Hablando de la Ley de la Negación
de la Negación, hace más de un lustro se presentaba en Colombia una publicación
con la siguiente idea: “A los
intelectuales pequeño burgueses vacilantes, les aterroriza concebir que
inevitablemente la sociedad debe transitar por la dura etapa del socialismo,
donde la frugalidad, las limitaciones, los sacrificios y las guerras contra el
cerco imperialista, serán la constante. Desconfían por ello en el Socialismo
como paso obligado hacia el comunismo, por lo cual en el terreno filosófico
algunos de sus representantes han desechado del marxismo leninismo maoísmo lo
que no le conviene a su concepción, despreciando la ley que anuncia las
revoluciones sociales y la dirección del progreso social, como lo son las leyes
de los cambios cuantitativos y las transformaciones cualitativas y la negación
de la negación, como la ley que indica la dirección del movimiento.”
Hoy por hoy, esta polémica tiene
tanta vigencia como importancia para el futuro del Movimiento Comunista
Internacional; por esa razón publicaremos algunos documentos históricos que
contribuyen de manera importante al desarrollo de este debate.
Periódico Revolución
Obrera
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LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN
(Artículo publicado en la Revista
Contradicción No. 10 – Agosto 1992)
En el Folleto Nº 1 de «Contradicción» se publicó el
artículo de Lenin «Carlos Marx». En él, al hacer una exposición resumida de la
dialéctica materialista, Lenin dice: «La
idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente casi en su
integridad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel,
sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y
Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de contenido que la
teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que parece repetir las etapas
ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la "negación de
la negación"), un desarrollo que no discurre en línea recta, sino en
espiral, por así decirlo; un desarrollo a saltos, a través de catástrofes y
revoluciones, que son otras tantas "interrupciones en el proceso
gradual", otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad;
impulsos internos del desarrollo originados por la contradicción, por el choque
de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo o
en los límites de un fenómeno concreto, o en el seno de una sociedad dada;
interdependencia e íntima e inseparable concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que
la historia pone constantemente de manifiesto aspectos nuevos), concatenación
que ofrece un proceso único y lógico de la dialéctica, doctrina del desarrollo
mucho más compleja y rica que la teoría corriente. (Véase la carta de Marx a Engels
del 8 de Enero de 1868, en la que se mofa de la `rígidas tricotomías' de Stein,
que sería ridículo confundir con la dialéctica materialista).»
La
riqueza, complejidad y profundidad de esta concepción del desarrollo ha sido
corroborada por todo el desarrollo de las ciencias de la naturaleza y por el
movimiento social, desde la época de Lenin hasta el presente. A despecho de
esto hemos visto en otras publicaciones opiniones contrarias, al menos en un
punto importante, a esta exposición de Lenin, en lo que Lenin llama, siguiendo
la terminología adoptada por Marx y Engels, «la negación de la negación».
En el
Folleto «Cuadernos Rojos 1. La ciencia de la revolución. Filosofía» escrito por
el camarada Lenny Wolff leemos: «...la
'negación de la negación'-para decirlo francamente- no existe.»
También
cita un artículo publicado en el «Obrero
Revolucionario» Nº 95, de 1981, del camarada Bob Avakian, donde se critica
la negación de la negación: «Esto para mi
huele a predeterminación y a la noción de la esencia inmutable de las cosas...
el concepto de `negación de la negación' entra en antagonismo con la verdadera
ley fundamental del materialismo dialéctico, la unidad de los contrarios (la
contradicción)».
En
«Alborada Comunista» Nº 5 de abril de 1983 se afirma: «Los estudios de Mao Tsetung sobre la contradicción constituyen un gran
avance en el desarrollo de la filosofía del marxismo-leninismo, especialmente
en lo referente a la existencia de una sola ley de la dialéctica».
Diversos
aspectos de la dialéctica materialista han sido atacados en diversas épocas por
los enemigos del marxismo, sobre todo en épocas de grandes conmociones o
virajes o de crisis del movimiento comunista. Y estos ataques han confundido a
cierto número de comunistas que han cedido terreno a la ideología burguesa.
Todo
el mundo objetivo no es otra cosa que el movimiento de la materia. El
movimiento se realiza conforme a leyes objetivas, es decir que existen
independientemente de la conciencia de los hombres. Pero la conciencia, nuestro
conocimiento, que es el producto supremo de la materia, necesariamente refleja
esas leyes objetivas. Además de las leyes particulares que las ciencias van
estableciendo sobre movimientos particulares (en la física, la química, la
biología, la sociedad) existen unas leyes generales, comunes a todas las formas
de movimiento de la materia conocidas hasta ahora, cuyo reflejo en la
conciencia de los hombres conforman la dialéctica subjetiva. «La dialéctica de la mente es simplemente la
imagen refleja de las formas del movimiento del mundo real, así en la
naturaleza como en la historia» (Engels, Dialéctica de la naturaleza).
Los
materialistas dialécticos siempre han sostenido una ardua lucha contra las
tentativas de los representantes cultos de las clases dominantes para negar la
existencia objetiva, independientes de la conciencia de los hombres, de esas
leyes generales del movimiento.
Marx
y Engels, a quienes les correspondió luchar en los más diversos terrenos para
consolidar la nueva concepción, la ideología científica del proletariado, con
frecuencia les tocó hacer énfasis en una de las leyes generales del movimiento:
el movimiento a saltos, la transición de cantidad a cualidad y viceversa. Les
era necesario refutar el ataque de la burguesía contra esa idea de la
dialéctica que justificaba los saltos, las revoluciones, en contra de la
pacífica evolución y del gradual reformismo. Lenin reafirma, a la luz de los
avances de la ciencia de su época, el carácter materialista de la dialéctica
marxista. Mao Tse-tung desarrolla el núcleo, la esencia de la concepción
dialéctica del desarrollo: la ley de la contradicción.
Hoy,
con el avance de las ciencias, ha surgido una tendencia entre los físicos a
resucitar el positivismo como una reacción ante las encrucijadas que el propio
avance de la física ocasiona: la multilateralidad y complejidad de las
relaciones entre las distintas formas del movimiento de la materia
aparentemente hacen desaparecer y ponen en duda las relaciones necesarias, las
leyes, del movimiento. Se impone la reducción a la estadística, la
incertidumbre, el caos y la imprevisibilidad en todos los campos del
conocimiento. De una manera más o menos inconsciente se ha impuesto en las
ciencias la concepción del movimiento, su complejidad, la concatenación de todos
los diversos fenómenos del universo. Pero por lo mismo que es inconsciente, no
logra ver en la complejidad más que el caos, la indeterminación, el azar y lo
imprevisto.
Claro
está, la física actual, y las demás ciencias, no tienen sólo las limitaciones
que surgen de la falta de una dialéctica consciente, se enfrenta además al
freno que le imponen las relaciones sociales de producción capitalistas, las
cuales en su fase imperialista ha atado, más firmemente que nunca antes, su
desarrollo a los intereses económicos del capital y a la política e ideología
reaccionarias que sobre ellas se levantan.
"Todo
se mueve, es verdad", dicen los profesores burgueses, anonadados por el
cuadro general del universo que ha proporcionado la física; "todo está
concatenado, es verdad" dicen los economistas burgueses perplejos ante las
crisis que comienzan en la conchinchina y estremecen hasta la patagonia;
"el movimiento lo es todo, pero el objetivo final es nada", rematan
los políticos burgueses, ilusionados por el "nuevo orden imperialista
mundial" y por el "fin de la historia".
Y he
aquí que algunos propagandistas del comunismo, frente a los triunfos de la
dialéctica materialista, se dejan influir y no acosan a la burguesía hasta en
ese último refugio del positivismo y no se atreven a difundir una de las bases
mismas de su correcta concepción: el movimiento tiene dirección, y la ley más
general que describe la dirección de todo movimiento es la negación de la
negación.
Hay
razones objetivas que explican esta claudicación en un aspecto de la lucha, aún
en camaradas que se han distinguido por defender, rescatar y aplicar con valor
la ciencia del marxismo leninismo maoísmo: la derrota del proletariado en Rusia
se presentó como un acontecimiento imprevisto. Y mucho más la derrota del
comunismo en China ha llevado a la convicción de que eran acontecimientos y
virajes imprevisibles, que el movimiento social no tiene dirección, tendencias
de desarrollo y que por tanto, una parte de la concepción dialéctica del
marxismo, precisamente la que más explica la dirección del movimiento, ya no es
válida, que había que "sacar" esta ley general del arsenal general de
la dialéctica y ponerse en concordancia con la ciencia oficial positivista que
el imperialismo tiene aherrojada en las universidades.
No es
la primera vez que se ataca a la negación de la negación, ni la primera vez que
se acusa al materialismo dialéctico de "metafísico" por usar este
"galimatías" hegeliano. Ya en su época Dühring, quien pretendía
encontrar la "forma fundamental de
todas las acciones en la existencia del mundo y de su esencia" en el "esquematismo universal antagónico",
rabiaba con sólo oír hablar a Marx de la negación de la negación. La respuesta
le fue dada por extenso y detalladamente por Engels en el «Anti-dühring». Igualmente Lenin enfrentó la polémica sobre la
negación de la negación con Mijailovski en el trabajo «Quienes son los "amigos del pueblo"»... en 1894.
Y en
general podemos encontrar en Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, la reiterada
utilización de la negación de la negación como parte inseparable de su método
dialéctico.
En
particular Mao Tse-tung, en dos de sus principales obras filosóficas, utiliza
claramente esta ley general para explicar determinados procesos:
«La concepción dialéctica del mundo surgió
ya en la antigüedad, tanto en China como en Europa. Sin embargo, la antigua
dialéctica tenía un carácter espontáneo e ingenuo; en razón de las condiciones
sociales e históricas de entonces, no le era posible constituirse en teoría
sistemática, y por eso no podía dar una explicación completa del universo y fue
reemplazada mas tarde por la metafísica... Sólo cuando Marx y Engels, los
grandes protagonistas del movimiento proletario, crearon la gran teoría del
materialismo dialéctico y del materialismo histórico sintetizando todo lo
positivo conquistado en la historia del conocimiento humano y, en particular,
asimilando críticamente los elementos racionales de la dialéctica hegeliana, se
produjo en la historia del conocimiento humano una gran revolución sin
precedentes» (Sobre la
Contradicción).
«Partir del conocimiento sensorial y desarrollarlo
activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, partir del
conocimiento racional y guiar activamente la práctica revolucionaria para
transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer,
practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en ciclos
infinitos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se
eleva a un nivel más alto» (Sobre la Práctica).
Hay
en estos dos pasajes de Mao una aplicación de la negación de la negación, en
términos exactos y con todos sus elementos.
Veamos
cuáles son ahora los argumentos contra la negación de la negación, expuestos de
una forma más completa, en el folleto del camarada Wolff.
LOS ARGUMENTOS CONTRA LA NEGACION DE LA NEGACION:
En el
folleto del camarada Wolff no se refutan los innumerables ejemplos que
expresamente ilustran la negación de la negación, ni la generalizada
utilización del concepto de negación de la negación, sin utilizar tal nombre,
en todos los marxistas anteriores y especialmente en Marx, Engels, Lenin,
Stalin y Mao. Es apenas natural que un marxista que pretende romper con una
parte de las concepciones básicas de la dialéctica materialista, argumente
minuciosamente en qué y dónde se equivocaron sus maestros en obras consideradas
fundamentales en el desarrollo teórico del marxismo. Lejos de esto, el camarada
Wolff se limita a los siguientes argumentos:
a- «El primer aspecto incorrecto de la `negación
de la negación' es que esta 'ley' no describe correctamente cómo cambian las
cosas en realidad».
Y es
que hay alguna ley, que por si sola "describa"
"correctamente" como cambian las cosas en realidad? Aun dando por
descontado que las leyes más generales del movimiento están íntimamente
relacionadas y que actúan a la vez y nunca una sola de ellas puede
"describir" "correctamente" el cambio de las cosas, es
necesario recordar que la dialéctica materialista no se reduce a ellas y a su
interrelación. Ya Lenin, en el mismo pasaje donde apunta que lo más esencial de
la dialéctica es la contradicción, nos da un resumen de 16 elementos de
dialéctica. Debido a la importancia de la aclaración de Lenin sobre su visión
de conjunto sobre la dialéctica, me permito citar todo el pasaje, en el cual,
criticando una definición de Hegel "que no es clara", dice:
«Quizá se podrían presentar estos elementos
con más detalle, como sigue:
Elementos de la dialéctica
1) la objetividad del examen (no ejemplos,
no divergencias, sino la cosa misma en sí).
2)
todo el conjunto de las múltiples relaciones
de esa cosa con las otras.
3) el desarrollo de esa cosa (respective el
fenómeno), su propio movimiento, su propia vida.
4) las tendencias (y los aspectos) internas
contradictorias en esa cosa.
5) la cosa (fenómeno, etc.) como suma y
unidad de los contrarios.
6) la lucha, respective el despliegue de
esos contrarios, tendencias contradictorias, etc.
7) la
unión del análisis y la síntesis, el análisis de las distintas partes y el
conjunto, la suma de dichas partes.
8)
las relaciones de cada cosa (fenómeno, etc.), no sólo son múltiples, sino
generales, universales. Cada cosa (fenómeno, proceso, etc.), está vinculada con
cada cual.
9) no
sólo la unidad de los contrarios, sino las
transiciones de cada definición, cualidad rasgo, aspecto, propiedad, a cada cual de los otros [¿a su contrario?].
10)
el infinito proceso de revelación de nuevos
aspectos, relaciones, etc.
11)
el infinito proceso de profundización del conocimiento humano de la cosa, de
los fenómenos, los procesos, etc., partiendo del fenómeno
para llegar a la esencia y de la esencia menos profunda a
otra más profunda.
12)
de la coexistencia a la causalidad y de una forma de conexión y de
interdependencia a otra forma más profunda, más general.
propiedades, etc., de la inferior y Negación de
14) el pretendido
retorno a lo antiguo la Negación
15) la
lucha del contenido con la forma, y a la inversa. El rechazo de la forma, la
transformación del contenido.
16)
la transición de la cantidad a la calidad y viceversa ((15 y 16 son ejemplos del 9º))
En Resumen, se puede definir la dialéctica como la
doctrina de la unidad de los contrarios.
Esto encarna la esencia de la
dialéctica, pero requiere explicaciones y desarrollo». (Lenin, O.C. T.29, pág.
199-200-201)
Puede
un marxista, después que Lenin "detalló" en estos 16
"elementos" el método dialéctico, pretender que una "ley"
dialéctica general, por sí sola, "describa" correctamente "cómo
cambian las cosas en realidad"?
b- «Hay tantos fenómenos que no corresponden de
ninguna manera a la `negación de la negación' que en ningún caso se la puede
denominar acertadamente una ley general», nos dice el camarada Wolff. Pero
en apoyo de su afirmación nos trae 3 ejemplos, que si algo demuestran es la
incomprensión de Wolff sobre lo que es la negación de la negación. Veámoslos:
1- «¿En qué sentido es el socialismo una
resurrección de ciertos elementos del feudalismo?». Y quién le dijo al
camarada Wolff que la negación de la negación habla de "resurrección de
ciertos elementos" de lo inicialmente negado?.
Compárese
esta amañada (no puedo darle otro nombre) interpretación de la dialéctica
marxista a la interpretación que le da Marx en El Capital, al hacer el resumen
de la «tendencia histórica de la acumulación capitalista»:
«El
sistema de apropiación capitalista que brota del régimen capitalista de
producción, y por tanto la propiedad
privada capitalista, es la primera negación de la propiedad privada individual,
basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista engendra, con
la fuerza inexorable de un proceso natural, su propia negación. Es la negación
de la negación. Esta no restaura la propiedad privada ya destruida sino
una propiedad individual que recoge
los progresos de la era capitalista: una propiedad individual basada en la cooperación y en la posesión colectiva de la
tierra y de los medios de producción producidos por el propio trabajo».
Dónde
están las supuestas "resurrecciones" de elementos del feudalismo en
el socialismo?
2- «La física de Einstein negó la física de
Newton; ¿se puede decir que Einstein resucitó ciertos elementos de las teorías
tolemáicas (una cosmología geocéntrica, precopernicana) al hacerlo (menos aún,
como una parte esencial del proceso)?».
En su
afán de encontrar la "resurrección de ciertos elementos" que
supuestamente la dialéctica le pone al desarrollo, el camarada Wolff sugiere
una historia de la física curiosamente falsa. Las grandes etapas del desarrollo
de la física como ciencia no son "teorías tolemáicas", "física
de Newton", "física de Einstein". La historia de la física, si
la dividimos en las grandes etapas, en las cuales evidentemente estaba pensando
el camarada Wolff, son:
- La
atomística antigua, la física clásica de Newton, y la física moderna basada en
la teoría de la relatividad y la física cuántica.
3- «La guerra de Vietnam... ¿en qué sentido
constituyó una "negación de la negación?»
Si el
camarada Wolff se esforzara, siquiera un poco, por comprender qué es la
negación de la negación, se daría cuenta, al poner este ejemplo, de dos cosas:
primera, que, en dialéctica materialista, un hecho histórico es apenas parte en
interrelación con otros muchos del movimiento histórico. Por supuesto que la
guerra de Vietnam no es de por sí una negación de la negación; segunda, que
efectivamente, en conexión con la derrota que sufrió el imperialismo
norteamericano en Vietnam, como causa y a la vez consecuencia de otros muchos
acontecimientos (cada uno de los cuales, por sí mismo, considerado por separado
no da una idea del real movimiento) se configuró una nueva fase del
desenvolvimiento del imperialismo, signada por la contradicción
interimperialista, materializada como la lucha entre los bloques de potencias
encabezadas por Estados Unidos y la Urss; esta fase sí que es una negación de la
anterior (de 1958 a
1972, en la cual «la principal
contradicción en el mundo era entre el imperialismo y las naciones
oprimidas...» como dice Raymond Lotta) y a la vez afirmación de la
anteriormente negada (el período de 1948 a 1958, al cual «lo moldeó principalmente el conflicto entre
el bloque imperialista y el campo socialista... Si la Unión Soviética
hubiera seguido siendo socialista, el bloque imperialista de conjunto hubiera
tenido que ir a la guerra contra ella. Su libertad de reestructurar el capital
se hubiera visto más restringida», como lo describe Lotta).
c-
Otro argumento del camarada Wolff contra la negación de la negación es que
"las cosas" que en apariencia sí "describe", son falsos
ejemplos y toma dos de los clásicos ejemplos
de Marx y Engels. Dice así: «Tomemos
por ejemplo el proceso del comunismo primitivo-sociedad de clases-comunismo. Al
comunismo le negará entonces algún nivel superior de sociedad con importantes
elementos de una sociedad de clases? No, obviamente que no.».
Llama
la atención aquí la infantil tricotomía a que se reduce la dialéctica del
desarrollo de la sociedad. La verdad es que el marxismo jamás ha planteado el
problema así. Lo más parecido es el siguiente pasaje de Engels: «Lo mismo ocurre en la historia. Todos los
pueblos de cultura comienzan con la propiedad común de la tierra. En todos los
pueblos que rebasan un determinado nivel originario, esa propiedad común se
convierte en el curso de la evolución de la agricultura en una traba de la
producción. Se supera entonces, se niega, se transforma en propiedad privada,
tras pasar por estadios intermedios más o menos largos. Pero a un nivel de
desarrollo superior, producido por la misma propiedad privada de la tierra, la
propiedad privada se convierte a su vez en una traba de la producción como está
ocurriendo hoy tanto con la pequeña propiedad del suelo como con la grande.
Destaca entonces con necesidad la exigencia de negarla a su vez, de volver a
transformar la tierra en propiedad colectiva. Pero esta exigencia no significa
el restablecimiento de la propiedad colectiva originaria, sino la producción de
una forma superior y más desarrollada de posesión colectiva, la cual, lejos de
convertirse en una traba de la producción, le permitirá más bien finalmente
desencadenarse y aprovechar plenamente los modernos descubrimientos químicos y
los modernos inventos mecánicos».
Respecto
a la pregunta, desde ya podemos asegurar que efectivamente en la futura etapa
del desarrollo de la sociedad sin clases, sobre la base del desarrollo material
y espiritual de ella, inevitablemente habrá aparentes retornos a lo antiguo
(como dice Lenin).
El
otro ejemplo es el del grano de cebada. Engels, en el Anti-dühring, pone el
ejemplo, "que puede entender un niño", del desarrollo de un grano de
cebada.
Pues
bien, el camarada Wolff, cita al camarada Bob Avakian en un pasaje de su
trabajo llamado «Mas sobre la cuestión de
la dialéctica», donde refiriéndose a este ejemplo, dice:
«Esto para mi, huele a predeterminación y a
la noción de la esencia inmutable de las cosas. Mao se opuso a este tipo de
pensamiento cuando señaló que la herencia y la mutación son una unidad de
contrarios. Engels mismo dice varias frases después que no es posible 'cultivar
buena cebada' sin saber cómo hacerlo -lo cual es cierto, pero ¿quién dice que
el cultivo de la cebada es lo 'característico' de ésta y el modo adecuado de
negarla, y que el molerla no lo es?. (Aparentemente) hasta ahora el hombre y la
naturaleza han hecho más de lo primero que de lo segundo con el grano de
cebada, ¿pero es esto algo que no pueda cambiar? O ¿no podría cambiar el grano
de cebada de otro modo?. En breve, cuando Engels insiste: `la primera negación
ha de ser pues de tal naturaleza, que haga posible o permita que siga siendo
posible la segunda... Esto dependerá del carácter especial de cada caso
concreto', incluye un elemento metafísico en su explicación de la dialéctica.
Agrega `Al moler un grano de cebada, al aplastar un insecto, ejecuto
indudablemente el primer acto, pero hago imposible el segundo'. El segundo,
como si hubiera `un segundo acto' obligatorio, necesario, `característico',
predeterminado. Aquí se ve cómo el concepto de la `negación de la negación'
entra en antagonismo con la ley fundamental del materialismo dialéctico, la
unidad de los contrarios (la contradicción)».
Para
que el lector pueda juzgar quién "incluye un elemento metafísico en la
explicación de la dialéctica", me permito citar los principales apartes de
la explicación de Engels:
«Pensemos en un grano de cebada. Billones de
tales granos se muelen, se hierven y fermentan, y luego se consumen. Pero si un
tal grano de cebada encuentra las condiciones que le son normales, si cae en un
suelo favorable, se produce en él, bajo la influencia del calor y de la
humedad, una transformación característica: germina; el grano perece como tal,
es negado, y en su lugar aparece la planta nacida de él, la negación del grano.
Pero ¿cuál es el curso normal de la vida de esa planta? La planta crece,
florece, se fecunda y produce finalmente otros granos de cebada, y en cuanto
que éstos han madurado muere el tallo, es negado a su vez. Como resultado de
esta negación de la negación tenemos de nuevo el inicial grano de cebada, pero
no simplemente reproducido, sino multiplicado por diez, veinte o treinta....
Mas puede aún objetarse: la negación aquí realizada no es una verdadera
negación; también niego un grano de cebada cuando lo muelo.... Estas objeciones
son realmente los argumentos capitales de los metafísicos contra la dialéctica,
y plenamente dignos de esa limitación del pensamiento. En la dialéctica negar
no significa simplemente decir no, o declarar inexistente una cosa, o
destruirla de cualquier modo... No solo tengo que negar, sino que tengo que
superar luego la negación... una negación de negación que consista en la pueril
ocupación de poner y borrar alternativamente a o afirmar alternativamente de
una rosa que es una rosa y no lo es, no puede obtener más que que una prueba de
la necedad del que aplique tan tediosos procedimientos. Pese a lo cual los
metafísicos pretenden demostrarnos que si realmente queremos ejecutar la
negación de la negación, ése es el modo correcto de hacerlo."
Sólo
me resta agregar lo siguiente: si los hombres no supieran que tiene que haber
un segundo acto "obligatorio", "necesario",
"característico", "predeterminado", si desconocieran la
dialéctica objetiva del grano de cebada y molieran todos los granos, en un dos
por tres se quedarían sin cebada. En dónde está la metafísica, camarada
Avakian? En los hombres que desde hace siglos cultivan cebada confiando en la
necesidad objetiva de esa segunda negación y con ellos Engels? o en usted
camarada Avakian?
d- «El método encarnado en la `negación de la
negación' le cierra el paso al futuro desarrollo y tiende a presentar el
comunismo como el punto final».
Definitivamente
el camarada Wolff está reduciendo la concepción de la negación de la negación a
las tricotomías hegelianas. Es precisamente al contrario: sólo la negación de
la negación explica la conexión de las distintas etapas del movimiento. Como lo
explica Lenin: «Ni la negación vacía, ni
la negación inútil, ni la negación escéptica, la vacilación y la duda son
características y substanciales de la dialéctica -que, sin duda, contiene el
elemento de la negación y, además como su elemento más importante-, no, sino la
negación como un momento de la conexión,
como un momento del desarrollo, que
retiene lo positivo, es decir, sin vacilaciones, sin eclecticismo alguno».
(Cuadernos Filosóficos. O.C. T.29 pág.204-205)
El
infinito encadenamiento de negaciones negadas, es lo que le da continuidad,
conexión, al movimiento. En la naturaleza y en la sociedad se manifiesta como
saltos a través de contradicciones y con una determinada dirección, que no va
al vacío o al azar. Y es precisamente lo que en el pensamiento se manifiestan
como leyes, como determinaciones, como pensamiento dialéctico. Así la sociedad
comunista no es de ninguna manera un "punto final" en el desarrollo
de la sociedad; tendrá sus propias negaciones y ulteriormente será negada por
otro tipo de organización de la sociedad.
e-
Dice Wolff: «La dialéctica que forjaron
Marx y Engels, representó en general un salto tremendo y sin precedentes del
conocimiento... sin embargo no resultó de la 'negación de la negación' en la
esfera filosófica (una explicación que propuso Engels en un momento)... el
ulterior surgimiento de contradicciones en la filosofía marxista no resultará en
que una 'forma superior' de metafísica o idealismo niegue el marxismo, esas
contradicciones se pueden resolver solamente reforjando el método de la
dialéctica materialista a un nivel superior de síntesis -como ha pasado desde
los tiempos de Marx y Engels». Y en seguida, en nota de pie de página,
acusa a Engels de «tendencias a auspiciar
una noción lineal, tipo uno-dos-tres del desarrollo» en el Anti-Dühring.
Aquí
se ve el pobre concepto que tiene el camarada Wolff del marxismo y la
incomprensión básica de su desarrollo. El día que se "reforje" el
marxismo, ya no será el marxismo. Pero mientras tanto cuáles son los hechos, en
la naturaleza y en la sociedad o cuales nuevas formas del pensamiento, que
demuestren que las cuestiones fundamentales, básicas del marxismo han sido
superadas? Sólo aceptando uno de los primeros razonamientos del folleto, que
aparece en la página 4, llegaríamos a tal conclusión: «El marxismo es una ciencia viviente y, como tal, la historia ha
demostrado que muchas de sus ideas que una vez se consideraron verdades básicas
o tesis fundamentales, tenían ciertos aspectos equivocados o
eran básicamente incorrectos».
Y esto, dicho así, es una apología del revisionismo. Tanto así que el ejemplo
que pone para probar esta afirmación, lo obliga a tergiversar un tanto la
verdad histórica: la tesis, que jamás fue tenida como básica o fundamental, de
que la revolución proletaria triunfaría primero en los países más
desarrollados, la erige como tesis básica del marxismo y dice que no se cumplió
porque la primera revolución proletaria que triunfó fue la de Octubre en Rusia,
un país atrasado. Además de que, sin ser básica, era correcta, lo comprobó la
primera revolución triunfante del proletariado que fue la Comuna de París.
En
particular, si la negación de la negación no existiera, tendríamos los
comunistas que sacar de nuestra concepción general no sólo el capítulo 7 de la
sección séptima de El Capital (tendencia histórica de la acumulación del
capital) sino todo El Capital, y con él toda nuestra concepción del socialismo
científico y nuestro método y toda pretensión de salvaguardar el futuro del
movimiento obrero y con ello la razón misma de ser del partido comunista.
Y en
cuanto a que Engels propuso que la dialéctica materialista "resultó de la negación de la negación en la esfera
filosófica", veamos lo que realmente dice Engels: «Así fue el viejo materialismo negado por el idealismo. Pero en el
ulterior desarrollo de la filosofía resultó también insostenible el idealismo y
fue negado por el moderno materialismo. Este, negación de la negación, no es la
mera restauración del viejo, sino que inserta en los permanentes fundamentos
del primero todo el contenido mental de la una evolución bimilenaria de la
filosofía y de la ciencia natural, así
como de esa misma historia de dos mil años».
EL MOVIMIENTO Y SU DIRECCION
Es precisamente la ley general
dialéctica que llamamos negación de la negación la que explica el sentido, la
dirección, del movimiento: el ascenso, el progreso, el avance, el reemplazo de
lo viejo por lo nuevo. Todas estas manifestaciones del movimiento no se dan de
una manera lineal sino como aparentes ciclos, en los cuales cada avance es a la
vez un retroceso, pero un ascenso en definitiva.
Una
forma abstracta del recorrido de todo movimiento complejo en química, en
física, en biología, en la sociedad y el pensamiento ha sido clásicamente la
analogía con el recorrido de un punto en una espiral.
El
camarada Wolff, que se niega a aceptar la negación de la negación, que le
parece metafísica, lo mismo que al camarada Avakian, no tiene inconveniente en
tomar la analogía que la dialéctica ha establecido entre la negación de la
negación y la espiral, para decir que el desarrollo "en espiral" es
una "ley importante" y "un aspecto del método dialéctico".
No se
percatan los camaradas que aquí hay sólo una analogía. La ley general
dialéctica de la negación de la negación apenas si es análoga a una espiral, es
"como si fuera un desarrollo en
espiral", "por decirlo
así" como dice Lenin. Pero reducir todo movimiento y su dirección a la
espiral es un absurdo.
Cuando
más, en los movimientos más simples, en la física, muchos movimientos tienen la
dirección de la espiral y por eso es una buena analogía, porque nos permite
comparar un asunto complejo, la negación de la negación, con uno simple, el
movimiento en espiral de las matemáticas. Pero no más. Pasar de ahí, a
convertir el "movimiento en espiral" o las "espirales de
desarrollo, en "ley importante" de la materia" o en
"aspecto del método dialéctico" es una simplificación absurda de la
dialéctica, que nos haría retroceder hasta los pitagóricos con sus esquemas
numéricos de acuerdo a los cuales debería funcionar el universo.
Esto
requiere una explicación: el camarada Wolff se ve obligado, inconscientemente,
a aceptar que en el concepto mismo de movimiento va implícito, además de la
causa, el mecanismo y la dirección. Cuando el materialismo dialéctico dice
movimiento, está diciendo, fundamentalmente, materia que se mueve por una causa determinada
(automovimiento originado por la unidad y lucha de sus aspectos, fuerzas,
tendencias, contradictorias), de una
manera determinada (saltos en su desarrollo que son el trueque recíproco de
calidad y cantidad) y en una dirección
determinada, en el espacio y en el tiempo (sucesión de negaciones, en las
cuales aspectos de lo negado es conservado y hay un aparente retorno a lo
antiguo).
Pero
llevado por la analogía del desarrollo "en espiral" (y no "como
en espiral"), generaliza hasta un punto tal que ve el absurdo de su propio
propósito y advierte: «...aunque las
cosas tienden a desarrollarse en espiral, no existe una 'gran espiral' que
abarque toda la materia; o sea no quiere decir que toda la materia se mueve en
una dirección determinada (como en un plan divino); sólo los procesos, cosas y
entidades individuales, etc., tienden a desarrollarse en espiral».
Y con
esto da de lado su analogía simplista con la que trató de reemplazar la
negación de la negación, lo que lo lleva de cabeza a otro error: tratar de
reemplazarla por el "proceso de síntesis", concibiendo la síntesis
como el "engullir" un aspecto de la contradicción por el otro.
Y
esta concepción de la síntesis como engullir, no es dialéctica. Es eclecticismo:
la unidad y lucha de contrarios no da como resultado un movimiento en que uno
de los aspectos simplemente se "traga" al otro, lo asimila y sigue
subsistiendo unilateralmente como tal. Lo que hay es el triunfo de un aspecto
sobre el otro, un salto cualitativo y un avance (una negación) hacia una etapa
superior del movimiento. No subsiste
ninguno de los aspectos contradictorios anteriores, se niegan los dos. En el
ejemplo que pone el camarada, de que el proletariado se "engulle" a
la burguesía, no hay tal: el proletariado vence a la burguesía, pero al
vencerla definitivamente, se niega a sí mismo. No queda ni el proletariado ni
la burguesía. Y se realiza así una negación de la negación, un aparente ciclo,
pero en realidad una revolución completa: la del "reino de la
necesidad", que da origen (y continuidad) a otro, el del "reino de la
libertad". Aquí se ve como la síntesis (dialéctica) es a la vez unidad y
lucha de contrarios, salto y negación.
LA NEGACION DE LA NEGACIÓN Y LA LUCHA POLITICA
Cuando se trata de poner la ciencia
de la revolución en análoga situación a la que se encuentra (temporalmente) la
ciencia de la naturaleza, se llega inevitablemente a que "el movimiento es todo... el resultado final es impredecible,
indeterminado".
Si no
pudiéramos determinar la dirección, el objetivo (sí, el objetivo) del
movimiento político de la clase obrera, los revolucionarios no podríamos hacer planes que correspondan a la dirección
objetiva del movimiento social, lo cual nos llevaría al espontaneísmo, a la
cegatonería, al "hagamos a ver que resulta" de los anarquistas. O
cuando más, tendríamos que resignarnos a que tanto un plan como otro son igualmente
buenos, todo dependería de la voluntad de los revolucionarios por llevarlos a
la realidad.
Pero
por un lado o por otro, llegaríamos a que toda la compleja realidad de la
sociedad, sus múltiples e interrelacionados fenómenos, las dificultades de la
revolución, los reduciríamos siempre a "nudos" inextricables, a
"situaciones imprevistas", desarrollos y virajes
"inevitablemente imprevistos", etc.
Pero
el marxismo no se queda diciendo que cualquier cosa puede suceder. Como dice
Lenin: «De la afirmación a la negación,
de la negación a la "unidad" con lo afirmado, sin esto la dialéctica
se convierte en una negación vacía, en un juego o en un escepticismo».
*****
Una
nota final: he juzgado de las opiniones del camarada Wolff por sí mismas y no
he hecho mención a las citas que trae de un libro llamado "Talks on questions of philosophy", Chairman Mao talks to
the people, ed. stuart schram. Pantheon Books, N.Y. 1974; anotando que
"hay versión en español": Mao Tsetung espontáneo, pláticas y cartas:
1956-1971, México, Universidad Autónoma de Sinaloa, ediciones renacimiento,
A.C. 1981". Aunque no me ha sido posible consultar dicho libro, tengo que
juzgar por auténtico lo que allí se atribuye al camarada Mao Tse-tung,
confiando en el buen juicio del camarada Wolff. Con esta salvedad no me queda
más que afirmar, después de lo dicho en este artículo, que las citas de las
conversaciones o pláticas de Mao (no escritas por él sino tomadas por
asistentes a ellas), y tomadas por Wolff en su favor, para su exposición, son
puntos de vista incorrectos, contradictorios con las concepciones de Mao
Tse-tung expresadas por escrito en sus dos principales obras filosóficas;
escritos que tuvo la ocasión de revisar antes de su publicación en las Obras
Escogidas.
Aureliano S.
Julio 28 de 1992
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