lunes, 25 de diciembre de 2017

A PROPÓSITO DE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA





Publicamos algunas de las declaraciones con ocasión de los hechos recientes en Cataluña - España. Nuestros lectores podrán observar las identidades y diferencias a la hora de tratar este problema y sacarán sus propias conclusiones, las cuales son bienvenidas en nuestro blog. Se presentan los documentos de:
Unión Obrera Comunista MLM – Colombia
PC-maoísta da Galicia
PC Maoísta de Francia
FDLP - Ecuador
PCm - Italia

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UNION OBRERA COMUNISTA MLM - COLOMBIA

A PROPÓSITO DE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA
POR RO · 8 OCTUBRE, 2017
“La cuestión nacional es una parte de la cuestión general de la revolución proletaria, una parte de la cuestión de la dictadura del proletariado”. Stalin
Los referendos electorales por la independencia nacional convocados en el Kurdistán iraquí y Cataluña, han sido condenados como “ilegítimos” por los Estados opresores, cuya sangrienta represión a los votantes y amenaza de intervención armada tiene el respaldo de la burguesía imperialista, que por boca del Frans Timmermans vicepresidente de la Comisión Europea, justificó “el uso proporcionado de la fuerza” para defender la legalidad burguesa, que es la legalidad de la opresión y la explotación. Las masas del pueblo han respondido con gigantescas movilizaciones y huelgas generales.
Es necesario sentar posición desde el punto de vista de los comunistas y de los intereses del proletariado internacional, pues el paso del capitalismo a la fase imperialista y la inauguración de la Era de la Revolución Proletaria Mundial con el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia cuyo centenario se está conmemorando, cambió el modo de plantearse el problema nacional, pues el viejo problema nacional se fundió con el problema colonial del imperialismo y se convirtió en una parte de la Revolución Proletaria Mundial.
Con contadas excepciones, se han escuchado voces de organizaciones comunistas que apoyan incondicionalmente la independencia de Cataluña y el derecho a su autodeterminación, prestando solo atención a la cuestión nacional catalana, divorciada de si sirve o contribuye al derrocamiento del imperialismo, de si hace parte de la Revolución Proletaria Mundial. Tales posiciones remozan la socialdemocracia reformista de la Segunda Internacional, que se planteaba el problema desde el punto de vista de la burguesía, no del proletariado, es decir, todavía en el límite de la democracia burguesa como lo señala Stalin: “Antes, la cuestión nacional se enfocaba de un modo reformista, como una cuestión aislada, independiente, sin relación alguna con la cuestión general del Poder del capital, del derrocamiento del imperialismo, de la revolución proletaria” (La Cuestión Nacional, Capítulo VI de Fundamentos del Leninismo).
En la fase imperialista que es la Era de la Revolución Proletaria Mundial, cambió radicalmente el modo de abordar el problema nacional, donde no basta que los comunistas manifiesten su apoyo al derecho de la nación catalana a existir como estado independiente y que esto lo decidan los catalanes, sino que es necesario ir más allá, deslindarse del nacionalismo burgués y pequeño burgués; es necesario defender, promover y luchar para que el movimiento nacional catalán sirva a la lucha mundial contra el imperialismo, sea parte de la Revolución Proletaria Mundial, se alíe con la lucha de clase contra el poder del capital, por el derrocamiento la dictadura de los capitalistas no solo en el Estado Español sino también en Cataluña, lo cual impone al proletariado de Cataluña unirse con el proletariado de todo el Estado Español contra su burguesía y toda la burguesía del Estado Español. ¡No al odio nacional entre los obreros de las naciones promovido por el nacionalismo burgués! ¡Los obreros no tienen patria! Los obreros necesitan ante todo del internacionalismo y de un Partido propio para ligar el movimiento nacional de Cataluña con su lucha de clase contra la dictadura de los capitalistas.
Ésta una de las muchas cuestiones cruciales para la unidad internacional de los comunistas, frente a la cual aflora la confusión del movimiento desde posiciones francamente socialchovinistas que condenan la lucha nacional de los catalanes, hasta posiciones genuinamente oportunistas que pretenden “fusionar” o “disolver” la cuestión de la lucha de clases en la cuestión nacional catalana, en la simple lucha por su liberación nacional, pasando por posiciones que eluden el problema nacional como problema común de varias clases contra la opresión y la explotación nacional, un problema que en la fase imperialista exige resolverse en conjunto con la lucha de clase del proletariado por el derrocamiento de la burguesía, clase caduca e inservible históricamente en esta fase para dirigir la lucha nacional y la revolución democrática, misión que corresponde al proletariado como parte de la Revolución Proletaria Mundial. De ahí que la Unión Obrera Comunista (mlm) incluya la posición del marxismo sobre la cuestión nacional, en su Propuesta de formulación de una Línea General para la unidad del Movimiento Comunista Internacional. Los siguientes son los apartes pertinentes:
El Problema Nacional de la Fase Imperialista del Capitalismo
En la fase ascensional del capitalismo, el problema nacional, de la independencia, la libertad, la autodeterminación, el derecho a conformar un Estado propio de “una comunidad estable, históricamente formada, de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada en la comunidad de cultura” (El Marxismo y el Problema Nacional, Stalin – 1913), impuso la tendencia a luchar contra la opresión nacional, por la separación de las naciones y la creación de Estados nacionales. En la fase decadente del capitalismo, el imperialismo convertido en sistema mundial de opresión y explotación, dio paso a una tendencia contrapuesta: echar abajo las barreras nacionales, estrechar vínculos de toda clase entre naciones, facilitando la unión del proletariado de las distintas naciones, y su lucha como clase internacional contra la burguesía de todas las naciones.
La competencia imperialista por la exportación del capital, la monopolización de las fuentes de materias primas y la anexión de territorios, lleva necesariamente a monopolizar el dominio colonial y semicolonial de países y naciones, socavando los antiguos cimientos de las naciones y de su independencia. El imperialismo dejó sin piso el viejo problema nacional como cuestión interna de unos Estados, lo fundió con el nuevo problema colonial imperialista, en el problema internacional de la opresión mundial imperialista sobre las colonias y semicolonias, y como tal, lo hizo parte del problema general de la revolución proletaria, de la lucha internacional del trabajo contra el capital, de la Dictadura del Proletariado y el Socialismo, único medio para suprimir la opresión de unos países y naciones sobre otros, para apaciguar la lucha nacional minando las diferencias, y proporcionar una nueva y superior base material para la igualdad nacional, la plena libertad de separación o de unión de las naciones, y la libertad de las naciones a existir como Estados independientes.
El problema nacional de la fase imperialista del capitalismo, sólo puede resolverse a condición de derrocar a la burguesía. Caducó el antiguo movimiento nacional fundado en la lucha de las clases burguesas nacionales entre sí. Ésta es la época del nuevo movimiento revolucionario antiimperialista, como parte de la Revolución Proletaria Mundial, que en los países oprimidos feudales y semifeudales resuelve el problema nacional de conjunto y en relación con la revolución antifeudal, esto es, como parte de la Revolución de Nueva Democracia dirigida por el proletariado; en los países oprimidos capitalistas lo resuelve de conjunto y en relación con la revolución anticapitalista del proletariado, como parte de la Revolución Socialista.
Contra el Enfoque Oportunista del Problema Nacional
Derrocar a la burguesía para resolver el problema nacional en la época del imperialismo, es una condición “olvidada”, eludida y silenciada por el oportunismo y el reformismo pequeño burgués antiimperialista, en su vana pretensión de resolver la cuestión nacional del imperialismo de acuerdo con la burguesía y sin tocar su poder. La burguesía no puede resolver el problema nacional del imperialismo, porque ella misma es una clase opresora de pueblos, naciones y países; porque su política para unir a las naciones, es la política del imperialismo: explotación, opresión, anexiones, conquistas militares, preservación de la propiedad privada.
Llamar al proletariado a “defender la producción nacional y el mercado nacional” como banderas de la “lucha antiimperialista”, significa desempolvar envejecidas reivindicaciones burguesas de la primera fase del capitalismo; es un absurdo oportunista que desvía al proletariado de su verdadero objetivo: derrocar al capital.
Pretender resolver el problema nacional del imperialismo, por aparte y sin aniquilar el poder del capital, o antes de aniquilarlo, antes del triunfo de la Revolución de Nueva Democracia en los países oprimidos feudales y semifeudales, antes del triunfo de la Revolución Socialista en los países oprimidos capitalistas, es genuina política oportunista, falsificación del marxismo en el problema nacional, trocarlo por la política democrática burguesa de la pequeña burguesía concebida para luchar contra el imperialismo sin sobrepasar los límites del capitalismo.
La Autodeterminación Nacional en la Época del Imperialismo
De igual forma, la antigua reivindicación burguesa del derecho a la autodeterminación nacional —“sólo la propia nación tiene derecho a determinar sus destinos, que nadie tiene derecho a inmiscuirse por la fuerza en la vida de una nación, a destruir sus escuelas y demás instituciones, a violar sus hábitos y costumbres, a perseguir su idioma, a menoscabar sus derechos” (El Marxismo y el Problema Nacional, Stalin – 1913)— para el marxismo, es un punto básico del problema nacional en el imperialismo, ya no como parte de la revolución burguesa, del movimiento democrático general, sino de la Revolución Proletaria Mundial, ampliando al derecho de los pueblos oprimidos de los países dependientes y de las colonias a la completa separación, y al derecho de las naciones a existir como Estados independientes.
Contra el Oportunismo en la Cuestión de la Autodeterminación
Cercenarle el contenido marxista, reducir el derecho a la autodeterminación nacional, al marco democrático burgués de la simple autonomía económica, política y cultural, incluso sólo de la autonomía cultural, proclamar la “igualdad nacional” jurídica de la democracia burguesa, fueron todos estragos oportunistas del social-chovinismo en la II Internacional, que a pesar de haber sido derrotados por el leninismo internacionalista, de nuevo son reeditados por el revisionismo del siglo XXI. En una burda falsificación del Marxismo Leninismo Maoísmo, el revisionismo del siglo XXI confía la igualdad de derechos de las naciones a la democracia constitucional burguesa ocultando a las masas su carácter amputado, incompleto y engañoso; invoca la “reestructuración” del viejo Estado reaccionario en la Asamblea Constitucional burguesa, para hacer de la igualdad de las naciones, una reforma concedida por la burguesía, sin socavar su dominación sino afianzándola; es en el fondo, el viejo engaño kautskista de la “pacífica unión de naciones equiparadas en derechos bajo el imperialismo” renunciando a subordinar la lucha por las reivindicaciones democráticas, a la lucha revolucionaria del proletariado por el derrocamiento de la burguesía.
La Relación Entre la Lucha de Clases y la Lucha Nacional
La emancipación de la clase obrera, no es un problema nacional, sino social, cuyos intereses materiales comunes —la abolición de la propiedad privada y de las diferencias de clase— están por encima de las nacionalidades, religiones, razas, culturas y costumbres. Sólo por su forma la lucha de la clase obrera es primeramente una lucha nacional; por su contenido es internacional, una revolución mundial de la cual hace parte la victoria del proletariado en cada país.
La concepción del mundo del partido proletario en relación con el problema nacional es el internacionalismo; no el nacionalismo. Los intereses del proletariado y los intereses de la nación, son de carácter diferente. Los primeros son los intereses de una clase determinada; los segundos, los intereses de las diversas clases de una nación. Unos y otros son la base material de dos luchas de naturaleza diferente, que se acercan, se refuerzan, se alían, confluyen, pero no se disuelven, ni se reemplazan entre sí. La experiencia de la revolución proletaria en combate continuo a la propensión nacionalista del oportunismo, ha resaltado la diferencia y relación entre los intereses de clase y los intereses de la nación, la unidad de contrarios entre la guerra civil y la guerra nacional, entre la lucha de clases y la lucha nacional, entre la revolución proletaria y el movimiento revolucionario antiimperialista.
Unidad de contrarios cuya identidad reside: en ser las dos corrientes históricas de la Revolución Proletaria Mundial; en su confluencia hacia el mismo blanco, el imperialismo, cuyo carácter explotador y opresor mundial, objetivamente merma el tinte exclusivamente nacionalista de la lucha de los pueblos oprimidos; en tener en el proletariado la única clase que por su posición y concepción, es consecuentemente antiimperialista y luchadora por aliar el movimiento revolucionario antiimperialista a su lucha de clase contra el poder del capital, condición para el verdadero triunfo de la lucha nacional.
Pero, jamás el proletariado puede disolver su Programa de Partido en el programa del frente de clases antiimperialistas, pues la correcta dirección de la lucha antiimperialista reside en la independencia ideológica, política y organizativa de la clase obrera. Independencia de programa, partido y lucha de clase que presupone defender el internacionalismo, esto es, luchar contra la separación nacional de la clase obrera. Para consolidar y ampliar el frente único, es necesario que el partido del proletariado conserve su independencia y mantenga firmemente su hegemonía en la revolución.
El proletariado no apoya el movimiento nacional por el solo hecho de ser antiimperialista, lo apoya y se alía con él, a condición de que sea un movimiento antiimperialista verdaderamente revolucionario, que no se oponga a la lucha obrera contra el capital, no impida su lucha y organización independientes, ni coarte la agitación y propaganda de su Programa en la educación y organización revolucionaria de las grandes masas populares, en especial de los campesinos para establecer con ellos una sólida alianza de clases.
Contra la Teoría Oportunista de la Fusión de la Lucha de Clases en la Lucha Nacional
El nacionalismo pequeño burgués rompe o disuelve la unidad de contrarios entre la lucha antiimperialista y la lucha de clases. Su forma más peligrosa se disfraza de socialista, en realidad social-chovinista, que a nombre del marxismo intenta darle un matiz internacionalista al nacionalismo. Sirve a la política imperialista, porque siembra desconfianza entre los obreros de distintas nacionalidades, los divide y enfrenta por naciones, mina su independencia de clase e impide su rol dirigente en la lucha antiimperialista. Esta teoría oportunista del social-chovinismo condujo a la alianza criminal de la II Internacional con el imperialismo, contra el movimiento obrero en la I Guerra Mundial imperialista. Aún así, su refutación teórica, la lucha y denuncia política hecha por el leninismo, son hoy palabras y hechos “olvidados” para el revisionismo surgido en el extinto Movimiento Revolucionario Internacionalista —MRI—, donde a nombre del Marxismo Leninismo Maoísmo, reencauchó la vieja concepción kautskista —de reducirse a la lucha nacional y renunciar a la lucha de clases— en la “nueva” teoría de “fusionar” la revolución proletaria y el movimiento de liberación nacional “concentrando la atención” en éste último[1].
“Fusionar la lucha de clase en la lucha nacional”, teoría en boga del revisionismo actual, es una versión remozada del viejo oportunismo frente al problema nacional en la fase imperialista. El colmo de la desvergüenza oportunista es adjudicar tal esperpento teórico a Lenin, quien —desde sus Enseñanzas de la Comuna, hasta sus Tesis sobre los Problemas Nacional y Colonial, aprobadas por unanimidad en el II Congreso de la Internacional Comunista— siempre denunció esa fusión como un error fatal para la revolución proletaria.
La teoría de “fusionar la lucha de clases en la lucha nacional” es una teoría oportunista que retoma el enfoque reformista de la II Internacional sobre la cuestión nacional, como problema aislado, independiente, sin relación alguna con la cuestión general del poder del capital, del derrocamiento del imperialismo, y de la revolución proletaria. Es una línea contrarrevolucionaria, porque rompe y distorsiona la unidad de contrarios entre las dos corrientes de la Revolución Proletaria Mundial. Al destacar unilateralmente la lucha nacional, diluye, opaca, silencia, menosprecia y aplaza la lucha de clase del proletariado contra el capitalismo, esa es la misma línea socialchovinista de la socialdemocracia europea de comienzos del siglo XX, la misma línea revisionista del Partido Comunista de la Unión Soviética —PCUS— en los años 60, la misma línea actual revisionista de la “nueva síntesis” del Partido Comunista Revolucionario EU —PCR,EU— contra la llamada por él “reificación del proletariado”.
Aún en las condiciones de una guerra nacional contra una agresión imperialista, la lucha de clases se subordina a la lucha nacional, pero no se fusiona o se disuelve en ella; jamás el proletariado puede renunciar a su independencia de clase, a su programa y autodecisión dentro del frente único. Toda teoría que intente negar la existencia de la lucha de clases es completamente errónea. (Papel del Partido Comunista de China en la Guerra Nacional, Mao – 1938).
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Colombia, Octubre 07 de 2017

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PC-maoísta da Galiza

Tuesday, November 14, 2017

GALIZA: Documento do C.C. do PC-maoísta da Galiza
"Sen Revolución Socialista non hai Soberania Nacional"
Sen Revolución Socialista non hai Soberanía Nacional.
Na actual situación, nos acontecementos no Estado español e na Catalunya, compre sinalar con claridade cal é a liña dos comunistas.
A cuestión das nacionalidades ou nacións oprimidas dentro do actual Estado español; Catalunya, Galiza, Euskal Herria e Canarias ten representado unha contradición histórica pendente da revolución democrática, vencellada agora intrinsecamente a Revolución Socialista no conxunto dos pobos da península Ibérica.
Polo mesmo, a nosa liña, baseándonos na posición leninista do Dereito de Autodeterminación dos pobos, esta é, a independencia dos mesmos, é apoiar a loita de liberación nacional, na procura que o proletariado asuma a dirección de ditos movementos, baseado nos tres instrumentos da revolución; o Partido proletario, a Fronte Única e o Exercito Popular. É moi importante a comprensión da necesidade deste ultimo pois sen Exercito Popular nada terá o pobo.
O desenvolvemento dunha Liña e un Programa correctos nesta cuestión é unha tarefa fundamental para a clase obreira pois que nesta cuestión son moitos os erros que se cometeron polas direccións oportunistas ou revisionistas no movemento comunista na península Ibérica.
Temos que denunciar enerxicamente ou chovinismo de grande nación españolista dos revisionistas do falso P”C”E / IU e dos social-traidores do PSOE, máis as actitudes vacilantes e cómplices co mesmo de Podemos e as súas siglas.
A liña histórica dos revisionistas e da pequena burguesía nacionalista foi véncellar o dereito de autodeterminación a unha cuestión legal, mesmo a un referendo no marco do actual estado burgués, (paradigma de Escocia, Quebec..) esta liña, representada na Catalunya por ERC, PdC ou Podem (na Galiza, o BNG e Mareias)  so conduce a frustración do movemento de liberación nacional é oculta que non pode hai Soberanía Nacional, sen Revolución Socialista.
A outra falsa liña vístese de “esquerda” e chama por “Independencia e Socialismo.” Realmente asemellase moito a anterior, pois non só non define o Socialismo como revolución proletaria (reformismo dentro do estado burgués ou da UE) se non mesmo agacha, que a independencia só se poderá conquerir destruíndo o poder da nación opresora pola loita revolucionaria e violenta da masas.
Agora ben, a pequena burguesía nas nacionalidades representa unha clase revolucionaria e patriótica, e a nosa organización debe saber traballar, entre o sector máis progresista da mesma, para poder por medio da unidade/loita dar unha dirección proletaria a seus prantexamentos, a vez que traballar por illar a súa ala dereita.
Consecuentes coas teses da Revolución Socialista temos que combater as erradas concepcións do análise colonial para estas nacionalidades (coa excepción de Canarias), pois as mesmas ignoran que ha realidade destas sociedades é, xa, dun capitalismo avanzado e polo mesmo, aínda que se poda considerar a loita de liberación nacional como unha tarefa da revolución democrática, é, hoxe, nestas circunstancias do desenvolvemento do imperialismo no Estado español parte intrínseca da Revolución Socialista.
Revolución Socialista que só pode significar a destrución do poder da oligarquía financeira e compradora e do seu vello Estado pola violencia revolucionaria, pola guerra popular.
Polo mesmo a nosa organización ten que traballar firmemente na construción concéntrica dos tres instrumentos da revolución; o Partido, A Fronte e o Exercito Popular. Preparando a organización para facer fronte, dun xeito vitorioso, a estas ineludibles necesidades históricas.
Seguir o exemplo luminoso da Grande Revolución Socialista de Outubro do que celebramos con xúbilo o seu centenario e baseándonos no marxismo-leninismo-maoísmo, tomando como principal o maoísmo, analizar as contradicións existentes na nosa sociedade e defender, dende o internacionalismo proletario, a xusta loita da liberación nacional dos pobos oprimidos, no Estado español, tal é a nosa tarefa nestes momentos no que ha crise do réxime da restauración borbónica do 78 afondase coa loita nacional en Catalunya. 
Galiza, novembro do 2017
Comité de Construción do Partido Comunista-maoísta da Galiza.
Publicado por dazibao rojo Posted by maoistroad at

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PC Maoísta de Francia
[Traducción de Revolución Obrera]
Sobre la situación en Cataluña
01/10/2017
¿Qué está pasando en Cataluña? Esta nación presente en varios territorios de la cultura catalana (Valencia, Baleares, Andorra, ...), situada principalmente dentro del Estado español y en parte dentro del Estado francés, tiene una situación política que evoluciona rápidamente: una crisis política sin precedentes ha sido declarada. El Gobierno de la Generalitat (la organización política que tiene los poderes ejecutivos y legislativos regionales de esta "comunidad autónoma" integrada hace siglos en el Estado español) ha prometido desde el año 2015 avanzar hacia la independencia. Con este fin, la Generalitat convocó un referéndum el 1 de octubre de 2017.
El gobierno conservador español de Mariano Rajoy (líder del Partido Popular, que representa la derecha salida del franquismo) parece dispuesto a utilizar todos los medios a su disposición para impedir la celebración del referéndum, que la Corte Constitucional consideró ilegal. Cabe recordar que la policía llevó a cabo pesquisas en la sede del Gobierno regional catalán y se apoderó de casi 10 millones de votos el 19 y 20 de septiembre, que 14 altos funcionarios del gobierno regional fueron arrestados el 21 de septiembre, que la justicia ha citado a comparecer a más de 700 alcaldes catalanes, que las empresas privadas que han contribuido a la propaganda separatista fueron allanadas, que la Corte Constitucional anunció multas de 6.000 a 12.000 € todos los días a las 24 organizadores del referendo hasta que cumplan con las resoluciones de "Justicia". Se cerraron 60 sitios que promueven el referéndum, la campaña electoral fue ilegal y por lo tanto la pega de carteles por la independencia es ilegal, y Madrid ha puesto las finanzas de la región bajo tutela para prevenir el financiamiento ilegal.
La Constitución considera en efecto que España es una e indivisible: a pesar de la existencia de diferentes naciones dentro de ella (Cataluña, País Vasco, pero también Asturias, Galicia, Andalucía...), el legado del imperio y del franquismo sigue siendo profundamente marcado en la organización del Estado. La burguesía sigue celebrando el "Día de la Hispanidad", y el principal partido de derecha, el PP, es el heredero directo de la burocracia franquista. Pero en realidad, la burguesía española es una clase dividida entre su carácter imperialista y la realidad de una centralización incompleta. Si el país fue construido sobre el oro originario de la colonización de América Latina, hubo un considerable retraso industrial posterior. Por otra parte, España no ha completado su proceso de centralización, como lo hizo Francia, que aplastó mucho más eficazmente a sus minorías nacionales con la propagación de una ideología jacobina republicana. Sólo algunas partes del norte de España experimentaron realmente la revolución industrial del siglo XIX, como el País Vasco (Euskal Herria), Cataluña (Catalunya) o aún Galicia.
Estas contradicciones han engendrado una gran miseria en el campo, las flagrantes desigualdades económicas, las demandas nacionales centrífugas y la profunda inestabilidad política. La mayoría de la burguesía está estrechamente ligada a la Iglesia Católica, desprecia abiertamente al pueblo y no busca un barniz progresista. Frente a esto, el movimiento obrero se desarrolló principalmente sobre una base anarcosindicalista y anarquista. En particular, las contradicciones de la sociedad española condujeron al levantamiento reaccionario y luego a la guerra civil de 1936-1939, que también vio la intervención de las potencias fascistas, y de México y la URSS. Los Vascos y los Catalanes se movilizaron junto a la tercera república, con la esperanza de obtener la independencia nacional, o al menos un estatus y libertades públicas.
La derrota de la República silenció temporalmente las aspiraciones nacionales. El movimiento anarcosindicalista y anarquista ha sido barrido, los comunistas han caído en la clandestinidad y la burguesía ha aplastado al proletariado. La transición democrática, iniciada tras la muerte de Franco en 1975, repintó simplemente la fachada del antiguo Estado autoritario y nacionalista: a pesar de la forma parlamentaria del Estado, España tiene una de las leyes más represivas de Europa. La tortura de los activistas revolucionarios e independentistas es común, y todavía no es posible criticar abiertamente a la monarquía.
Pero volvamos a la situación actual. ¿Quién lidera el movimiento independentista en Cataluña? La dirección del movimiento está claramente en manos de la burguesía catalana. En términos de clases, parte del proletariado, de la burguesía y la mayoría de la pequeña burguesía son de la cultura catalana. Por el contrario, "los muy ricos y los muy pobres son españoles": la gran burguesía, como los proletarios más precarios que han venido a probar suerte en Barcelona y en las zonas industriales, están más cerca de la cultura española.
La última Diada, la fiesta nacional transformada en una manifestación por la independencia, reunió a un millón de personas. Durante una década, el rápido desarrollo económico de Cataluña ha animado a la pequeña y mediana burguesía catalana a apoyar abiertamente el movimiento independentista. Para simplificar, digamos esto: para los burgueses, es más ventajoso mantener todos los impuestos a nivel de Cataluña que devolverlos a Madrid. Cataluña todavía representa el 20% del PIB español, el 30% de sus exportaciones y el 50% de su actividad de alto valor añadido. Hay una idea reaccionaria de que "los catalanes" no tienen que sacrificarse por el resto de la población española. Sin embargo, el movimiento catalán debe ser rechazado en su conjunto? No. Es una lucha nacional con una característica progresista (independencia de un Estado imperialista). Pero esta lucha no es revolucionaria. La opresión nacional apunta al pueblo, pero también a la nación como un todo.
Para los revolucionarios del Estado francés, la situación debe ser seguida de cerca. Es potencialmente explosiva en España y podría tener consecuencias muy significativas a nivel europeo, llevando a un efecto dominó en el País Vasco y en otros lugares, por ejemplo en Escocia e Irlanda del Norte. Está claro que Madrid no ha previsto que la situación sea cada vez peor. Para los conservadores, se trataba de un simple trato económico con la burguesía catalana, que hizo su espectáculo para equilibrar y movilizar su base electoral.
Pero la burguesía española, ya sea conservadora o socialista, descuidó un factor: impulsada por su base, decepcionada por el declive de la Generalitat contra los conservadores, la burguesía catalana fue más allá de lo esperado. Todavía puede abandonar el proyecto de independencia y salirse con la suya haciendo lo que los políticos burgueses hacen mejor, es decir, jugando comedia. Pueden argumentar que las amenazas (un general español había sugerido que defenderían el orden constitucional "por todos los medios") y la represión les impidió celebrar el referéndum, incluyendo la incautación de papeletas y convocatorias, sitios web, juicios y supervisión de las finanzas de la Generalitat.
Pero Madrid juega un juego muy peligroso. La desobediencia civil es masiva en Cataluña, ha habido grandes manifestaciones de estudiantes en los últimos días, muchas escuelas están ocupadas y los sindicatos han dado aviso de una huelga general a partir del 1 de octubre en caso de que se evite el referéndum. Si las fuerzas policiales locales, los Mossos, siguen obedeciendo a Madrid, la administración desobedece abiertamente. Las requisas de edificios públicos impactaron a la opinión pública. Y las pruebas de los gobernantes catalanes pueden empujar a las masas a probar todo para el conjunto. Aquí nos enfrentamos a una situación de doble o quita: o bien el gobierno aplasta temporalmente el movimiento independentista, o lo radicaliza, y pierde sus medios frente a la presión popular.
En cualquier caso, las próximas semanas serán decisivas. Nuestro Partido se posiciona así:
Reconocemos la definición de una nación como una comunidad humana estable, históricamente constituida, nacida sobre la base de una comunidad de lenguaje, territorio, vida económica y formación psíquica que se refleja en una comunidad de cultura.
El Estado español utilizó y utiliza la fuerza contra la nación catalana para impedir su secesión. Apoyamos el derecho de la nación catalana a la libre determinación. Si la nación catalana considera oportuna la separación y así crear un Estado independiente, es porque se siente oprimida por el Estado español. Debemos apoyar su derecho a la autodeterminación.
El camarada Lenin nos enseña que "el principio de la nacionalidad es históricamente inevitable en la sociedad burguesa, y dada esta sociedad, el marxista reconoce plenamente la legitimidad histórica de los movimientos nacionales. Pero para que este reconocimiento no recurra a la apología del nacionalismo, debe limitarse estrictamente a lo que es progresivo en estos movimientos, de modo que este reconocimiento no conduce a oscurecer la conciencia proletaria por la ideología burguesa”. (Notas críticas sobre la cuestión nacional, 1913)
El nacionalismo burgués de toda nación oprimida posee un contenido democrático dirigido contra la opresión, éste es el que apoyamos. Sin embargo no apoyamos el contenido que tiene como objetivo fortalecer el nacionalismo y los privilegios de la burguesía nacional y que rompe la conciencia de clase proletaria borrando las distinciones entre las clases de burguesas, pequeños burgueses y proletarios.
"Bajo el pretexto de que sus demandas son "prácticas", la burguesía de las naciones oprimidas llamará al proletariado a apoyar incondicionalmente sus aspiraciones... El proletariado se opone a dicha práctica. Si bien reconoce la igualdad de derechos con un Estado nacional, valora especialmente la alianza de los proletarios de todos los países y evalúa toda demanda nacional, cualquier separación nacional, desde el punto de vista de la lucha de clases de los trabajadores. Para los trabajadores, lo importante es distinguir los principios de las dos tendencias. La medida en que la burguesía de la nación oprimida lucha contra el opresor, estamos siempre, en todos los casos, y con más fuerza que cualquier otra persona en su favor, ya que somos de los más constantes y fervientes enemigos de la opresión. Pero en la medida en que la burguesía de la nación oprimida es favorable a su propio nacionalismo burgués, estamos en contra. (Lenin, citado por Ibrahim Kaypakkaya en The National Question in Turkey, 1971)
Por lo tanto, apoyamos el derecho a la autodeterminación de la nación catalana. Y apoyamos la unidad del proletariado catalán y español contra los intereses de la burguesía y de los propietarios.

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FDLP-ECUADOR
6 de octubre de 2017
CATALUNYA: VIVA LA LUCHA DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO

Las masas pobres, explotadas, pero rebeldes del Ecuador, se solidarizan con el pueblo Catalán y su brega por la autodeterminación; proceso que necesariamente debe estar inscrito en el campo de liberación nacional bajo dirección ideológica del proletariado.

La radical respuesta que ha ejercitado del estado español para reprimir el referéndum independista ha sido contundente.

El viejo estado hace lo que tiene que hacer: precautelar la dictadura, a sí mismo y su circunscripción nacional. Para hacerlo debe necesariamente hacer uso de la fuerza. Esto hay que entender. En esa medida es oportuno preguntarse: ¿Podemos esperar acaso otro tipo de respuesta por parte del viejo estado que no sea la represión? ¿Se puede pretender acaso un proceso independista sin que el estado español haga uso de todo su contingente político-represivo para neutralizar esta justa reivindicación y derecho de los pueblos oprimidos en España? ¡NO!,  definitivamente, sería negar el carácter  de clase que tiene el estado, sus instituciones, su aparato represivo.

La reacción en España fue violenta. Ellos hacen lo que tienen que hacer en la medida de que las masas catalanas no hacen lo que tienen que hacer, entender que la liberación  nacional y la independencia no pueden ser procesados a través de las urnas, el referéndum, la paz, sino que de por medio debe haber, necesariamente, el vórtice revolucionario violento, que no limite la brega a la independencia, sino que se proyecte a la instauración de un nuevo estado, proletario.
Más allá de que en España el proletariado aún no cuente con el instrumento político (partido comunista de nuevo tipo, MLM) indispensable para conducir a la clase y a las masas por el sendero de la lucha y la revolución, no podemos justificar que ante su ausencia se le entregue la responsabilidad histórica de la emancipación al oportunismo o al revisionismo.

O el proceso de liberación nacional lo asume el proletariado o sencillamente ¡nada se habrá hecho!
¡VIVA LA BREGA EMANCIPADORA DEL PUEBLO CATALÁN!

¡POR LA INDEPENDENCIA DE TODOS LOS PUEBLOS OPRIMIDOS EN ESPAÑA!

¡NADA ES IMPOSIBLE PARA QUIÉN SE ATREVE A CONQUISTAR LAS ALTURAS! 

Publicado por dazibao rojo en 1:49 p. m. 

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PCm Italia

Friday, November 10, 2017

Declaración del PCm Italia sobre la cuestión nacional de Cataluny

Publicado el 5 noviembre, 2017 por victoria oprimidos


Nota del blog V.O. : Presentamos a continuación una importante declaración del Partido Comunista Maoísta de Italia (Proletari Comunisti) sobre la cuestión nacional de Catalunya. La hemos traducido del inglés al español por su especial interés, sabe exponer de forma clara y didáctica la situación actual de Catalunya y nos describe el papel que deben jugar los comunistas de Catalunya y de España en estos momentos. También supone una denuncia contra las desviaciones revisionistas de los falsos comunistas.

Cataluña – Algunas notas e instrumentos para una posición revolucionaria y de clase, para guiar la acción internacional y la solidaridad. PCm Italia.

Para contextualizar correctamente la cuestión de Cataluña, de ninguna manera podemos ver solo las aspiraciones de independencia de una gran parte de las masas catalanas o las características peculiares que pueden hacer de Cataluña una nación.
Esto, sin embargo siendo necesario, no explicaría por qué aquí y ahora esta contradicción ha llegado a un punto fundamental, porque se ha agudizado hasta poner al Estado español en la disyuntiva entre una nueva dictadura franquista  en Cataluña con una especie de ocupación militar, o la independencia nacional dirigida por una fracción de la burguesía nacional catalana y la burguesía media.
Marx y Engels nos enseñaron que hay que ir más allá de esto, tenemos que identificar el nexo existente entre el desarrollo de la burguesía en el Estado español y en Cataluña y las condiciones económicas y sociales que son el fundamento del agudo choque actual.
Por lo tanto, es imposible enmarcar adecuadamente el problema sin considerar la crisis económica y global, las contradicciones inter-imperialistas y el papel del Estado español, dentro del escenario de una Europa bajo el liderazgo alemán, aparte de otros factores.
Un primer punto que debe tenerse en cuenta es que la aspiración de establecerse como nación y afirmar el factor de la nación es ante todo una necesidad de la burguesía, particularmente en situaciones dentro de los países imperialistas. Es la burguesía que se esfuerza por desarrollar económicamente, obstáculos y barreras de manera progresiva, y exige una unidad territorial para atar a las masas trabajadoras y el movimiento progresista en su carro.
En el caso de Cataluña, el problema no son los residuos feudales, sino que el gobierno del Estado español contiene en sí mismo una fracción “feudal”, es decir, la monarquía y el post-franquismo, que, si bien no es el feudalismo en el sentido estricto, juega un papel de obstáculo y freno para el desarrollo de la burguesía catalana.
Otro elemento, que siempre es común en los asuntos nacionales y en España en particular, es el peso de la organización de la Iglesia, que en España es el Vaticano, la Curia Romana que, como se había unido firmemente a Franco, ahora toma firmemente partido por la monarquía española y el Estado español, y por lo tanto interactúa, alimenta la aspiración de independencia de Cataluña.
Otro elemento necesario para el análisis de la contradicción en Cataluña es, como nos enseñaron Marx y Engels, el estudio profundo del nexo existente entre el problema nacional y el desarrollo del movimiento obrero.
Aquí nuestro punto de referencia solo puede ser el de Francia en 1848; es decir, en Cataluña no vemos una dominación imperialista sobre un pueblo oprimido del tercer mundo, sino una situación en la que Cataluña es un país capitalista, no completada en términos de nación autónoma existente. La necesaria entrada de la clase trabajadora en esta disputa requiere que aparezca en el campo como una fuerza autónoma en lucha por el poder político.
La necesidad de que el proletariado entre al campo de la lucha actual en Cataluña está dentro de una definición precisa y una limitación concreta, a partir de lo que Marx y Engels declararon en el  Manifiesto: “Los obreros no tienen patria. No podemos quitarles lo que no tienen. Como el proletariado debe antes que nada adquirir la supremacía política, debe elevarse a ser la clase dirigente de la nación, debe constituirse en nación, hasta llegar tan lejos como para convertirse en sí mismo nacional, aunque no en el sentido burgués de la palabra. “
Por lo tanto, es evidente que el proletariado en Cataluña está interesado en una nación catalana como un terreno para la toma del poder político; y en este sentido, incluso en el actual choque, su forma de estar a favor de la independencia de Cataluña es radicalmente diferente de la de la burguesía.
También en Cataluña, el proletariado debe ser consciente de que una Cataluña en manos de la burguesía no es su país, sería la patria de la burguesía y los estratos de la burguesía pequeña y media aliada, y por lo tanto también en tal Cataluña, también en esta lucha por la independencia, la clase obrera debe conducir su lucha en los frentes sindical y económico, como en todos los frentes, para derrocar a la clase dominante actual.
Incluso dentro de la lucha por la independencia de Cataluña, la clase obrera es internacionalista y apunta a una sociedad en la que la economía está organizada a escala global y donde no solo desaparece la explotación de una nación por otra sino el antagonismo de las naciones como tales, porque esta explotación y antagonismo siempre son característicos de las economías capitalistas e imperialistas.
La clase trabajadora aborda la cuestión nacional como una clase que lucha por el poder político, asumiendo todos los problemas de la vida nacional y, en el caso de Cataluña, el tema de la independencia. Pero esta no es una lucha aparte, sino una parte integral de la lucha más general para apoderarse del poder político y  la emancipación del proletariado. (Véase Marx en Italia / Austria, carta a Laube, mayo de 1848, citada en “El marxismo, la cuestión nacional y colonial”, Stalin)
La clase trabajadora -como nos enseñaron Marx y Engels- toma parte en las luchas nacionales, como en el caso de Cataluña, no solo como una cuestión social sino como una cuestión de democracia. De hecho, el referéndum y el derecho de declarar la independencia de Cataluña, son cuestiones democráticas, apoyadas por una fracción de la misma burguesía.
Está claro – como Marx y Engels nos mostraron – que la posición de los comunistas y de la clase obrera no puede ser la misma que la de los falsos comunistas, que hacen caso omiso o incluso se oponen a la cuestión nacional de Cataluña, tomando con argumentos socialistas el lado del Estado español. La lucha de la clase obrera se desarrolla mejor en una situación en la que no existe la opresión de una nación sobre otra, también, en el caso concreto, de un país imperialista.
Pero, la clase trabajadora también participa por otra razón importante. La participación de la clase obrera como fuerza autónoma en la lucha en Cataluña cambia profundamente los términos del problema, destacando la contradicción existente entre los intereses de clase de la burguesía catalana y los intereses de las masas. Eso porque, siempre, también en la Cataluña actual, la burguesía subordina, y subordinará aún más, los intereses de la nación a su propio interés.
Es importante mencionar la cita de Marx y Engels de 1849 en Neue Rheinische Zeitung (citada en Marxismo, la cuestión nacional y colonial, Stalin), donde señalan que en la disputa italiana, la independencia italiana podría perderse no tanto por el poder militar de Austria sino más bien por la cobardía de la monarquía piamontesa. Podemos compararlo con la actitud del actual presidente Puigdemont en Cataluña.
Esto también es importante para poder comprender el núcleo del punto de vista de Marx y Engels, que no se limitó a defender la acción de clase como una fuerza autónoma, sino que también llama a sacar conclusiones del conflicto “La insurrección de masas, guerra revolucionaria, guerrillas por todas partes son los únicos medios con que poca gente pueda  ganar un grupo más numeroso,  y con el que un ejército más débil puede hacer frente a un ejército más fuerte y mejor organizado”.
Si el proletariado como clase autónoma entra en el campo de batalla y toma esto como los medio para hacer frente a la contienda  en Cataluña, es probable que la fracción burguesa que actualmente encabeza el movimiento “en lugar de aliarse con las masas preferirá negociar la paz con su peor enemigo“.
Marx y Engels nos enseñan que en el contexto actual de la lucha en Cataluña, la participación de los trabajadores es de gran importancia, aunque no sean plenamente conscientes e incluso si fueran pequeños grupos.  ¿Por qué es esto importante? Porque puede ser la oportunidad de abrir el camino y preparar el terreno para la lucha por el poder proletario en Cataluña, por una Cataluña socialista.
En esencia, en una sociedad capitalista desarrollada, y Cataluña lo es, incluso frente a la opresión nacional por parte del Estado español, los trabajadores no tienen país. Sin embargo en tal lucha participan y toman partido del lado nacional de Cataluña, para hacer avanzar la lucha por la liberación de la clase obrera, que excluye cualquier opresión y explotación de una nación por parte de otra. Esta posición es diferente del nacionalismo burgués, que tiene como objetivo continuar oprimiendo a la clase obrera y las masas en un contexto nacional. Esta participación de la clase obrera va en contra de las posturas que, en relación con Cataluña, consideran la cuestión nacional como ajena a la clase trabajadora.
Una vez más, teniendo en cuenta la situación en Cataluña, surge la necesidad de los comunistas que quieren dirigir a la clase trabajadora como una fuerza autónoma para decididamente enfrentar el oportunismo de derecha  y de “izquierda”.
Los primeros defienden la causa del Estado español, llegando a la conclusión de que el Estado español es el verdadero marco de la lucha de clases, lo que naturalmente los lleva a no aprovechar la crisis catalana para intensificar la lucha de clases en el español Estado.
Los últimos distancian a la clase trabajadora de la lucha de liberación en Cataluña, dejando el campo libre para la burguesía y contribuyendo a mantener esta lucha nacional en el campo de las contradicciones inter-burguesas.
Ambas desviaciones, de hecho, rompen la unidad de la clase obrera, que justo en la situación de la crisis catalana, tendrían la oportunidad de conseguir colocar unos buenos cimientos sólidos en el Estado español y en Cataluña, que permitan después alcanzar los objetivos del poder proletario y el socialismo.
Al mismo tiempo, es absolutamente necesario en la lucha actual por la independencia nacional de Cataluña no permitirle ningún lugar a una posición que considere a Cataluña algo diferente de un país capitalista desarrollado. Esto daría lugar a una visión de Cataluña como una nación proletaria porque está oprimida, lo cual es siempre una característica de la burguesía y su ala reaccionaria.
Por lo tanto, es decisiva la lucha de los comunistas contra aquellos que impiden que la clase trabajadora participe en esta disputa, tanto en el Estado español como en Cataluña, particularmente contra aquellos que se pintan a sí mismos como de izquierda y / o comunistas.
Lenin nos enseña que si los comunistas hoy abandonan la lucha inmediata y decidida por la cuestión democrática de la independencia de Cataluña, jugarán el juego de la burguesía, tanto en el Estado español como en la propia Cataluña. En el estado español, porque debilitan la lucha progresista por la independencia de Cataluña, que sin el papel y la participación de la clase obrera no puede ganar; en Cataluña, porque dejan a la burguesía libre para atar las masas en su carro. Por el contrario, el papel y la participación de la clase obrera permitirán formular e implementar la reivindicación de la independencia de Cataluña de una manera revolucionaria y no reformista, y abrir el camino, repetimos, a una Cataluña socialista.
Por esta razón, incluso delante de la agudización actual de la contradicción entre el Estado español, dirigido por el gobierno de Rajoy, apoyado en diversas formas por los otros partidos parlamentarios de España, y el gobierno catalán de Puigdemont, no debemos dejar engañarnos por los lemas de las burguesías; estos tienden tarde o temprano a establecerse o alinearse detrás de otras potencias imperialistas para lograr sus objetivos.
Posted by maoistroad


[1] El gran salto adelante: una inevitable necesidad histórica, Prachanda, documento adoptado por la II Conferencia Nacional del PCN(m) - febrero de 2001.

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