domingo, 26 de mayo de 2019

LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN


 Hablando de la Ley de la Negación de la Negación, hace más de un lustro se presentaba en Colombia una publicación con la siguiente idea: “A los intelectuales pequeño burgueses vacilantes, les aterroriza concebir que inevitablemente la sociedad debe transitar por la dura etapa del socialismo, donde la frugalidad, las limitaciones, los sacrificios y las guerras contra el cerco imperialista, serán la constante. Desconfían por ello en el Socialismo como paso obligado hacia el comunismo, por lo cual en el terreno filosófico algunos de sus representantes han desechado del marxismo leninismo maoísmo lo que no le conviene a su concepción, despreciando la ley que anuncia las revoluciones sociales y la dirección del progreso social, como lo son las leyes de los cambios cuantitativos y las transformaciones cualitativas y la negación de la negación, como la ley que indica la dirección del movimiento.”
Hoy por hoy, esta polémica tiene tanta vigencia como importancia para el futuro del Movimiento Comunista Internacional; por esa razón publicaremos algunos documentos históricos que contribuyen de manera importante al desarrollo de este debate.
Periódico Revolución Obrera
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LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN
(Artículo publicado en la Revista Contradicción No. 10 – Agosto 1992)


En el Folleto Nº 1 de «Contradicción» se publicó el artículo de Lenin «Carlos Marx». En él, al hacer una exposición resumida de la dialéctica materialista, Lenin dice: «La idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente casi en su integridad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la "negación de la negación"), un desarrollo que no discurre en línea recta, sino en espiral, por así decirlo; un desarrollo a saltos, a través de catástrofes y revoluciones, que son otras tantas "interrupciones en el proceso gradual", otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad; impulsos internos del desarrollo originados por la contradicción, por el choque de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo o en los límites de un fenómeno concreto, o en el seno de una sociedad dada; interdependencia e íntima e inseparable concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que la historia pone constantemente de manifiesto aspectos nuevos), concatenación que ofrece un proceso único y lógico de la dialéctica, doctrina del desarrollo mucho más compleja y rica que la teoría corriente. (Véase la carta de Marx a Engels del 8 de Enero de 1868, en la que se mofa de la `rígidas tricotomías' de Stein, que sería ridículo confundir con la dialéctica materialista).»
 
            La riqueza, complejidad y profundidad de esta concepción del desarrollo ha sido corroborada por todo el desarrollo de las ciencias de la naturaleza y por el movimiento social, desde la época de Lenin hasta el presente. A despecho de esto hemos visto en otras publicaciones opiniones contrarias, al menos en un punto importante, a esta exposición de Lenin, en lo que Lenin llama, siguiendo la terminología adoptada por Marx y Engels, «la negación de la negación».
            En el Folleto «Cuadernos Rojos 1. La ciencia de la revolución. Filosofía» escrito por el camarada Lenny Wolff leemos: «...la 'negación de la negación'-para decirlo francamente- no existe.»
            También cita un artículo publicado en el «Obrero Revolucionario» Nº 95, de 1981, del camarada Bob Avakian, donde se critica la negación de la negación: «Esto para mi huele a predeterminación y a la noción de la esencia inmutable de las cosas... el concepto de `negación de la negación' entra en antagonismo con la verdadera ley fundamental del materialismo dialéctico, la unidad de los contrarios (la contradicción)».
            En «Alborada Comunista» Nº 5 de abril de 1983 se afirma: «Los estudios de Mao Tsetung sobre la contradicción constituyen un gran avance en el desarrollo de la filosofía del marxismo-leninismo, especialmente en lo referente a la existencia de una sola ley de la dialéctica».
            Diversos aspectos de la dialéctica materialista han sido atacados en diversas épocas por los enemigos del marxismo, sobre todo en épocas de grandes conmociones o virajes o de crisis del movimiento comunista. Y estos ataques han confundido a cierto número de comunistas que han cedido terreno a la ideología burguesa.
            Todo el mundo objetivo no es otra cosa que el movimiento de la materia. El movimiento se realiza conforme a leyes objetivas, es decir que existen independientemente de la conciencia de los hombres. Pero la conciencia, nuestro conocimiento, que es el producto supremo de la materia, necesariamente refleja esas leyes objetivas. Además de las leyes particulares que las ciencias van estableciendo sobre movimientos particulares (en la física, la química, la biología, la sociedad) existen unas leyes generales, comunes a todas las formas de movimiento de la materia conocidas hasta ahora, cuyo reflejo en la conciencia de los hombres conforman la dialéctica subjetiva. «La dialéctica de la mente es simplemente la imagen refleja de las formas del movimiento del mundo real, así en la naturaleza como en la historia» (Engels, Dialéctica de la naturaleza).
            Los materialistas dialécticos siempre han sostenido una ardua lucha contra las tentativas de los representantes cultos de las clases dominantes para negar la existencia objetiva, independientes de la conciencia de los hombres, de esas leyes generales del movimiento.
            Marx y Engels, a quienes les correspondió luchar en los más diversos terrenos para consolidar la nueva concepción, la ideología científica del proletariado, con frecuencia les tocó hacer énfasis en una de las leyes generales del movimiento: el movimiento a saltos, la transición de cantidad a cualidad y viceversa. Les era necesario refutar el ataque de la burguesía contra esa idea de la dialéctica que justificaba los saltos, las revoluciones, en contra de la pacífica evolución y del gradual reformismo. Lenin reafirma, a la luz de los avances de la ciencia de su época, el carácter materialista de la dialéctica marxista. Mao Tse-tung desarrolla el núcleo, la esencia de la concepción dialéctica del desarrollo: la ley de la contradicción.
            Hoy, con el avance de las ciencias, ha surgido una tendencia entre los físicos a resucitar el positivismo como una reacción ante las encrucijadas que el propio avance de la física ocasiona: la multilateralidad y complejidad de las relaciones entre las distintas formas del movimiento de la materia aparentemente hacen desaparecer y ponen en duda las relaciones necesarias, las leyes, del movimiento. Se impone la reducción a la estadística, la incertidumbre, el caos y la imprevisibilidad en todos los campos del conocimiento. De una manera más o menos inconsciente se ha impuesto en las ciencias la concepción del movimiento, su complejidad, la concatenación de todos los diversos fenómenos del universo. Pero por lo mismo que es inconsciente, no logra ver en la complejidad más que el caos, la indeterminación, el azar y lo imprevisto.
            Claro está, la física actual, y las demás ciencias, no tienen sólo las limitaciones que surgen de la falta de una dialéctica consciente, se enfrenta además al freno que le imponen las relaciones sociales de producción capitalistas, las cuales en su fase imperialista ha atado, más firmemente que nunca antes, su desarrollo a los intereses económicos del capital y a la política e ideología reaccionarias que sobre ellas se levantan.
            "Todo se mueve, es verdad", dicen los profesores burgueses, anonadados por el cuadro general del universo que ha proporcionado la física; "todo está concatenado, es verdad" dicen los economistas burgueses perplejos ante las crisis que comienzan en la conchinchina y estremecen hasta la patagonia; "el movimiento lo es todo, pero el objetivo final es nada", rematan los políticos burgueses, ilusionados por el "nuevo orden imperialista mundial" y por el "fin de la historia".
            Y he aquí que algunos propagandistas del comunismo, frente a los triunfos de la dialéctica materialista, se dejan influir y no acosan a la burguesía hasta en ese último refugio del positivismo y no se atreven a difundir una de las bases mismas de su correcta concepción: el movimiento tiene dirección, y la ley más general que describe la dirección de todo movimiento es la negación de la negación.
            Hay razones objetivas que explican esta claudicación en un aspecto de la lucha, aún en camaradas que se han distinguido por defender, rescatar y aplicar con valor la ciencia del marxismo leninismo maoísmo: la derrota del proletariado en Rusia se presentó como un acontecimiento imprevisto. Y mucho más la derrota del comunismo en China ha llevado a la convicción de que eran acontecimientos y virajes imprevisibles, que el movimiento social no tiene dirección, tendencias de desarrollo y que por tanto, una parte de la concepción dialéctica del marxismo, precisamente la que más explica la dirección del movimiento, ya no es válida, que había que "sacar" esta ley general del arsenal general de la dialéctica y ponerse en concordancia con la ciencia oficial positivista que el imperialismo tiene aherrojada en las universidades.
            No es la primera vez que se ataca a la negación de la negación, ni la primera vez que se acusa al materialismo dialéctico de "metafísico" por usar este "galimatías" hegeliano. Ya en su época Dühring, quien pretendía encontrar la "forma fundamental de todas las acciones en la existencia del mundo y de su esencia" en el "esquematismo universal antagónico", rabiaba con sólo oír hablar a Marx de la negación de la negación. La respuesta le fue dada por extenso y detalladamente por Engels en el «Anti-dühring». Igualmente Lenin enfrentó la polémica sobre la negación de la negación con Mijailovski en el trabajo «Quienes son los "amigos del pueblo"»... en 1894.
            Y en general podemos encontrar en Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, la reiterada utilización de la negación de la negación como parte inseparable de su método dialéctico.
            En particular Mao Tse-tung, en dos de sus principales obras filosóficas, utiliza claramente esta ley general para explicar determinados procesos:
            «La concepción dialéctica del mundo surgió ya en la antigüedad, tanto en China como en Europa. Sin embargo, la antigua dialéctica tenía un carácter espontáneo e ingenuo; en razón de las condiciones sociales e históricas de entonces, no le era posible constituirse en teoría sistemática, y por eso no podía dar una explicación completa del universo y fue reemplazada mas tarde por la metafísica... Sólo cuando Marx y Engels, los grandes protagonistas del movimiento proletario, crearon la gran teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico sintetizando todo lo positivo conquistado en la historia del conocimiento humano y, en particular, asimilando críticamente los elementos racionales de la dialéctica hegeliana, se produjo en la historia del conocimiento humano una gran revolución sin precedentes» (Sobre la Contradicción).
            «Partir del conocimiento sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en ciclos infinitos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto» (Sobre la Práctica).
            Hay en estos dos pasajes de Mao una aplicación de la negación de la negación, en términos exactos y con todos sus elementos.
            Veamos cuáles son ahora los argumentos contra la negación de la negación, expuestos de una forma más completa, en el folleto del camarada Wolff.

LOS ARGUMENTOS CONTRA LA NEGACION DE LA NEGACION:
            En el folleto del camarada Wolff no se refutan los innumerables ejemplos que expresamente ilustran la negación de la negación, ni la generalizada utilización del concepto de negación de la negación, sin utilizar tal nombre, en todos los marxistas anteriores y especialmente en Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Es apenas natural que un marxista que pretende romper con una parte de las concepciones básicas de la dialéctica materialista, argumente minuciosamente en qué y dónde se equivocaron sus maestros en obras consideradas fundamentales en el desarrollo teórico del marxismo. Lejos de esto, el camarada Wolff se limita a los siguientes argumentos:
            a- «El primer aspecto incorrecto de la `negación de la negación' es que esta 'ley' no describe correctamente cómo cambian las cosas en realidad».
            Y es que hay alguna ley, que por si sola "describa" "correctamente" como cambian las cosas en realidad? Aun dando por descontado que las leyes más generales del movimiento están íntimamente relacionadas y que actúan a la vez y nunca una sola de ellas puede "describir" "correctamente" el cambio de las cosas, es necesario recordar que la dialéctica materialista no se reduce a ellas y a su interrelación. Ya Lenin, en el mismo pasaje donde apunta que lo más esencial de la dialéctica es la contradicción, nos da un resumen de 16 elementos de dialéctica. Debido a la importancia de la aclaración de Lenin sobre su visión de conjunto sobre la dialéctica, me permito citar todo el pasaje, en el cual, criticando una definición de Hegel "que no es clara", dice:
«Quizá se podrían presentar estos elementos con más detalle, como sigue:
Elementos de la dialéctica
1) la objetividad del examen (no ejemplos, no divergencias, sino la cosa misma en sí).
2) todo el conjunto de las múltiples relaciones de esa cosa con las otras.
3) el desarrollo de esa cosa (respective el fenómeno), su propio movimiento, su propia vida.
4) las tendencias (y los aspectos) internas contradictorias en esa cosa.
5) la cosa (fenómeno, etc.) como suma y unidad de los contrarios.
6) la lucha, respective el despliegue de esos contrarios, tendencias contradictorias, etc.
7) la unión del análisis y la síntesis, el análisis de las distintas partes y el conjunto, la suma de dichas partes.
8) las relaciones de cada cosa (fenómeno, etc.), no sólo son múltiples, sino generales, universales. Cada cosa (fenómeno, proceso, etc.), está vinculada con cada cual.
9) no sólo la unidad de los contrarios, sino las transiciones de cada definición, cualidad rasgo, aspecto, propiedad, a cada cual de los otros [¿a su contrario?].
10) el infinito proceso de revelación de nuevos aspectos, relaciones, etc.
11) el infinito proceso de profundización del conocimiento humano de la cosa, de los fenómenos, los procesos, etc., partiendo del  fenómeno  para  llegar  a la esencia y de la esencia menos profunda a otra más profunda.
12) de la coexistencia a la causalidad y de una forma de conexión y de interdependencia a otra forma más profunda, más general.

13) la repetición, en una etapa superior, de ciertos rasgos,
propiedades, etc., de la inferior y                                                     Negación de
14) el pretendido retorno a lo antiguo                                             la Negación  

15) la lucha del contenido con la forma, y a la inversa. El rechazo de la forma, la transformación del contenido.
16) la transición de la cantidad a la calidad y viceversa ((15 y 16 son ejemplos del 9º))

En Resumen, se puede definir la dialéctica como la doctrina de la unidad de  los contrarios. Esto encarna la esencia  de la dialéctica, pero requiere explicaciones y desarrollo». (Lenin, O.C. T.29, pág. 199-200-201)

            Puede un marxista, después que Lenin "detalló" en estos 16 "elementos" el método dialéctico, pretender que una "ley" dialéctica general, por sí sola, "describa" correctamente "cómo cambian las cosas en realidad"?


            b- «Hay tantos fenómenos que no corresponden de ninguna manera a la `negación de la negación' que en ningún caso se la puede denominar acertadamente una ley general», nos dice el camarada Wolff. Pero en apoyo de su afirmación nos trae 3 ejemplos, que si algo demuestran es la incomprensión de Wolff sobre lo que es la negación de la negación. Veámoslos:
            1- «¿En qué sentido es el socialismo una resurrección de ciertos elementos del feudalismo?». Y quién le dijo al camarada Wolff que la negación de la negación habla de "resurrección de ciertos elementos" de lo inicialmente negado?.
            Compárese esta amañada (no puedo darle otro nombre) interpretación de la dialéctica marxista a la interpretación que le da Marx en El Capital, al hacer el resumen de la «tendencia histórica de la acumulación capitalista»:

            «El sistema de apropiación capitalista que brota del régimen capitalista de producción, y por tanto la propiedad privada capitalista, es la primera negación de la propiedad privada individual, basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista engendra, con la fuerza inexorable de un proceso natural, su propia negación. Es la negación de la negación. Esta no restaura la propiedad privada ya destruida sino una propiedad individual que recoge los progresos de la era capitalista: una propiedad individual basada en la cooperación y en la posesión colectiva de la tierra y de los medios de producción producidos por el propio trabajo».


            Dónde están las supuestas "resurrecciones" de elementos del feudalismo en el socialismo?
            2- «La física de Einstein negó la física de Newton; ¿se puede decir que Einstein resucitó ciertos elementos de las teorías tolemáicas (una cosmología geocéntrica, precopernicana) al hacerlo (menos aún, como una parte esencial del proceso)?».
            En su afán de encontrar la "resurrección de ciertos elementos" que supuestamente la dialéctica le pone al desarrollo, el camarada Wolff sugiere una historia de la física curiosamente falsa. Las grandes etapas del desarrollo de la física como ciencia no son "teorías tolemáicas", "física de Newton", "física de Einstein". La historia de la física, si la dividimos en las grandes etapas, en las cuales evidentemente estaba pensando el camarada Wolff, son:
            - La atomística antigua, la física clásica de Newton, y la física moderna basada en la teoría de la relatividad y la física cuántica.
            3- «La guerra de Vietnam... ¿en qué sentido constituyó una "negación de la negación?»
            Si el camarada Wolff se esforzara, siquiera un poco, por comprender qué es la negación de la negación, se daría cuenta, al poner este ejemplo, de dos cosas: primera, que, en dialéctica materialista, un hecho histórico es apenas parte en interrelación con otros muchos del movimiento histórico. Por supuesto que la guerra de Vietnam no es de por sí una negación de la negación; segunda, que efectivamente, en conexión con la derrota que sufrió el imperialismo norteamericano en Vietnam, como causa y a la vez consecuencia de otros muchos acontecimientos (cada uno de los cuales, por sí mismo, considerado por separado no da una idea del real movimiento) se configuró una nueva fase del desenvolvimiento del imperialismo, signada por la contradicción interimperialista, materializada como la lucha entre los bloques de potencias encabezadas por Estados Unidos y la Urss; esta fase sí que es una negación de la anterior (de 1958 a 1972, en la cual «la principal contradicción en el mundo era entre el imperialismo y las naciones oprimidas...» como dice Raymond Lotta) y a la vez afirmación de la anteriormente negada (el período de 1948 a 1958, al cual «lo moldeó principalmente el conflicto entre el bloque imperialista y el campo socialista... Si la Unión Soviética hubiera seguido siendo socialista, el bloque imperialista de conjunto hubiera tenido que ir a la guerra contra ella. Su libertad de reestructurar el capital se hubiera visto más restringida», como lo describe Lotta).


            c- Otro argumento del camarada Wolff contra la negación de la negación es que "las cosas" que en apariencia sí "describe", son falsos ejemplos y toma dos de los clásicos ejemplos  de Marx y Engels. Dice así: «Tomemos por ejemplo el proceso del comunismo primitivo-sociedad de clases-comunismo. Al comunismo le negará entonces algún nivel superior de sociedad con importantes elementos de una sociedad de clases? No, obviamente que no.».

            Llama la atención aquí la infantil tricotomía a que se reduce la dialéctica del desarrollo de la sociedad. La verdad es que el marxismo jamás ha planteado el problema así. Lo más parecido es el siguiente pasaje de Engels: «Lo mismo ocurre en la historia. Todos los pueblos de cultura comienzan con la propiedad común de la tierra. En todos los pueblos que rebasan un determinado nivel originario, esa propiedad común se convierte en el curso de la evolución de la agricultura en una traba de la producción. Se supera entonces, se niega, se transforma en propiedad privada, tras pasar por estadios intermedios más o menos largos. Pero a un nivel de desarrollo superior, producido por la misma propiedad privada de la tierra, la propiedad privada se convierte a su vez en una traba de la producción como está ocurriendo hoy tanto con la pequeña propiedad del suelo como con la grande. Destaca entonces con necesidad la exigencia de negarla a su vez, de volver a transformar la tierra en propiedad colectiva. Pero esta exigencia no significa el restablecimiento de la propiedad colectiva originaria, sino la producción de una forma superior y más desarrollada de posesión colectiva, la cual, lejos de convertirse en una traba de la producción, le permitirá más bien finalmente desencadenarse y aprovechar plenamente los modernos descubrimientos químicos y los modernos inventos mecánicos».


            Respecto a la pregunta, desde ya podemos asegurar que efectivamente en la futura etapa del desarrollo de la sociedad sin clases, sobre la base del desarrollo material y espiritual de ella, inevitablemente habrá aparentes retornos a lo antiguo (como dice Lenin).
            El otro ejemplo es el del grano de cebada. Engels, en el Anti-dühring, pone el ejemplo, "que puede entender un niño", del desarrollo de un grano de cebada.
            Pues bien, el camarada Wolff, cita al camarada Bob Avakian en un pasaje de su trabajo llamado «Mas sobre la cuestión de la dialéctica», donde refiriéndose a este ejemplo, dice:
            «Esto para mi, huele a predeterminación y a la noción de la esencia inmutable de las cosas. Mao se opuso a este tipo de pensamiento cuando señaló que la herencia y la mutación son una unidad de contrarios. Engels mismo dice varias frases después que no es posible 'cultivar buena cebada' sin saber cómo hacerlo -lo cual es cierto, pero ¿quién dice que el cultivo de la cebada es lo 'característico' de ésta y el modo adecuado de negarla, y que el molerla no lo es?. (Aparentemente) hasta ahora el hombre y la naturaleza han hecho más de lo primero que de lo segundo con el grano de cebada, ¿pero es esto algo que no pueda cambiar? O ¿no podría cambiar el grano de cebada de otro modo?. En breve, cuando Engels insiste: `la primera negación ha de ser pues de tal naturaleza, que haga posible o permita que siga siendo posible la segunda... Esto dependerá del carácter especial de cada caso concreto', incluye un elemento metafísico en su explicación de la dialéctica. Agrega `Al moler un grano de cebada, al aplastar un insecto, ejecuto indudablemente el primer acto, pero hago imposible el segundo'. El segundo, como si hubiera `un segundo acto' obligatorio, necesario, `característico', predeterminado. Aquí se ve cómo el concepto de la `negación de la negación' entra en antagonismo con la ley fundamental del materialismo dialéctico, la unidad de los contrarios (la contradicción)».
            Para que el lector pueda juzgar quién "incluye un elemento metafísico en la explicación de la dialéctica", me permito citar los principales apartes de la explicación de Engels:
            «Pensemos en un grano de cebada. Billones de tales granos se muelen, se hierven y fermentan, y luego se consumen. Pero si un tal grano de cebada encuentra las condiciones que le son normales, si cae en un suelo favorable, se produce en él, bajo la influencia del calor y de la humedad, una transformación característica: germina; el grano perece como tal, es negado, y en su lugar aparece la planta nacida de él, la negación del grano. Pero ¿cuál es el curso normal de la vida de esa planta? La planta crece, florece, se fecunda y produce finalmente otros granos de cebada, y en cuanto que éstos han madurado muere el tallo, es negado a su vez. Como resultado de esta negación de la negación tenemos de nuevo el inicial grano de cebada, pero no simplemente reproducido, sino multiplicado por diez, veinte o treinta.... Mas puede aún objetarse: la negación aquí realizada no es una verdadera negación; también niego un grano de cebada cuando lo muelo.... Estas objeciones son realmente los argumentos capitales de los metafísicos contra la dialéctica, y plenamente dignos de esa limitación del pensamiento. En la dialéctica negar no significa simplemente decir no, o declarar inexistente una cosa, o destruirla de cualquier modo... No solo tengo que negar, sino que tengo que superar luego la negación... una negación de negación que consista en la pueril ocupación de poner y borrar alternativamente a o afirmar alternativamente de una rosa que es una rosa y no lo es, no puede obtener más que que una prueba de la necedad del que aplique tan tediosos procedimientos. Pese a lo cual los metafísicos pretenden demostrarnos que si realmente queremos ejecutar la negación de la negación, ése es el modo correcto de hacerlo."
            Sólo me resta agregar lo siguiente: si los hombres no supieran que tiene que haber un segundo acto "obligatorio", "necesario", "característico", "predeterminado", si desconocieran la dialéctica objetiva del grano de cebada y molieran todos los granos, en un dos por tres se quedarían sin cebada. En dónde está la metafísica, camarada Avakian? En los hombres que desde hace siglos cultivan cebada confiando en la necesidad objetiva de esa segunda negación y con ellos Engels? o en usted camarada Avakian?
            d- «El método encarnado en la `negación de la negación' le cierra el paso al futuro desarrollo y tiende a presentar el comunismo como el punto final».
            Definitivamente el camarada Wolff está reduciendo la concepción de la negación de la negación a las tricotomías hegelianas. Es precisamente al contrario: sólo la negación de la negación explica la conexión de las distintas etapas del movimiento. Como lo explica Lenin: «Ni la negación vacía, ni la negación inútil, ni la negación escéptica, la vacilación y la duda son características y substanciales de la dialéctica -que, sin duda, contiene el elemento de la negación y, además como su elemento más importante-, no, sino la negación como un momento de la conexión, como un momento del desarrollo, que retiene lo positivo, es decir, sin vacilaciones, sin eclecticismo alguno». (Cuadernos Filosóficos. O.C. T.29 pág.204-205)
            El infinito encadenamiento de negaciones negadas, es lo que le da continuidad, conexión, al movimiento. En la naturaleza y en la sociedad se manifiesta como saltos a través de contradicciones y con una determinada dirección, que no va al vacío o al azar. Y es precisamente lo que en el pensamiento se manifiestan como leyes, como determinaciones, como pensamiento dialéctico. Así la sociedad comunista no es de ninguna manera un "punto final" en el desarrollo de la sociedad; tendrá sus propias negaciones y ulteriormente será negada por otro tipo de organización de la sociedad.
            e- Dice Wolff: «La dialéctica que forjaron Marx y Engels, representó en general un salto tremendo y sin precedentes del conocimiento... sin embargo no resultó de la 'negación de la negación' en la esfera filosófica (una explicación que propuso Engels en un momento)... el ulterior surgimiento de contradicciones en la filosofía marxista no resultará en que una 'forma superior' de metafísica o idealismo niegue el marxismo, esas contradicciones se pueden resolver solamente reforjando el método de la dialéctica materialista a un nivel superior de síntesis -como ha pasado desde los tiempos de Marx y Engels». Y en seguida, en nota de pie de página, acusa a Engels de «tendencias a auspiciar una noción lineal, tipo uno-dos-tres del desarrollo» en el Anti-Dühring.


            Aquí se ve el pobre concepto que tiene el camarada Wolff del marxismo y la incomprensión básica de su desarrollo. El día que se "reforje" el marxismo, ya no será el marxismo. Pero mientras tanto cuáles son los hechos, en la naturaleza y en la sociedad o cuales nuevas formas del pensamiento, que demuestren que las cuestiones fundamentales, básicas del marxismo han sido superadas? Sólo aceptando uno de los primeros razonamientos del folleto, que aparece en la página 4, llegaríamos a tal conclusión: «El marxismo es una ciencia viviente y, como tal, la historia ha demostrado que muchas de sus ideas que una vez se consideraron verdades básicas o tesis fundamentales, tenían ciertos aspectos equivocados  o  eran  básicamente incorrectos». Y esto, dicho así, es una apología del revisionismo. Tanto así que el ejemplo que pone para probar esta afirmación, lo obliga a tergiversar un tanto la verdad histórica: la tesis, que jamás fue tenida como básica o fundamental, de que la revolución proletaria triunfaría primero en los países más desarrollados, la erige como tesis básica del marxismo y dice que no se cumplió porque la primera revolución proletaria que triunfó fue la de Octubre en Rusia, un país atrasado. Además de que, sin ser básica, era correcta, lo comprobó la primera revolución triunfante del proletariado que fue la Comuna de París.
            En particular, si la negación de la negación no existiera, tendríamos los comunistas que sacar de nuestra concepción general no sólo el capítulo 7 de la sección séptima de El Capital (tendencia histórica de la acumulación del capital) sino todo El Capital, y con él toda nuestra concepción del socialismo científico y nuestro método y toda pretensión de salvaguardar el futuro del movimiento obrero y con ello la razón misma de ser del partido comunista.
            Y en cuanto a que Engels propuso que la dialéctica materialista "resultó de la negación de la negación en la esfera filosófica", veamos lo que realmente dice Engels: «Así fue el viejo materialismo negado por el idealismo. Pero en el ulterior desarrollo de la filosofía resultó también insostenible el idealismo y fue negado por el moderno materialismo. Este, negación de la negación, no es la mera restauración del viejo, sino que inserta en los permanentes fundamentos del primero todo el contenido mental de la una evolución bimilenaria de la filosofía y de la ciencia natural, así como de esa misma historia de dos mil años».


EL MOVIMIENTO Y SU DIRECCION


            Es precisamente la ley general dialéctica que llamamos negación de la negación la que explica el sentido, la dirección, del movimiento: el ascenso, el progreso, el avance, el reemplazo de lo viejo por lo nuevo. Todas estas manifestaciones del movimiento no se dan de una manera lineal sino como aparentes ciclos, en los cuales cada avance es a la vez un retroceso, pero un ascenso en definitiva.
            Una forma abstracta del recorrido de todo movimiento complejo en química, en física, en biología, en la sociedad y el pensamiento ha sido clásicamente la analogía con el recorrido de un punto en una espiral.
            El camarada Wolff, que se niega a aceptar la negación de la negación, que le parece metafísica, lo mismo que al camarada Avakian, no tiene inconveniente en tomar la analogía que la dialéctica ha establecido entre la negación de la negación y la espiral, para decir que el desarrollo "en espiral" es una "ley importante" y "un aspecto del método dialéctico".
            No se percatan los camaradas que aquí hay sólo una analogía. La ley general dialéctica de la negación de la negación apenas si es análoga a una espiral, es "como si fuera un desarrollo en espiral", "por decirlo así" como dice Lenin. Pero reducir todo movimiento y su dirección a la espiral es un absurdo.
            Cuando más, en los movimientos más simples, en la física, muchos movimientos tienen la dirección de la espiral y por eso es una buena analogía, porque nos permite comparar un asunto complejo, la negación de la negación, con uno simple, el movimiento en espiral de las matemáticas. Pero no más. Pasar de ahí, a convertir el "movimiento en espiral" o las "espirales de desarrollo, en "ley importante" de la materia" o en "aspecto del método dialéctico" es una simplificación absurda de la dialéctica, que nos haría retroceder hasta los pitagóricos con sus esquemas numéricos de acuerdo a los cuales debería funcionar el universo.
            Esto requiere una explicación: el camarada Wolff se ve obligado, inconscientemente, a aceptar que en el concepto mismo de movimiento va implícito, además de la causa, el mecanismo y la dirección. Cuando el materialismo dialéctico dice movimiento, está diciendo, fundamentalmente, materia que se mueve por una causa determinada (automovimiento originado por la unidad y lucha de sus aspectos, fuerzas, tendencias, contradictorias), de una manera determinada (saltos en su desarrollo que son el trueque recíproco de calidad y cantidad) y en una dirección determinada, en el espacio y en el tiempo (sucesión de negaciones, en las cuales aspectos de lo negado es conservado y hay un aparente retorno a lo antiguo).
            Pero llevado por la analogía del desarrollo "en espiral" (y no "como en espiral"), generaliza hasta un punto tal que ve el absurdo de su propio propósito y advierte: «...aunque las cosas tienden a desarrollarse en espiral, no existe una 'gran espiral' que abarque toda la materia; o sea no quiere decir que toda la materia se mueve en una dirección determinada (como en un plan divino); sólo los procesos, cosas y entidades individuales, etc., tienden a desarrollarse en espiral».
            Y con esto da de lado su analogía simplista con la que trató de reemplazar la negación de la negación, lo que lo lleva de cabeza a otro error: tratar de reemplazarla por el "proceso de síntesis", concibiendo la síntesis como el "engullir" un aspecto de la contradicción por el otro.
            Y esta concepción de la síntesis como engullir, no es dialéctica. Es eclecticismo: la unidad y lucha de contrarios no da como resultado un movimiento en que uno de los aspectos simplemente se "traga" al otro, lo asimila y sigue subsistiendo unilateralmente como tal. Lo que hay es el triunfo de un aspecto sobre el otro, un salto cualitativo y un avance (una negación) hacia una etapa superior del movimiento.  No subsiste ninguno de los aspectos contradictorios anteriores, se niegan los dos. En el ejemplo que pone el camarada, de que el proletariado se "engulle" a la burguesía, no hay tal: el proletariado vence a la burguesía, pero al vencerla definitivamente, se niega a sí mismo. No queda ni el proletariado ni la burguesía. Y se realiza así una negación de la negación, un aparente ciclo, pero en realidad una revolución completa: la del "reino de la necesidad", que da origen (y continuidad) a otro, el del "reino de la libertad". Aquí se ve como la síntesis (dialéctica) es a la vez unidad y lucha de contrarios, salto y negación.

LA NEGACION DE LA NEGACIÓN Y LA LUCHA POLITICA
            Cuando se trata de poner la ciencia de la revolución en análoga situación a la que se encuentra (temporalmente) la ciencia de la naturaleza, se llega inevitablemente a que "el movimiento es todo... el resultado final es impredecible, indeterminado".
            Si no pudiéramos determinar la dirección, el objetivo (sí, el objetivo) del movimiento político de la clase obrera, los revolucionarios no podríamos hacer planes que correspondan a la dirección objetiva del movimiento social, lo cual nos llevaría al espontaneísmo, a la cegatonería, al "hagamos a ver que resulta" de los anarquistas. O cuando más, tendríamos que resignarnos a que tanto un plan como otro son igualmente buenos, todo dependería de la voluntad de los revolucionarios por llevarlos a la realidad.
            Pero por un lado o por otro, llegaríamos a que toda la compleja realidad de la sociedad, sus múltiples e interrelacionados fenómenos, las dificultades de la revolución, los reduciríamos siempre a "nudos" inextricables, a "situaciones imprevistas", desarrollos y virajes "inevitablemente imprevistos", etc.
            Pero el marxismo no se queda diciendo que cualquier cosa puede suceder. Como dice Lenin: «De la afirmación a la negación, de la negación a la "unidad" con lo afirmado, sin esto la dialéctica se convierte en una negación vacía, en un juego o en un escepticismo».



*****

            Una nota final: he juzgado de las opiniones del camarada Wolff por sí mismas y no he hecho mención a las citas que trae de un libro llamado "Talks on questions of philosophy", Chairman Mao talks to the people, ed. stuart schram. Pantheon Books, N.Y. 1974; anotando que "hay versión en español": Mao Tsetung espontáneo, pláticas y cartas: 1956-1971, México, Universidad Autónoma de Sinaloa, ediciones renacimiento, A.C. 1981". Aunque no me ha sido posible consultar dicho libro, tengo que juzgar por auténtico lo que allí se atribuye al camarada Mao Tse-tung, confiando en el buen juicio del camarada Wolff. Con esta salvedad no me queda más que afirmar, después de lo dicho en este artículo, que las citas de las conversaciones o pláticas de Mao (no escritas por él sino tomadas por asistentes a ellas), y tomadas por Wolff en su favor, para su exposición, son puntos de vista incorrectos, contradictorios con las concepciones de Mao Tse-tung expresadas por escrito en sus dos principales obras filosóficas; escritos que tuvo la ocasión de revisar antes de su publicación en las Obras Escogidas.


Aureliano S.
Julio 28 de 1992

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