a scissors phenomenon where everything between the proletariat and the
bourgeoisie is crushed. This phenomenon is also parallel to many others who,
similarly, express the fear of seeing capitalism not being longer able to
ensure social peace, to give free rein to small capitalists, to neutralize the
working class.
Petty-bourgeois interpretations of the massive ecological crisis and the
terrifying ecocide it causes, the catastrophic aggravation of global warming,
the dramatic animal condition, are also the terrorized expression of the middle
layers of capitalism taken between the hammer of proletarian demands and the
anvil of capitalism. They are actually phenomena corresponding to the
historical limit of capitalism. The time of its world overtaking has arrived.
Discourses on a "finite world", on the need to move to
"sustainable" economic development, to adopt a more "sober"
way of life, are nothing more than an attempt to curb the wheel of History.
Fascism also reappears more strongly as a requirement for a step back in time.
Calls to be more "reasonable" are always more numerous within the
parasitic intellectual layers. All this catastrophism is fundamentally foreign to
who has understood the magnitude of the changes underway, their scale.
In reality, matter is inexhaustible and we know a time of general
transformation, both of social life and of humanity’s relationship with the
rest of matter. In order to live up to this process, we must liberate the
productive forces by adopting the principles of socialism in all fields. This
is what will establish productive dynamics for the whole of life in the
Biosphere that is the planet, announcing in the medium term the process of
spatial colonization and the ever greater diffusion of life.
This requires a great capacity for self-criticism, in relationship to
the old way of life. Only collectivism is able to break the individualism and
selfishness that characterize the initiatives and dominant values in the
capitalist mode of production. Only a perspective based on the notion of
totality, of the whole, of universalism, can allow society not to fall under
the blows of ultra-individualism, of its capricious consumption, of its contempt
for all morality and all social requirement.
The capitalist mode of production, in perdition, also produces only
cultural horrors and ideological poisons. Contemporary art, moral relativism,
the most outrageous cynicism, the cult of excessive egos and futile appearance,
subjectivist literature, dissonant music as a value in itself or repetitive and
simplistic music with simple harmonies... Capitalism takes advantage of the
overproduction of capital to overrun ever more aspects of everyday life.
This is vain, however. The masses feel fundamentally alien to all this
decadence, even if some sectors being more or less important may be fascinated
or momentarily disoriented. The masses are on the side of transformation and
culture, openness and development. Fixations on identity, material fetishism,
superficiality, are essentially foreign to them. Here, the future opposes
itself to the celebration of an idealized past, Socialism to the decadence of
"culture" in capitalism, to that anticapitalist romanticism that is
fascism.
In Belgium and France, the battle is therefore the one to free the
initiatives of the masses, to raise their consciousness and their
organizational capacities. The avant-garde opens here spaces and, starting from
workers’ centrality, forms the movement bringing the emergence of the People’s
Democracy as a strategic proposition. It is a question of making falter the
dominant system, of shaking it, go to its assault for the establishment of a
new State. We must be certain of victory here.
Long live the working class, the most revolutionary class in
history !
Long live its ideology : dialectical materialism, today
Marxism-Leninism-Maoism !
People’s war up to Communism !
Long live the second wave of the world revolution !
Marxist Leninist Maoist Center of Belgium
Communist Party of France (Marxist-Leninist-Maoist)
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