El siguiente informe fue
publicado en la edición de noviembre de 1968 de Liberación, el periódico
del PCI (ML). Aunque el autor traicionó más tarde la causa de la revolución
proletaria, el informe es aún de interés como documento histórico que aclara
los acontecimientos de Naxalbari y refleja el punto de vista prevaleciente en
ese entonces de los comunistas revolucionarios que lo dirigieron –UMQG.
Informe
Sobre el Movimiento Campesino en la Región de Terai
Por Kanu Sanyal
Después de cerca de 18 meses,
nosotros, los comunistas revolucionarios de la subdivisión de Siliguri,
realizamos una conferencia el 15 de septiembre de 1968 en condiciones bastante
desfavorables.
¿Por qué hablo de condiciones
desfavorables? Porque durante estos 18 meses ha habido intentos de aplastar el
movimiento campesino revolucionario de la subdivisión de Siliguri y de
aniquilar a los comunistas revolucionarios allí a través de campañas de “cerco
y aniquilamiento”. ¿Quién comenzó estas campañas de “cerco y aniquilamiento”?
El 22 de mayo de 1967, los líderes del gobierno del Frente Unido de 14 partidos
dirigidos por Ajoy-Jyoti-Harekrishna-Biswanath encarcelaron a cientos de
campesinos y obreros y los sometieron a torturas físicas, la policía saqueó sus
casas, baleó, remató con bayoneta y asesinó a 18 campesinos, incluyendo
hombres, mujeres y niños con el propósito de aplastar el movimiento campesino
revolucionario.
Importancia de la cuestión
campesina:
… ¿Por qué el movimiento campesino de
la región de Terai ha demostrado ser un movimiento con consecuencias más
trascendentales que un terremoto?
El nuestro es un país semicolonial y
semifeudal, el 80% de su población vive en las aldeas. La contradicción entre
las masas de nuestro país y el feudalismo es la contradicción principal. La
burguesía burocrático-compradora, los terratenientes y los jotedares[1] han
llevado a cabo su dominación y explotación a través de su organización
política, el Partido del Congreso, al proteger completamente y desarrollar los
intereses imperialistas y encubrir la base del feudalismo con una fachada
legal. Así que los campesinos son la base y la fuerza principal de la lucha
antiimperialista y antifeudal. Al menos que los campesinos sean liberados, es
imposible lograr la liberación de todas las demás clases oprimidas. Los
campesinos de Terai son una parte del campesinado de nuestro país. El 70% de
los campesinos de Terai son campesinos pobres y sin tierra, el 20% son
campesinos medios y el 10% son campesinos ricos. Estos heroicos campesinos
asestaron duros golpes a los elementos feudales caducos y corruptos –jotedares,
terratenientes y usureros. El aparato estatal de la burguesía
burocrático-compradora, los terratenientes y los jotedares está preservando el
sistema feudal por la fuerza y llevando a cabo una dominación armada.
Inspirados por la enseñanza del Presidente Mao, “El poder nace del fusil”, los
heroicos campesinos se opusieron a esta dominación armada mediante la rebelión
armada.
Los campesinos de Terai no sólo dieron
un duro golpe al feudalismo, sino que también expresaron su intenso odio por la
explotación imperialista de la India, especialmente la explotación del
imperialismo EU, hicieron añicos la autoridad política, económica y social, la
dignidad y el prestigio construidos en las aldeas por los terratenientes y los
jotedares que representan el feudalismo, y establecieron el dominio de los
comités campesinos en las aldeas a través de su rebelión armada. Es por esto
que la lucha de Naxalbari ha mostrado el camino para la liberación de las clases
oprimidas de la India.
Hemos visto cómo cambió el criterio
para juzgar los eventos políticos tan pronto como comenzó la lucha de los
heroicos campesinos y de esta manera mostró lo correcto de las enseñanzas del
Presidente Mao. La lucha puso en claro quién, en un país semicolonial y
semifeudal como el nuestro, es revolucionario y quién es un
contrarrevolucionario, quién es progresista y quién es reaccionario, quién es
marxista y quién es revisionista, y qué partido político desea avanzar la causa
de la revolución democrática, es decir, la revolución agraria y qué partido
quiere encubrir el sistema semicolonial y semifeudal para preservarlo.
Desde transmisiones de radio
extranjeras y periódicos que defienden los intereses de la burguesía y de los
imperialistas hasta el hombre común en ciudades y aldeas –cada cual toma
partido por la cuestión de la lucha campesina en Terai. Ninguno de los partidos
políticos que nunca se cansaron de hablar de obreros, campesinos y marxismo,
podía mantenerse en su posición anterior. La lucha de los campesinos de Terai
los desenmascaró violentamente y los obligó a tomar partido. La lucha de los
heroicos campesinos mostró que todos los líderes de los 14 partidos de
“izquierda”, incluyendo el llamado partido marxista, que se las habían
arreglado para obtener guddies ministeriales, estaban sirviendo al
Estado de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, como el
Partido del Congreso. La lucha puso de manifiesto que al igual que el Partido
del Congreso, los líderes de los 14 partidos de “izquierda”, incluyendo la
camarilla Dangeite y Sundarayya & Cía., son enemigos de la revolución
democrática de la India, o sea, de la revolución agraria. La lucha de los
campesinos de Terai demostró que la revolución agraria puede ser exitosa sólo
librando una implacable e inflexible lucha contra ellos.
La lucha de los campesinos de Terai
actuó como partera en la situación revolucionaria prevaleciente en la India. Es
por eso que una sola chispa de la lucha de Naxalbari puede incendiar la
pradera. En una palabra, la lucha de los heroicos campesinos ha puesto en
primer plano de manera muy vigorosa el papel de los campesinos en la revolución
democrática de la India sobreponiéndose a la feroz y activa oposición de todos
los reaccionarios y revisionistas.
Establecer los
Comités Campesinos
y Organizarse
La conferencia campesina de la
subdivisión de Siliguri hizo un llamado a: (1) establecer la autoridad de los
comités campesinos en todos los asuntos de la aldea, (2) organizarse y armarse
con el fin de aplastar la resistencia de los jotedares y reaccionarios rurales,
y (3) destruir el monopolio de la propiedad de la tierra por parte de los
jotedares y redistribuir la tierra nuevamente por medio de los comités
campesinos.
La conferencia declaró más adelante
que la lucha campesina contra el feudalismo tendría que enfrentar la represión
de todos los reaccionarios, ya sea el gobierno de Indira Gandhi en Nueva Delhi
o el gobierno de Frente Unido (FU) en Bengala Occidental. De tal manera que a
toda su represión debe hacérsele resistencia por la fuerza de las armas y
llevando a cabo una lucha prolongada.
El llamado de la conferencia campesina
de la subdivisión suscitó de inmediato una conmoción entre las masas campesinas
revolucionarias.
¿Cómo tradujeron este llamado en
acción los campesinos revolucionarios de Terai? Para llevar a cabo este llamado
de la conferencia, los campesinos revolucionarios primero que todo recalcaron
la tarea de crear grupos de campesinos armados en las aldeas. En todas las aldeas
oímos las palabras: “El poder nace del fusil”. Esto se debe a que toda la
lucha, por pequeña que sea, ya sea para acabar con la usura o con cualquier
otra cuestión, siempre ha sido enfrentada con lathis[2] y fusiles. Es por eso que
ese llamado obró mágicamente en la organización de los campesinos.
Casi todas las aldeas se organizaron
entre finales de marzo y finales de abril de 1967. Mientras que anteriormente,
los miembros del Kisan Sabha[3] no
llegaban a ser 5.000 ahora son casi 40.000. Cerca de 15 a 20 mil campesinos
comenzaron a trabajar de tiempo completo y construyeron comités campesinos en
las aldeas. Los jóvenes de las aldeas que nunca habían sido vistos en las
primeras filas del Kisan Sabha ahora ocupaban el lugar de los activistas
campesinos veteranos. Con la velocidad de una tormenta los campesinos
revolucionarios en el curso de un mes y medio, formaron comités campesinos a
través de cientos de reuniones de grupo y convirtieron estos comités en grupos
armados para la defensa de las aldeas. En una palabra, organizaron cerca del
90% de la población de la aldea. Esta acción de los campesinos cambió
completamente todas nuestras antiguas ideas sobre organización. El Presidente
Mao nos enseña: “Las masas populares poseen un poder creador ilimitado. Pueden
organizarse y dirigir sus esfuerzos hacia los lugares y sectores de trabajo
donde pueden poner en pleno juego su energía”.
Llegamos a comprender más
profundamente el significado de esta enseñanza de nuestro gran maestro, el
Presidente Mao por esta acción de los campesinos de Terai.
El gran Lenin dijo: “La revolución es
un festival de las masas”. Lo que esto significa realmente fue presenciado por
nosotros durante la lucha de los campesinos de Terai. Mientras los llamados
eruditos marxistas, Indira Gandhi y otros, estaban haciendo promesas con
ruidosas charlas sobre la integración nacional, nosotros encontramos cómo las
actividades revolucionarias de los campesinos unificaban a todos los campesinos
sin distinción de nacionalidad, religión, idioma y casta.
Los campesinos revolucionarios a
través de sus acciones, crearon sus normas y las convirtieron en ley en las
aldeas.
1. Se arrasó la estructura política,
económica y social de las aldeas basada en el monopolio de la propiedad sobre
la tierra que arrastraba cada vez más a los campesinos a una total
pauperización. “No, nada de escrituras y documentos –lo que se necesita es la
orden del comité campesino”, declararon los campesinos. Demarcaron toda la
tierra en Terai con sus arados y la hicieron suya. Declararon que toda la
tierra que no fuera de propiedad de los campesinos ni cultivada por ellos
mismos debía ser redistribuida por los comités campesinos. Al llevar esto a la
práctica, se dió un golpe a las principales bases políticas y económicas de los
jotedares. La vieja estructura feudal que había existido durante siglos fue así
aplastada a través de esta acción de los campesinos.
2. Todas las escrituras y documentos
legales relativos a las tierras habían sido usados para engañarlos. Realizaron
reuniones y quemaron todos los recibos, constancias, planos, escrituras y
documentos.
3. Los jotedares y prestamistas,
aprovechándose de la pobreza de los pobladores rurales, los comprometieron en
contratos desiguales a hipotecar las tierras y los bueyes. Los campesinos
declararon nulos y sin efecto tales contratos así como el enorme gravamen del
interés impuesto.
4. El arroz almacenado que se usa como
capital para llevar a cabo la explotación feudal y usuraria fue confiscado por
los campesinos y distribuido entre ellos. Aparte de este arroz almacenado, se
confiscaron y distribuyeron otras cosas como aceite, atta (harina gruesa),
bueyes, vacas, y una gran cantidad de animales domésticos de propiedad de los
jotedares, implementos agrícolas y aún artículos de uso personal.
5. Todos los jotedares de las aldeas
que desde hace tiempo eran conocidos como opresores y aquellos que trataron de
oponerse a la lucha campesina fueron sometidos a juicios públicos y sentenciados
a muerte.
6. Los lacayos y elementos malvados
que son utilizados para preservar la autoridad política, económica y social de
los jotedares en las aldeas y aquellos que colaboraron con la policía fueron
sometidos a juicio público. En algunos casos se dio sentencia de muerte; en
otros, los sujetos fueron exhibidos en las calles de la aldea con cordones en
el cuello y gorras de bufones en la cabeza para que no se atrevieran a cometer
crímenes en el futuro.
7. Dándose cuenta que su lucha contra
los jotedares, los terratenientes y los prestamistas sería sometida a la
represión armada por el aparato estatal, los campesinos se armaron con sus
armas tradicionales como arco, flechas y lanzas, así como con armas de fuego
arrebatadas a los jotedares y organizaron sus propios grupos armados.
8. Para que la administración general
de las aldeas no se viera afectada, acordaron vigilancia nocturna y adoptaron
la responsabilidad de hacer lo mismo con las escuelas. Los comités campesinos
anunciaron severos castigos en caso de robos o saqueos y tomaron medidas para
imponer en algunas ocasiones tales castigos.
9. En cada área crearon comités
revolucionarios centrales y regionales y establecieron el poder político de los
campesinos.
10. Declararon como nula y sin efecto
en las aldeas la existente ley burguesa y los tribunales de justicia. Se
declaró que las decisiones de los comités revolucionarios regionales y
centrales serían la ley.
Además de estas diez grandes tareas
los campesinos también hicieron muchas otras cosas para erradicar de las aldeas
el viejo sistema feudal que había existido por siglos. Se pudo apreciar cuán
intenso era el odio de clase de los campesinos en el hecho que durante una
incursión a las casas de dos jotedares, que duró dos días, no sólo comieron los
alimentos preparados sino que también ayudaron a preparar las comidas con las
reservas dejadas allí. En esta lucha presenciamos el festival de los campesinos
revolucionarios derrocando al feudalismo.
Cuando los campesinos eran conscientes
de cualquier error durante estas acciones revolucionarias, acudían
inmediatamente al comité campesino para su rectificación. Esto significa que
los comités campesinos no eran algo impuesto a los campesinos. Por el
contrario, estos comités eran completamente suyos. Es por esto que la lucha de
los heroicos campesinos de Terai permitió golpear a los jotedares y a los
usureros.
La dirección de esta lucha estaba,
naturalmente, en manos de los campesinos sin tierra, que son el sector más
militante del campesinado. La razón por la cual estas acciones revolucionarias
pudieron llegar a ser tan trascendentales y de un alcance tan significativo es
que la dirección de la lucha estaba en manos de los campesinos pobres y sin
tierra, que constituyen el 70% del campesinado. Después de la conferencia,
fueron ellos los que se dieron cuenta antes que otros que las resoluciones de
la conferencia eran de beneficio para sus propios intereses más que para
cualquier otro. Es sólo por esto que el trabajo de organizar el movimiento
asumió una forma tan amplia y militante. Por su propia experiencia los
campesinos pobres se dieron cuenta que
cualquier compromiso con el feudalismo haría su futuro aún más miserable que
antes. Por eso, es que en su lucha contra los jotedares, los prestamistas, los
déspotas y la policía, son los campesinos pobres los que no han retrocedido
ante los sacrificios del 24 y 25 de mayo de 1967. La verdad de esto se
comprueba aún hoy a través de las luchas.
Poco después de la conferencia, los
campesinos medios que constituyen el 20% del campesinado, vieron con recelo el
llamado hecho por la conferencia. Por lo tanto no fueron activos en la primera
fase de la lucha. Sólo entraron a participar cuando se dieron cuenta que la
lucha servía a sus intereses y que el blanco y enemigo principal de la lucha
eran los jotedares, los terratenientes y los prestamistas. Con el ingreso de
los campesinos medios el alcance de la lucha se multiplicó y se hizo aún más
intensa.
Los campesinos ricos, que constituyen
sólo el 10% de la población de la aldea, en ningún momento consideraron la
declaración de la conferencia ni que esta lucha fuera de beneficio para sus
propios intereses. Más bien, aquellos, particularmente los campesinos ricos que
llevan a cabo la explotación feudal en grandes extensiones de su tierra,
comprendieron que esta significaba un peligro para ellos. De manera que después
de la conferencia asumieron el papel de críticos y se opusieron a la lucha en
la primera fase e incluso algunas veces actuaron como espías para los
jotedares. Pero tan pronto como los campesinos medios se unieron a los
campesinos pobres sus movimientos sufrieron un cambio. Después que los
jotedares y los elementos malvados habían sido castigados y huido de los
pueblos y centros de comercio, los campesinos ricos se salieron del camino de
la oposición y crítica y empezaron a exigir justicia de los comités campesinos.
Y los comités campesinos consideraron cada caso con sus particularidades y les
hicieron justicia. Como resultado, los campesinos ricos en general se volvieron
neutrales e incluso, en muchas ocasiones, tomaron parte activa en la lucha.
En el curso de la lucha los pequeños
jotedares se dividieron en dos sectores. Un sector comprendía aquellos
jotedares que no eran capaces ni de desarrollarse como ellos lo deseaban debido
a la opresión del gobierno de la burguesía burocrático-compradora y de los
terratenientes ni de mantener su nivel de vida existente; este sector tomó
parte en la lucha. El otro sector, que constaba de aquellos que se dieron
cuenta que no les era posible resistir, se volvió inactivo esperando tomar
venganza en el futuro.
La lucha de los heroicos campesinos de
Terai mostró cómo a través de la práctica se construye la unidad campesina,
aunque debe admitirse que la tierra no fue del todo fácil. La verdadera unidad
campesina solamente se puede construir sin hacer ningún pacto con el
feudalismo, intensificando la lucha de clase en su contra y dirigiendo la punta
de lanza del ataque contra él. Los campesinos probaron esto en la práctica. Un
vistazo al pasado y al actual Kisan Sabha revisionista lo convence a uno que la
intensa lucha de clase contra el feudalismo nunca puede desarrollarse
convocando a conferencias tales como la “conferencia de los cultivadores de
yute” o evitando una lucha de clases por el bien de la unidad. Una vigorosa
lucha de clase contra el feudalismo no sólo ayuda a construir la unidad
campesina sino que también garantiza el establecimiento del poder político de
los campesinos a través de tal unidad campesina. Hemos aprendido esto de los campesinos
de Terai.
Todos los llamados partidos de
izquierda se unieron al Partido del Congreso en su loca cruzada para difamar la
lucha de los heroicos campesinos de Terai. Pero toda su difamación nunca podrá
ocultar el hecho que los campesinos de Terai han derrocado por completo al
feudalismo, una hazaña que no pudo haber sido hecha a través de ninguna
legislación o cualquier otra cosa durante todos estos cientos de años…
… Al llevar a cabo estas diez grandes
tareas los heroicos campesinos nos han enseñado que la lucha de los campesinos
no es simplemente una lucha por la tierra. Por el contrario, con el fin de
acabar con el monopolio de la propiedad de la tierra y con la explotación
feudal de los terratenientes en las aldeas, aspectos estos defendidos por el
Partido del Congreso – el partido político de la burguesía
burocrático-compradora y de los terratenientes- con la ayuda de la estructura
política, económica, social y cultural que sirve a los terratenientes, debe
crearse una nueva estructura política, económica, social y cultural por medio
del establecimiento de un nuevo poder político. Este poder político puede
establecerse levantando y armando a los campesinos, organizando grupos de
guerrilla, creando zonas liberadas, construyendo una fuerza armada regular y
protegiendo y extendiendo esta fuerza. Tal poder político, no importa qué tan
pequeña sea la zona en que se establezca, es el embrión del futuro poder del
Estado democrático del pueblo de la India.
Nunca es posible derrocar la
dominación de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, que
han llegado a acuerdos con el imperialismo, sin armar a los campesinos en la
lucha antifeudal, sin dirigir la lucha con valentía, sin construir una
guerrilla y unas fuerzas armadas regulares. Esto se debe a que en nuestro país
la clase terrateniente feudal es la principal base social de la explotación
imperialista y de la burguesía burocrático-compradora, y los campesinos son la
fuerza principal y la base de esta lucha. Aquí yace la peculiar característica
del camino de Naxalbari, es decir, la lucha de Naxalbari. La lucha de Naxalbari
no puede ser pisoteada precisamente porque no es simplemente una lucha por la
tierra.
Sin esta conciencia, cualquier lucha
por la tierra, no importa qué tan militante pueda ser, es economismo militante.
Tal lucha militante por la tierra genera oportunismo en el movimiento campesino
y desmoraliza a la mayoría del sector combativo como ocurrió durante la lucha
para apoderarse de las tierras benami. Tal movimiento militante economista
conduce al callejón sin salida del revisionismo. Esto quiere decir, en otras
palabras, convertirse, consciente o inconscientemente, en un reformista
burgués. La burguesía trata de lograr su objetivo, a veces a través de sus
leyes y a veces a través de un Vinoba Bhave. Cuando fracasan en esto, dependen
de los socialdemócratas actuales que se disfrazan de marxistas. El marxismo no
tiene nada en común con esto. En resumen, la cuestión de hacer la revolución
agraria victoriosa en nuestro país no es lo mismo que asegurar la justicia
social de los campesinos…
Mientras los heroicos campesinos de Terai aplastaban los
fundamentos del feudalismo en las aldeas llevando a cabo las diez grandes
tareas, los obreros de las granjas de té comprendieron por su propia conciencia
de clase que esta lucha era para derrocar el dominio del Partido del Congreso,
que representa a la burguesía burocrático-compradora y a los terratenientes.
Por eso estos obreros no podían mantenerse al margen de la lucha de los
campesinos aunque los sindicatos de trabajadores de las granjas de té estaban
controlados principalmente por los llamados comunistas … Hicieron una huelga,
se armaron y han tomado parte en cada lucha desde el 24 de mayo de 1967.
Nuestras Desviaciones
y
Las
Lecciones Que Aprendimos
Tomada en su conjunto, internacional y
nacionalmente, la situación revolucionaria en nuestro país es excelente. La
lucha armada de los campesinos de la subdivisión de Siliguri ha comenzado
después de las cuartas elecciones generales al tiempo que el imperialismo
Anglo-EU, especialmente el imperialismo EU, se encuentra en una aguda crisis y
la contienda entre los imperialistas se ha vuelto más enconada cuando el
capital imperialista EU es incapaz de contar completamente con la influencia
del Partido del Congreso, en materia de inversiones; cuando toda la patraña de
la planeación económica del Partido del Congreso, la organización de la
burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, se está viniendo
abajo, cuando el pueblo está sufriendo los efectos de una aguda crisis
económica y cuando la falta de confianza del pueblo en el Partido del Congreso
se ha hecho aún más pronunciada, como se reflejó con la terminación del
monopolio ejercido por los ministros del Partido del Congreso en ocho Estados.
Sabemos que debemos adoptar una
táctica ofensiva en nuestra lucha cuando el enemigo está acosado por crisis y
luchas internas y debemos adoptar la táctica de avanzar gradualmente nuestra
lucha cuando el enemigo haya logrado alguna estabilidad. Considerada desde el
punto de vista, la lucha de los campesinos de Terai es justa, oportuna y cabal.
¿Por qué hemos fracasado, aunque
temporalmente, en avanzar la lucha de los heroicos campesinos de Terai? Las
razones son: falta de una sólida organización de partido, falta de un apoyo
total y sincero en las masas para construir una poderosa base de masas,
ignorancia en los asuntos militares, creer en viejas líneas y en una actitud
formal hacia el establecimiento del poder político y hacia la tarea de la
reforma agraria revolucionaria. Siempre debemos tener en cuenta las enseñanzas
del Presidente Mao al discutir estos asuntos. El nos enseña: “Toda cosa nueva
experimenta dificultades y reveses en su crecimiento. Sueña quien crea que el
socialismo es como coser y cantar, empresa de éxito fácil en la que no se
tropieza con dificultades ni se sufren reveses ni se requieren inmensos
esfuerzos”.
Por la falta de una sólida
organización de partido queremos significar la ausencia de un partido armado
con la teoría del marxismo-leninismo y su más alto desarrollo en la época
actual, el pensamiento Mao Tsetung, que esté estrechamente vinculado con las
masas, que no tema a la autocrítica y que adopte el estilo de trabajo
marxista-leninista. Es cierto que los camaradas revolucionarios de la
subdivisión de Siliguri dirigidos por nuestro respetado líder, el camarada
Charu Mazumdar, fueron los primeros en alzarse en rebelión contra los
revisionistas. Pero esto no significa que hayamos asimilado completamente la
enseñanza de nuestro gran maestro el Presidente Mao. Es decir, mientras
aceptamos las enseñanzas del Presidente Mao en teoría, persistimos en métodos
revisionistas en la práctica. Aunque es cierto que la mayoría de los miembros
del partido en Terai eran obreros y campesinos y que había organización de
partido en casi toda la zona, en realidad los camaradas y campesinos estaban
dirigidos por los camaradas pequeño-burgueses y la organización del partido en
cada área permanecía realmente inactiva. Los miembros del partido fueron activos
al comienzo de la lucha pero fueron barridos por el vasto movimiento del
pueblo. Tampoco nos dimos cuenta que el partido tenía un papel tremendamente
importante que jugar en avanzar firmemente la lucha de los heroicos campesinos.
Como resultado, cualquiera que pudiera ser el papel jugado espontáneamente por
los miembros del partido al comienzo de la lucha, fue después reducido a la
nada frente al terror blanco. Minimizar el papel del partido en la lucha no es
más que una expresión del viejo modo de pensar revisionista. El partido no jugó
ningún papel en cuestiones tales como decidir cuáles son las necesidades de la
lucha en un momento dado, dar prioridad a la propaganda política sobre
cualquier otra cosa, orientar a la gente acerca de lo que se debe hacer cuando
el enemigo ataque, preparar al pueblo políticamente para enfrentar los
movimientos del enemigo, y desarrollar la lucha paso a paso hacia una etapa
superior.
Ni siquiera evaluamos políticamente ni
propagamos entre el pueblo la importancia de las diez grandes tareas realizadas
por los heroicos campesinos. Como resultado, se desarrolló entre nosotros el
oportunismo y la deserción, e incluso los camaradas combatientes comenzaron a
mostrar señales de falta de firmeza.
De manera que somos de la opinión que
debemos llevar a cabo una lucha tajante contra el modo de pensar revisionista y
realizar ciertas tareas definidas. Estas tareas son: formar una unidad de
partido en una localidad dada y elegir su líder; entrenar estas unidades de
partido, que deben estar armadas, manteniéndose en secreto. Las tareas de la
unidad de partido serán propagar el pensamiento del Presidente Mao en una
localidad dada y desarrollar e intensificar la lucha de clases en esa
localidad; actuar como una unidad guerrillera y atacar y eliminar a los
enemigos de clase apoyándose totalmente en el pueblo; y, si fuere posible,
participar con el pueblo en el trabajo de producción. Ahora hemos comenzado a
poner en práctica el programa arriba mencionado.
No pudimos elevar la lucha firmemente a
una etapa superior porque nos faltó apoyarnos totalmente en las masas y
construir una poderosa base de masas. Ahora admitimos con franqueza que no
confiamos en las heroicas masas campesinas que, con la rapidez de una tormenta,
se organizaron por sí mismas, formaron comités campesinos revolucionarios,
llevaron a cabo las diez grandes tareas y avanzaron la lucha de clases a pasos
agigantados durante el periodo de abril a septiembre de 1967. No comprendimos
que son las masas las que hacen la historia, que son los verdaderos héroes, que
pueden organizarse por sí mismas y que pueden sorprender a todos con su estilo
de trabajo completamente nuevo. Fallamos en no darnos cuenta que camaradas como
Tribeni Kanu, Sobhan Ali, Barka Majhi, Babulal Biswakarmakar y las diez mujeres
campesinas de Naxalbari son los verdaderos héroes y organizadores, y por tanto
fracasamos en el avance.
Aunque repetidamente reconocimos esto
en teoría durante el periodo de abril a septiembre de 1967, en realidad, sin
embargo, nosotros, la dirección pequeño-burguesa, nos impusimos al pueblo. Cada
vez que las heroicas masas de campesinos tomaban la iniciativa y querían hacer
algo, nosotros de origen pequeño-burgués nos oponíamos a ellas. La razón es que
no comprendíamos, y nunca tratamos de entender, las acciones de las masas. Por
el contrario, bajo la influencia de los viejos hábitos revisionistas fijamos
arbitrariamente límites hasta donde ellos debían llegar. Esto trajo como
resultado la frustración de la iniciativa de las masas y el debilitamiento de
la lucha de clases. Habiendo trabajado en un partido revisionista estuvimos
utilizando las leyes y convenciones burguesas y así tratamos de convencer a las
masas de qué era correcto y qué era incorrecto. De manera que cuando la gente
quería atacar a la policía, lo evitamos basándonos en que nuestras pérdidas
serían grandes. Vimos la actitud del pueblo frente a los jotedares y a la
policía desde el ángulo del humanismo burgués. Como resultado fracasamos en
organizar las grandes masas, que llegaban a un número superior de 40.000 y por
consiguiente fracasamos en construir una poderosa base de masas durante abril y
mayo de 1967.
Por lo tanto, durante la segunda etapa
de nuestra lucha, hemos resuelto que debemos unirnos a las necesidades y
aspiraciones de las masas, ir a las masas con infinito amor y respeto en
nuestro corazón e integrarnos a ellas. Debemos aprender de ellas y luego
devolverles la lección a través de la práctica. En otras palabras, no debemos
imponer nada desde arriba. Se pueden cometer errores debido a esto pero es
posible corregir tales errores. Lo más importante es no permitir jamás que la
iniciativa de las masas sea reprimida. Nuestro deber es desarrollar su
iniciativa.
Ignorancia en los
Asuntos Militares
y
Viejos Modos de Pensar
La lucha de los heroicos campesinos de
la subdivisión Siliguri no fue un movimiento para realizar ciertas
reivindicaciones a la manera antigua. Fue una lucha por el establecimiento de
un nuevo poder político, el poder de los campesinos en las aldeas después de abolir
el feudalismo allí. De manera que discutiremos las razones de nuestras fallas
en esta lucha tanto desde el punto de vista político como militar. El
Presidente Mao nos enseña: “Todos los reaccionarios son tigres de papel.
Parecen temibles, pero en realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva,
no son los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso”. Si, en
cualquier lucha sucede que sobreestimamos la fuerza del enemigo políticamente,
nunca será posible ganar la victoria en esa lucha. En otras palabras, si no
tenemos, desde el punto de vista estratégico, el valor y la firmeza requeridas
para derrotar al enemigo, inevitablemente nos enfrentaremos a la derrota. Si no
entendemos que en últimas es el pueblo quien es poderoso, no seremos capaces de
alcanzar la victoria en ninguna lucha. Es esta conciencia la que da firmeza a
la lucha, la que nos anima a hacer grandes sacrificios sin ningún temor y la
que nos enseña a sobrellevar todo tipo de dificultades para alcanzar la
victoria. Creíamos que habíamos asimilado la enseñanza del Presidente Mao. Pero
en el curso de la lucha nos dimos cuenta de lo superficial que era nuestra
comprensión. Hoy, nuestra continua participación en la lucha con cada día que
pasa nos hace sentir que esta enseñanza del Presidente Mao debe ser asimilada
otra vez, cada día, cada momento, y esta comprensión debe ponerse a prueba a
través de nuestra propia práctica. El día en que esta comprensión se traduzca
en realidad, podremos hacer añicos el tan alardeado poderío de las fuerzas
armadas del gobierno reaccionario de la India y marchar adelante sin dejarnos
amedrentar.
El enfrentamiento con la policía el 24
y 25 de mayo de 1967, la acción del pueblo de avanzar sin intimidación durante
y después del asesinato por parte de la policía a campesinos desarmados, el
infinito heroísmo y autosacrificio de los camaradas Tribeni Kanu, Sobhan Ali, y
Barka Majhi ¿cómo podemos explicar todas estas cosas si no es por el hecho que
estas son manifestaciones de esa comprensión? Y nosotros de origen
pequeño-burgués fracasamos por no reconocer esto y también, en algunas
ocasiones, por subestimar o sobreestimar la fuerza del enemigo.
En la primera etapa de la lucha
subestimamos la fuerza del enemigo y reflexionamos sobre todas las cosas a la
manera antigua, y estando en un partido revisionista nos entregamos a un ocioso
soñar despiertos. A veces imaginábamos que “el FU no puede ir tan lejos o que
será difícil que vaya tan lejos”. De un lado, veíamos a los revisionistas desde
un punto de vista puramente pequeño-burgués mientras, que por el otro,
subestimamos la fuerza del enemigo y mantuvimos al pueblo sin preparación
frente al enemigo, o sea que no preparamos al pueblo respecto a las probables
medidas que el enemigo tomara. Esto no es más que una actitud revisionista.
Nuevamente, cuando el pueblo estaba
listo a lanzar ataques sobre el enemigo, nosotros sobreestimamos la fuerza del
enemigo y exageramos subjetivamente los posibles efectos de tales ataques. El
pueblo combatió con determinación y creó héroes modelo cuyo heroísmo
empequeñecimos. Como resultado, el
pueblo, se confundió frente al terror generalizado, la intensidad de la lucha
disminuyó y la deserción aumentó. El camarada Babulal Biswakarmakar, al sacrificar
su vida el 7 de septiembre de este año, nos ha instado a avanzar por el sendero
trazado por el Presidente Mao.
Esta es una lucha para la toma del
poder y como tal exige de nosotros que preparemos al partido y al pueblo
militarmente en toda su extensión. El Presidente Mao nos enseña: “Sin un
ejército popular nada tendrá el pueblo”. Hemos llegado a comprender
profundamente la verdad de esta enseñanza del Presidente Mao a través de la
lucha en Terai. Aunque tan pronto comenzó la lucha supimos que sería reprimida
por el gobierno central y los líderes reaccionarios del gobierno del FU de Bengala Occidental,
sin embargo fracasamos en adoptar el programa de acción que finalmente debió
haberse puesto en práctica. Teníamos una comprensión errónea de la enseñanza
del Presidente Mao al hacer pasar la defensiva estratégica por la defensa
pasiva.
Cuando toda la población se armó por
sí misma, los jotedares, los usureros y los elementos corruptos huyeron de las
aldeas, y así llegamos a la conclusión que ya habíamos creado la base de apoyo.
Confundimos el pueblo armado con la fuerza armada y adoptamos la táctica de
resistir y atacar por medio de la amplia movilización de las masas, como la
táctica principal de nuestra lucha. Uno dos de los pequeños grupos armados que
fueron conformados para arrebatar las armas a los jotedares no fueron
reconocidos por nosotros como el principal instrumento de la lucha. Por el
contrario, asumimos que los grupos de guerrillas con el tiempo crecerían con
base en acciones espontáneas de las amplias masas. En muchos casos, maravillados
por el despliegue del ardor revolucionario de los vagabundos, los hicimos
líderes para organizar los grupos armados. Nuevamente, cuando encontramos
armados a los campesinos ricos y a un sector de pequeños jotedares al lado de
campesinos pobres y campesinos medios también armados llegamos a la conclusión
que todos ellos constituían la fuerza armada unida de todo el campesinado. Nos
olvidamos por completo que los campesinos ricos y aquel sector de pequeños
jotedares podrían desertar hacia el enemigo en la primera oportunidad.
Aprendimos en el curso de la lucha que unos pocos campesinos ricos y pequeños
terratenientes podían tomar parte activa en una gran lucha que era violenta.
Pero tan pronto comenzara el terror contrarrevolucionario, esta gente desertaría
del campo enemigo difundiendo el temor entre los campesinos pobres y los
campesinos medios. En resumen, nuestra total ignorancia en los asuntos
militares es la causa primordial del revés temporal en nuestra lucha.
Lo que hemos aprendido de la lucha de los campesinos de Terai es que
debemos estudiar profundamente las teorías políticas y militares del Presidente
Mao, aplicarlas en la práctica y estudiarlas nuevamente. Nuestra mayor
responsabilidad es hacer planes para que nuestros camaradas obreros y
campesinos estudien el pensamiento del Presidente Mao.
Además, hemos aprendido de la
experiencia de nuestra lucha que los grupos armados formados después del
levantamiento del pueblo en la aldea y equipándolos se convertirán en los
grupos de defensa de las aldeas.
Debemos adquirir conocimiento de la
guerra de guerrillas armando a los campesinos con armas convencionales (arcos,
flechas, lanzas, etc.) y organizando asaltos sobre los enemigos de clase.
Debemos construir gradualmente zonas
liberadas a través de la formación de grupos guerrilleros campesinos y llevando
a cabo sus actividades. No sería posible formar grupos guerrilleros ni realizar
sus actividades por mucho tiempo si a la vez no perseveramos también en la
construcción de zonas liberadas. Debemos tener en mente el hecho que sólo las
zonas liberadas o aquellas que se pueden transformar en zonas liberadas forman
la retaguardia de las guerrillas. Debemos dar un mayor énfasis a la creación de
la fuerza armada del pueblo. Para construir una fuerza armada del pueblo
debemos conformar grupos de guerrillas armadas cuya organización sea
centralizada. Creemos que estos grupos serán el embrión de la fuerza armada del
pueblo.
En algunas otras áreas, nuevamente
podríamos tratar de organizar rebeliones campesinas armadas y construir la
fuerza armada del pueblo incluyendo aquellos campesinos armados que se han
alzado en rebelión.
En la formación de grupos de
guerrillas o del grupo guerrillero central debemos dar un mayor énfasis en el
punto de vista de clase. Hemos llegado a comprender que sólo los campesinos
pobres y campesinos medios deben ser la base para formar los grupos de
guerrillas.
Nuestro fracaso al establecer el poder
político revolucionario y al realizar las reformas agrarias revolucionarias
debilitó la lucha de clases durante y después de la lucha. Los campesinos
revolucionarios realizaron dos tareas a través de la movilización de las masas.
Estas son: la formación de comités campesinos revolucionarios a nivel central y
zonal y la distribución de la tierra. Y nosotros hicimos exactamente de estas
dos cosas un asunto meramente formal. Nuestras ilusiones pequeño-burguesas
fueron la causa de eso. Nunca consideramos seriamente lo profundamente
importante que eran ambas tareas.
Si hubiéramos tratado estas dos tareas
seriamente y efectuado una campaña entre las masas para explicar políticamente
su significado, si hubiéramos podido desarrollar la iniciativa de las masas y
participar en la realización de estas dos tareas educándolas habrían recordado
por largo tiempo las victorias que ellas mismas hubieran logrado a través de la
lucha y habrían luchado resueltamente para retener esas victorias.
Respecto a la distribución de la
tierra, nuestra política fue la de confiscar toda la tierra y distribuirla en
su totalidad.
Tampoco dimos ninguna importancia a
este trabajo. Como resultado, en muchos casos los campesinos ricos impidieron
bajo cualquier pretexto que esta tarea se llevara a cabo. En muchos otros
casos, la capa superior de los campesinos medios, estando en algunas ocasiones
en la dirección se las arregló para desviar el énfasis de la confiscación de la
tierra hacia los allanamientos en las casas de los jotedares y le restaron
importancia al trabajo. En algunos casos, de nuevo se desarrollaron agudas
contradicciones entre los campesinos pobres y los campesinos medios en lo que
respecta a la distribución de la tierra.
A pesar de todos estos errores, el
pueblo ha estado defendiendo heroicamente los frutos que obtuvo a través de su
lucha.
Por lo tanto, hemos decidido que, junto a las
diez grandes tareas de los campesinos, debemos dar la mayor importancia a estas
dos tareas y convertirlas en un arma para nuestra propaganda.
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