¡APROVECHAR LOS DÍAS TURBULENTOS!
Un
reto para el proletariado revolucionario en Venezuela
Los
ojos de gran parte del mundo ahora mantienen fijos en Venezuela; diariamente es
noticia en todos los medios y los trabajadores se preguntan ¿qué está pasando realmente?
Los amigos del “Socialismo del Siglo XXI” insisten en que se trata de una
conspiración de la reacción y del imperialismo para tumbar un régimen
progresista, aun cuando ya varios de sus defensores han reculado y admiten el
fracaso, no solo del chavismo sino de los demás gobiernos “progresistas” de
Suramérica. Las burguesías aliadas y socias del imperialismo yanqui difunden la
idea del fracaso del socialismo en general, exigen el retorno de sus aliados al
poder y el respeto por la república democrática burguesa.
Desde
Revolución Obrera, en la serie de 8
artículos “Venezuela y los Reformistas
Burgueses del Siglo XXI” (2015-21017),
no solo se advirtió el fracaso del “Socialismo del Siglo XXI”, sino la
inevitabilidad de la agudización de las contradicciones económicas, políticas y
sociales como producto de la crisis económica del capitalismo mundial. En enero
de este año se dijo: “Venezuela está
siendo sacudida por una profunda crisis económica, social y política producto
de la voraz explotación capitalista y la dependencia semicolonial imperialista”.
“…Lo que está pasando en Venezuela no
obedece a la conspiración del imperialismo yanqui como aseguran Maduro y sus
amigos, ni es una desgraciada casualidad, sino que es la consecuencia natural y
necesaria de la crisis económica del capitalismo mundial del cual Venezuela
hace parte; a la que han contribuido las fórmulas de Dieterich y su “Socialismo
del Siglo XXI” o capitalismo monopolista de Estado. Un fracaso anunciado desde
Revolución Obrera porque no se puede construir algo distinto sin destruir las
viejas relaciones sociales de producción ni el Estado que las defiende,
garantiza y reproduce como sucedió en Venezuela, a pesar de la demagogia
seudosocialista de Chávez y sus seguidores.” [Ver: Venezuela
y los Reformistas Burgueses del Siglo XXI (8)].
La crisis social en
Venezuela no es solamente por la carencia de productos básicos acaparados por
la burguesía antichavista y una parte de la propia burocracia gubernamental,
que hacen su agosto con las necesidades de las masas populares. En el fondo, es
la consecuencia de la superexplotación de los trabajadores y del saqueo de los
recursos naturales por los imperialistas que no han cambiado en Venezuela a
pesar de los discursos antiimperialistas y la palabrería socialistera de los
gobernantes; son esas relaciones las que ahondan las diferencias de clase,
concentrando la propiedad y el capital cada vez más en una ínfima minoría de
explotadores parásitos y generalizando el hambre y la miseria en la mayoría
trabajadora.
La caída internacional
de los precios del petróleo y la dependencia de ellos para sostener los
programas asistencialistas del régimen chavista colapsaron hace rato, siendo
cada vez más evidente que cambiar los amos imperialistas yanquis por los amos rusos
y chinos no significa independencia, ni solución a los problemas de las masas,
ni siquiera para abastecerlas de los productos de primera necesidad. La
situación muestra descarnadamente el único interés de los imperialistas
norteamericanos, europeos o asiáticos y de las clases lacayas dominantes en
Venezuela.
Los
levantamientos populares espontáneos que crecen cada día, siguen siendo aprovechados
por las fuerzas más reaccionarias para sus fines de cambiar el gobierno de
Maduro que, impotente ante la situación y desprestigiado frente al pueblo, se
ha visto obligado a cerrar el congreso donde quedó en minoría y a tratar de
reencaucharse convocando una nueva Asamblea Constituyente. Una nueva razón para
que el sector más retardatario de la burguesía venezolana tome aliento buscando
canalizar el descontento popular. Por su parte, el gobierno y la burguesía
aliada del chavismo hacen lo propio, con las consecuencias que se han visto: violentos
enfrentamientos entre las masas y como siempre sucede cuando éstas no cuentan
con un Partido de la clase obrera que dirija su lucha, los muertos de esta
pelea entre burgueses e imperialistas, los pone el pueblo.
Las
manifestaciones de la oposición para tumbar a Maduro, así como las convocadas
por el gobierno para defenderlo, las bandas de pistoleros y los muertos no son
de ahora, sino de vieja data y por parte de ambos bandos, como aquí se denunció
en la serie de artículos citada. Lo único nuevo es el agravamiento de las
crisis social que atiza la inestabilidad política y tiende a convertirse en una
crisis de grandes proporciones, en la medida en que las fuerzas desatadas por
las clases dominantes, aprovechando el descontento popular, se radicalicen y
hagan tambalear no solo el gobierno sino todo el aparato de dominación y el
sistema mismo.
Esa
es una posibilidad real dado el agravamiento de la situación de las masas
populares, que a su vez uniría en un solo puño a Maduro y Capriles, a todas las
clases dominantes venezolanas, para aplastar y ahogar en sangre cualquier
iniciativa popular que amenace de verdad sus asquerosos privilegios, resolviendo
la crisis política bien sea mediante un golpe militar o convocando rápidamente a
elecciones para estabilizar el Estado garante de sus intereses comunes.
Un
factor importante en el desenlace de esta lucha está en que todavía el
proletariado no cuenta en Venezuela con su destacamento de combate, con su
Partido político independiente que defienda y haga valer sus intereses
inmediatos y futuros en la contienda inter burguesa e inter imperialista para
hacer avanzar la revolución y “aprovechar
los días turbulentos que se avecinan”.
Hasta ahora, los
partidos que se hacen llamar comunistas y socialistas en Venezuela están
comprometidos en la defensa del régimen burgués chavista, han actuado
abiertamente como destacamentos de la burguesía arrastrando a las masas a
defender un régimen burgués proimperialista, engañándolas, haciéndoles creer
que marchaban al socialismo. Los oportunistas son cómplices y responsables de
la actual situación que se vive en Venezuela; son esos falsos socialistas y
falsos comunistas los que han ayudado a la burguesía a dividir al pueblo; son
ellos los que han impedido a los obreros organizarse como Partido independiente,
y son ellos los responsables de oxigenar el capitalismo moribundo y aplazar el
desenlace de la verdadera revolución.
Pero las masas no están
condenadas a servir de carne de cañón en las disputas de sus centenarios
enemigos y todas las condiciones maduran para transformar la crisis política de
las clases dominantes en crisis o situación revolucionaria por el poder para la
clase obrera y los campesinos. Los proletarios revolucionarios en Venezuela
deben deslindar con los oportunistas y el régimen chavista, enarbolando las
banderas de la revolución. ¡Construir el Partido de la Clase Obrera: he ahí la
más urgente tarea de los proletarios revolucionarios en Venezuela!
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