jueves, 29 de junio de 2017

El siguiente informe fue publicado en la edición de noviembre de 1968 de Liberación, el periódico del PCI (ML). Aunque el autor traicionó más tarde la causa de la revolución proletaria, el informe es aún de interés como documento histórico que aclara los acontecimientos de Naxalbari y refleja el punto de vista prevaleciente en ese entonces de los comunistas revolucionarios que lo dirigieron –UMQG.

Informe Sobre el Movimiento Campesino en la Región de Terai
Por Kanu Sanyal

Después de cerca de 18 meses, nosotros, los comunistas revolucionarios de la subdivisión de Siliguri, realizamos una conferencia el 15 de septiembre de 1968 en condiciones bastante desfavorables.
¿Por qué hablo de condiciones desfavorables? Porque durante estos 18 meses ha habido intentos de aplastar el movimiento campesino revolucionario de la subdivisión de Siliguri y de aniquilar a los comunistas revolucionarios allí a través de campañas de “cerco y aniquilamiento”. ¿Quién comenzó estas campañas de “cerco y aniquilamiento”? El 22 de mayo de 1967, los líderes del gobierno del Frente Unido de 14 partidos dirigidos por Ajoy-Jyoti-Harekrishna-Biswanath encarcelaron a cientos de campesinos y obreros y los sometieron a torturas físicas, la policía saqueó sus casas, baleó, remató con bayoneta y asesinó a 18 campesinos, incluyendo hombres, mujeres y niños con el propósito de aplastar el movimiento campesino revolucionario.
Importancia de la cuestión campesina:
… ¿Por qué el movimiento campesino de la región de Terai ha demostrado ser un movimiento con consecuencias más trascendentales que un terremoto?
El nuestro es un país semicolonial y semifeudal, el 80% de su población vive en las aldeas. La contradicción entre las masas de nuestro país y el feudalismo es la contradicción principal. La burguesía burocrático-compradora, los terratenientes y los jotedares[1] han llevado a cabo su dominación y explotación a través de su organización política, el Partido del Congreso, al proteger completamente y desarrollar los intereses imperialistas y encubrir la base del feudalismo con una fachada legal. Así que los campesinos son la base y la fuerza principal de la lucha antiimperialista y antifeudal. Al menos que los campesinos sean liberados, es imposible lograr la liberación de todas las demás clases oprimidas. Los campesinos de Terai son una parte del campesinado de nuestro país. El 70% de los campesinos de Terai son campesinos pobres y sin tierra, el 20% son campesinos medios y el 10% son campesinos ricos. Estos heroicos campesinos asestaron duros golpes a los elementos feudales caducos y corruptos –jotedares, terratenientes y usureros. El aparato estatal de la burguesía burocrático-compradora, los terratenientes y los jotedares está preservando el sistema feudal por la fuerza y llevando a cabo una dominación armada. Inspirados por la enseñanza del Presidente Mao, “El poder nace del fusil”, los heroicos campesinos se opusieron a esta dominación armada mediante la rebelión armada.
Los campesinos de Terai no sólo dieron un duro golpe al feudalismo, sino que también expresaron su intenso odio por la explotación imperialista de la India, especialmente la explotación del imperialismo EU, hicieron añicos la autoridad política, económica y social, la dignidad y el prestigio construidos en las aldeas por los terratenientes y los jotedares que representan el feudalismo, y establecieron el dominio de los comités campesinos en las aldeas a través de su rebelión armada. Es por esto que la lucha de Naxalbari ha mostrado el camino para la liberación de las clases oprimidas de la India.
Hemos visto cómo cambió el criterio para juzgar los eventos políticos tan pronto como comenzó la lucha de los heroicos campesinos y de esta manera mostró lo correcto de las enseñanzas del Presidente Mao. La lucha puso en claro quién, en un país semicolonial y semifeudal como el nuestro, es revolucionario y quién es un contrarrevolucionario, quién es progresista y quién es reaccionario, quién es marxista y quién es revisionista, y qué partido político desea avanzar la causa de la revolución democrática, es decir, la revolución agraria y qué partido quiere encubrir el sistema semicolonial y semifeudal para preservarlo.
Desde transmisiones de radio extranjeras y periódicos que defienden los intereses de la burguesía y de los imperialistas hasta el hombre común en ciudades y aldeas –cada cual toma partido por la cuestión de la lucha campesina en Terai. Ninguno de los partidos políticos que nunca se cansaron de hablar de obreros, campesinos y marxismo, podía mantenerse en su posición anterior. La lucha de los campesinos de Terai los desenmascaró violentamente y los obligó a tomar partido. La lucha de los heroicos campesinos mostró que todos los líderes de los 14 partidos de “izquierda”, incluyendo el llamado partido marxista, que se las habían arreglado para obtener guddies ministeriales, estaban sirviendo al Estado de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, como el Partido del Congreso. La lucha puso de manifiesto que al igual que el Partido del Congreso, los líderes de los 14 partidos de “izquierda”, incluyendo la camarilla Dangeite y Sundarayya & Cía., son enemigos de la revolución democrática de la India, o sea, de la revolución agraria. La lucha de los campesinos de Terai demostró que la revolución agraria puede ser exitosa sólo librando una implacable e inflexible lucha contra ellos.
La lucha de los campesinos de Terai actuó como partera en la situación revolucionaria prevaleciente en la India. Es por eso que una sola chispa de la lucha de Naxalbari puede incendiar la pradera. En una palabra, la lucha de los heroicos campesinos ha puesto en primer plano de manera muy vigorosa el papel de los campesinos en la revolución democrática de la India sobreponiéndose a la feroz y activa oposición de todos los reaccionarios y revisionistas.
Establecer los Comités Campesinos y Organizarse
La conferencia campesina de la subdivisión de Siliguri hizo un llamado a: (1) establecer la autoridad de los comités campesinos en todos los asuntos de la aldea, (2) organizarse y armarse con el fin de aplastar la resistencia de los jotedares y reaccionarios rurales, y (3) destruir el monopolio de la propiedad de la tierra por parte de los jotedares y redistribuir la tierra nuevamente por medio de los comités campesinos.
La conferencia declaró más adelante que la lucha campesina contra el feudalismo tendría que enfrentar la represión de todos los reaccionarios, ya sea el gobierno de Indira Gandhi en Nueva Delhi o el gobierno de Frente Unido (FU) en Bengala Occidental. De tal manera que a toda su represión debe hacérsele resistencia por la fuerza de las armas y llevando a cabo una lucha prolongada.
El llamado de la conferencia campesina de la subdivisión suscitó de inmediato una conmoción entre las masas campesinas revolucionarias.
¿Cómo tradujeron este llamado en acción los campesinos revolucionarios de Terai? Para llevar a cabo este llamado de la conferencia, los campesinos revolucionarios primero que todo recalcaron la tarea de crear grupos de campesinos armados en las aldeas. En todas las aldeas oímos las palabras: “El poder nace del fusil”. Esto se debe a que toda la lucha, por pequeña que sea, ya sea para acabar con la usura o con cualquier otra cuestión, siempre ha sido enfrentada con lathis[2] y fusiles. Es por eso que ese llamado obró mágicamente en la organización de los campesinos.
Casi todas las aldeas se organizaron entre finales de marzo y finales de abril de 1967. Mientras que anteriormente, los miembros del Kisan Sabha[3] no llegaban a ser 5.000 ahora son casi 40.000. Cerca de 15 a 20 mil campesinos comenzaron a trabajar de tiempo completo y construyeron comités campesinos en las aldeas. Los jóvenes de las aldeas que nunca habían sido vistos en las primeras filas del Kisan Sabha ahora ocupaban el lugar de los activistas campesinos veteranos. Con la velocidad de una tormenta los campesinos revolucionarios en el curso de un mes y medio, formaron comités campesinos a través de cientos de reuniones de grupo y convirtieron estos comités en grupos armados para la defensa de las aldeas. En una palabra, organizaron cerca del 90% de la población de la aldea. Esta acción de los campesinos cambió completamente todas nuestras antiguas ideas sobre organización. El Presidente Mao nos enseña: “Las masas populares poseen un poder creador ilimitado. Pueden organizarse y dirigir sus esfuerzos hacia los lugares y sectores de trabajo donde pueden poner en pleno juego su energía”.
Llegamos a comprender más profundamente el significado de esta enseñanza de nuestro gran maestro, el Presidente Mao por esta acción de los campesinos de Terai.
El gran Lenin dijo: “La revolución es un festival de las masas”. Lo que esto significa realmente fue presenciado por nosotros durante la lucha de los campesinos de Terai. Mientras los llamados eruditos marxistas, Indira Gandhi y otros, estaban haciendo promesas con ruidosas charlas sobre la integración nacional, nosotros encontramos cómo las actividades revolucionarias de los campesinos unificaban a todos los campesinos sin distinción de nacionalidad, religión, idioma y casta.
Los campesinos revolucionarios a través de sus acciones, crearon sus normas y las convirtieron en ley en las aldeas.
1. Se arrasó la estructura política, económica y social de las aldeas basada en el monopolio de la propiedad sobre la tierra que arrastraba cada vez más a los campesinos a una total pauperización. “No, nada de escrituras y documentos –lo que se necesita es la orden del comité campesino”, declararon los campesinos. Demarcaron toda la tierra en Terai con sus arados y la hicieron suya. Declararon que toda la tierra que no fuera de propiedad de los campesinos ni cultivada por ellos mismos debía ser redistribuida por los comités campesinos. Al llevar esto a la práctica, se dió un golpe a las principales bases políticas y económicas de los jotedares. La vieja estructura feudal que había existido durante siglos fue así aplastada a través de esta acción de los campesinos.
2. Todas las escrituras y documentos legales relativos a las tierras habían sido usados para engañarlos. Realizaron reuniones y quemaron todos los recibos, constancias, planos, escrituras y documentos.
3. Los jotedares y prestamistas, aprovechándose de la pobreza de los pobladores rurales, los comprometieron en contratos desiguales a hipotecar las tierras y los bueyes. Los campesinos declararon nulos y sin efecto tales contratos así como el enorme gravamen del interés impuesto.
4. El arroz almacenado que se usa como capital para llevar a cabo la explotación feudal y usuraria fue confiscado por los campesinos y distribuido entre ellos. Aparte de este arroz almacenado, se confiscaron y distribuyeron otras cosas como aceite, atta (harina gruesa), bueyes, vacas, y una gran cantidad de animales domésticos de propiedad de los jotedares, implementos agrícolas y aún artículos de uso personal.
5. Todos los jotedares de las aldeas que desde hace tiempo eran conocidos como opresores y aquellos que trataron de oponerse a la lucha campesina fueron sometidos a juicios públicos y sentenciados a muerte.
6. Los lacayos y elementos malvados que son utilizados para preservar la autoridad política, económica y social de los jotedares en las aldeas y aquellos que colaboraron con la policía fueron sometidos a juicio público. En algunos casos se dio sentencia de muerte; en otros, los sujetos fueron exhibidos en las calles de la aldea con cordones en el cuello y gorras de bufones en la cabeza para que no se atrevieran a cometer crímenes en el futuro.
7. Dándose cuenta que su lucha contra los jotedares, los terratenientes y los prestamistas sería sometida a la represión armada por el aparato estatal, los campesinos se armaron con sus armas tradicionales como arco, flechas y lanzas, así como con armas de fuego arrebatadas a los jotedares y organizaron sus propios grupos armados.
8. Para que la administración general de las aldeas no se viera afectada, acordaron vigilancia nocturna y adoptaron la responsabilidad de hacer lo mismo con las escuelas. Los comités campesinos anunciaron severos castigos en caso de robos o saqueos y tomaron medidas para imponer en algunas ocasiones tales castigos.
9. En cada área crearon comités revolucionarios centrales y regionales y establecieron el poder político de los campesinos.
10. Declararon como nula y sin efecto en las aldeas la existente ley burguesa y los tribunales de justicia. Se declaró que las decisiones de los comités revolucionarios regionales y centrales serían la ley.
Además de estas diez grandes tareas los campesinos también hicieron muchas otras cosas para erradicar de las aldeas el viejo sistema feudal que había existido por siglos. Se pudo apreciar cuán intenso era el odio de clase de los campesinos en el hecho que durante una incursión a las casas de dos jotedares, que duró dos días, no sólo comieron los alimentos preparados sino que también ayudaron a preparar las comidas con las reservas dejadas allí. En esta lucha presenciamos el festival de los campesinos revolucionarios derrocando al feudalismo.
Cuando los campesinos eran conscientes de cualquier error durante estas acciones revolucionarias, acudían inmediatamente al comité campesino para su rectificación. Esto significa que los comités campesinos no eran algo impuesto a los campesinos. Por el contrario, estos comités eran completamente suyos. Es por esto que la lucha de los heroicos campesinos de Terai permitió golpear a los jotedares y a los usureros.
La dirección de esta lucha estaba, naturalmente, en manos de los campesinos sin tierra, que son el sector más militante del campesinado. La razón por la cual estas acciones revolucionarias pudieron llegar a ser tan trascendentales y de un alcance tan significativo es que la dirección de la lucha estaba en manos de los campesinos pobres y sin tierra, que constituyen el 70% del campesinado. Después de la conferencia, fueron ellos los que se dieron cuenta antes que otros que las resoluciones de la conferencia eran de beneficio para sus propios intereses más que para cualquier otro. Es sólo por esto que el trabajo de organizar el movimiento asumió una forma tan amplia y militante. Por su propia experiencia los campesinos pobres  se dieron cuenta que cualquier compromiso con el feudalismo haría su futuro aún más miserable que antes. Por eso, es que en su lucha contra los jotedares, los prestamistas, los déspotas y la policía, son los campesinos pobres los que no han retrocedido ante los sacrificios del 24 y 25 de mayo de 1967. La verdad de esto se comprueba aún hoy a través de las luchas.
Poco después de la conferencia, los campesinos medios que constituyen el 20% del campesinado, vieron con recelo el llamado hecho por la conferencia. Por lo tanto no fueron activos en la primera fase de la lucha. Sólo entraron a participar cuando se dieron cuenta que la lucha servía a sus intereses y que el blanco y enemigo principal de la lucha eran los jotedares, los terratenientes y los prestamistas. Con el ingreso de los campesinos medios el alcance de la lucha se multiplicó y se hizo aún más intensa.
Los campesinos ricos, que constituyen sólo el 10% de la población de la aldea, en ningún momento consideraron la declaración de la conferencia ni que esta lucha fuera de beneficio para sus propios intereses. Más bien, aquellos, particularmente los campesinos ricos que llevan a cabo la explotación feudal en grandes extensiones de su tierra, comprendieron que esta significaba un peligro para ellos. De manera que después de la conferencia asumieron el papel de críticos y se opusieron a la lucha en la primera fase e incluso algunas veces actuaron como espías para los jotedares. Pero tan pronto como los campesinos medios se unieron a los campesinos pobres sus movimientos sufrieron un cambio. Después que los jotedares y los elementos malvados habían sido castigados y huido de los pueblos y centros de comercio, los campesinos ricos se salieron del camino de la oposición y crítica y empezaron a exigir justicia de los comités campesinos. Y los comités campesinos consideraron cada caso con sus particularidades y les hicieron justicia. Como resultado, los campesinos ricos en general se volvieron neutrales e incluso, en muchas ocasiones, tomaron parte activa en la lucha.
En el curso de la lucha los pequeños jotedares se dividieron en dos sectores. Un sector comprendía aquellos jotedares que no eran capaces ni de desarrollarse como ellos lo deseaban debido a la opresión del gobierno de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes ni de mantener su nivel de vida existente; este sector tomó parte en la lucha. El otro sector, que constaba de aquellos que se dieron cuenta que no les era posible resistir, se volvió inactivo esperando tomar venganza en el futuro.
La lucha de los heroicos campesinos de Terai mostró cómo a través de la práctica se construye la unidad campesina, aunque debe admitirse que la tierra no fue del todo fácil. La verdadera unidad campesina solamente se puede construir sin hacer ningún pacto con el feudalismo, intensificando la lucha de clase en su contra y dirigiendo la punta de lanza del ataque contra él. Los campesinos probaron esto en la práctica. Un vistazo al pasado y al actual Kisan Sabha revisionista lo convence a uno que la intensa lucha de clase contra el feudalismo nunca puede desarrollarse convocando a conferencias tales como la “conferencia de los cultivadores de yute” o evitando una lucha de clases por el bien de la unidad. Una vigorosa lucha de clase contra el feudalismo no sólo ayuda a construir la unidad campesina sino que también garantiza el establecimiento del poder político de los campesinos a través de tal unidad campesina. Hemos aprendido esto de los campesinos de Terai.
Todos los llamados partidos de izquierda se unieron al Partido del Congreso en su loca cruzada para difamar la lucha de los heroicos campesinos de Terai. Pero toda su difamación nunca podrá ocultar el hecho que los campesinos de Terai han derrocado por completo al feudalismo, una hazaña que no pudo haber sido hecha a través de ninguna legislación o cualquier otra cosa durante todos estos cientos de años…
… Al llevar a cabo estas diez grandes tareas los heroicos campesinos nos han enseñado que la lucha de los campesinos no es simplemente una lucha por la tierra. Por el contrario, con el fin de acabar con el monopolio de la propiedad de la tierra y con la explotación feudal de los terratenientes en las aldeas, aspectos estos defendidos por el Partido del Congreso – el partido político de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes- con la ayuda de la estructura política, económica, social y cultural que sirve a los terratenientes, debe crearse una nueva estructura política, económica, social y cultural por medio del establecimiento de un nuevo poder político. Este poder político puede establecerse levantando y armando a los campesinos, organizando grupos de guerrilla, creando zonas liberadas, construyendo una fuerza armada regular y protegiendo y extendiendo esta fuerza. Tal poder político, no importa qué tan pequeña sea la zona en que se establezca, es el embrión del futuro poder del Estado democrático del pueblo de la India.
Nunca es posible derrocar la dominación de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, que han llegado a acuerdos con el imperialismo, sin armar a los campesinos en la lucha antifeudal, sin dirigir la lucha con valentía, sin construir una guerrilla y unas fuerzas armadas regulares. Esto se debe a que en nuestro país la clase terrateniente feudal es la principal base social de la explotación imperialista y de la burguesía burocrático-compradora, y los campesinos son la fuerza principal y la base de esta lucha. Aquí yace la peculiar característica del camino de Naxalbari, es decir, la lucha de Naxalbari. La lucha de Naxalbari no puede ser pisoteada precisamente porque no es simplemente una lucha por la tierra.
Sin esta conciencia, cualquier lucha por la tierra, no importa qué tan militante pueda ser, es economismo militante. Tal lucha militante por la tierra genera oportunismo en el movimiento campesino y desmoraliza a la mayoría del sector combativo como ocurrió durante la lucha para apoderarse de las tierras benami. Tal movimiento militante economista conduce al callejón sin salida del revisionismo. Esto quiere decir, en otras palabras, convertirse, consciente o inconscientemente, en un reformista burgués. La burguesía trata de lograr su objetivo, a veces a través de sus leyes y a veces a través de un Vinoba Bhave. Cuando fracasan en esto, dependen de los socialdemócratas actuales que se disfrazan de marxistas. El marxismo no tiene nada en común con esto. En resumen, la cuestión de hacer la revolución agraria victoriosa en nuestro país no es lo mismo que asegurar la justicia social de los campesinos…
Mientras los heroicos campesinos de Terai aplastaban los fundamentos del feudalismo en las aldeas llevando a cabo las diez grandes tareas, los obreros de las granjas de té comprendieron por su propia conciencia de clase que esta lucha era para derrocar el dominio del Partido del Congreso, que representa a la burguesía burocrático-compradora y a los terratenientes. Por eso estos obreros no podían mantenerse al margen de la lucha de los campesinos aunque los sindicatos de trabajadores de las granjas de té estaban controlados principalmente por los llamados comunistas … Hicieron una huelga, se armaron y han tomado parte en cada lucha desde el 24 de mayo de 1967.
Nuestras Desviaciones y
Las Lecciones Que Aprendimos
Tomada en su conjunto, internacional y nacionalmente, la situación revolucionaria en nuestro país es excelente. La lucha armada de los campesinos de la subdivisión de Siliguri ha comenzado después de las cuartas elecciones generales al tiempo que el imperialismo Anglo-EU, especialmente el imperialismo EU, se encuentra en una aguda crisis y la contienda entre los imperialistas se ha vuelto más enconada cuando el capital imperialista EU es incapaz de contar completamente con la influencia del Partido del Congreso, en materia de inversiones; cuando toda la patraña de la planeación económica del Partido del Congreso, la organización de la burguesía burocrático-compradora y de los terratenientes, se está viniendo abajo, cuando el pueblo está sufriendo los efectos de una aguda crisis económica y cuando la falta de confianza del pueblo en el Partido del Congreso se ha hecho aún más pronunciada, como se reflejó con la terminación del monopolio ejercido por los ministros del Partido del Congreso en ocho Estados.
Sabemos que debemos adoptar una táctica ofensiva en nuestra lucha cuando el enemigo está acosado por crisis y luchas internas y debemos adoptar la táctica de avanzar gradualmente nuestra lucha cuando el enemigo haya logrado alguna estabilidad. Considerada desde el punto de vista, la lucha de los campesinos de Terai es justa, oportuna y cabal.
¿Por qué hemos fracasado, aunque temporalmente, en avanzar la lucha de los heroicos campesinos de Terai? Las razones son: falta de una sólida organización de partido, falta de un apoyo total y sincero en las masas para construir una poderosa base de masas, ignorancia en los asuntos militares, creer en viejas líneas y en una actitud formal hacia el establecimiento del poder político y hacia la tarea de la reforma agraria revolucionaria. Siempre debemos tener en cuenta las enseñanzas del Presidente Mao al discutir estos asuntos. El nos enseña: “Toda cosa nueva experimenta dificultades y reveses en su crecimiento. Sueña quien crea que el socialismo es como coser y cantar, empresa de éxito fácil en la que no se tropieza con dificultades ni se sufren reveses ni se requieren inmensos esfuerzos”.
Por la falta de una sólida organización de partido queremos significar la ausencia de un partido armado con la teoría del marxismo-leninismo y su más alto desarrollo en la época actual, el pensamiento Mao Tsetung, que esté estrechamente vinculado con las masas, que no tema a la autocrítica y que adopte el estilo de trabajo marxista-leninista. Es cierto que los camaradas revolucionarios de la subdivisión de Siliguri dirigidos por nuestro respetado líder, el camarada Charu Mazumdar, fueron los primeros en alzarse en rebelión contra los revisionistas. Pero esto no significa que hayamos asimilado completamente la enseñanza de nuestro gran maestro el Presidente Mao. Es decir, mientras aceptamos las enseñanzas del Presidente Mao en teoría, persistimos en métodos revisionistas en la práctica. Aunque es cierto que la mayoría de los miembros del partido en Terai eran obreros y campesinos y que había organización de partido en casi toda la zona, en realidad los camaradas y campesinos estaban dirigidos por los camaradas pequeño-burgueses y la organización del partido en cada área permanecía realmente inactiva. Los miembros del partido fueron activos al comienzo de la lucha pero fueron barridos por el vasto movimiento del pueblo. Tampoco nos dimos cuenta que el partido tenía un papel tremendamente importante que jugar en avanzar firmemente la lucha de los heroicos campesinos. Como resultado, cualquiera que pudiera ser el papel jugado espontáneamente por los miembros del partido al comienzo de la lucha, fue después reducido a la nada frente al terror blanco. Minimizar el papel del partido en la lucha no es más que una expresión del viejo modo de pensar revisionista. El partido no jugó ningún papel en cuestiones tales como decidir cuáles son las necesidades de la lucha en un momento dado, dar prioridad a la propaganda política sobre cualquier otra cosa, orientar a la gente acerca de lo que se debe hacer cuando el enemigo ataque, preparar al pueblo políticamente para enfrentar los movimientos del enemigo, y desarrollar la lucha paso a paso hacia una etapa superior.
Ni siquiera evaluamos políticamente ni propagamos entre el pueblo la importancia de las diez grandes tareas realizadas por los heroicos campesinos. Como resultado, se desarrolló entre nosotros el oportunismo y la deserción, e incluso los camaradas combatientes comenzaron a mostrar señales de falta de firmeza.
De manera que somos de la opinión que debemos llevar a cabo una lucha tajante contra el modo de pensar revisionista y realizar ciertas tareas definidas. Estas tareas son: formar una unidad de partido en una localidad dada y elegir su líder; entrenar estas unidades de partido, que deben estar armadas, manteniéndose en secreto. Las tareas de la unidad de partido serán propagar el pensamiento del Presidente Mao en una localidad dada y desarrollar e intensificar la lucha de clases en esa localidad; actuar como una unidad guerrillera y atacar y eliminar a los enemigos de clase apoyándose totalmente en el pueblo; y, si fuere posible, participar con el pueblo en el trabajo de producción. Ahora hemos comenzado a poner en práctica el programa arriba mencionado.
No pudimos elevar la lucha firmemente a una etapa superior porque nos faltó apoyarnos totalmente en las masas y construir una poderosa base de masas. Ahora admitimos con franqueza que no confiamos en las heroicas masas campesinas que, con la rapidez de una tormenta, se organizaron por sí mismas, formaron comités campesinos revolucionarios, llevaron a cabo las diez grandes tareas y avanzaron la lucha de clases a pasos agigantados durante el periodo de abril a septiembre de 1967. No comprendimos que son las masas las que hacen la historia, que son los verdaderos héroes, que pueden organizarse por sí mismas y que pueden sorprender a todos con su estilo de trabajo completamente nuevo. Fallamos en no darnos cuenta que camaradas como Tribeni Kanu, Sobhan Ali, Barka Majhi, Babulal Biswakarmakar y las diez mujeres campesinas de Naxalbari son los verdaderos héroes y organizadores, y por tanto fracasamos en el avance.
Aunque repetidamente reconocimos esto en teoría durante el periodo de abril a septiembre de 1967, en realidad, sin embargo, nosotros, la dirección pequeño-burguesa, nos impusimos al pueblo. Cada vez que las heroicas masas de campesinos tomaban la iniciativa y querían hacer algo, nosotros de origen pequeño-burgués nos oponíamos a ellas. La razón es que no comprendíamos, y nunca tratamos de entender, las acciones de las masas. Por el contrario, bajo la influencia de los viejos hábitos revisionistas fijamos arbitrariamente límites hasta donde ellos debían llegar. Esto trajo como resultado la frustración de la iniciativa de las masas y el debilitamiento de la lucha de clases. Habiendo trabajado en un partido revisionista estuvimos utilizando las leyes y convenciones burguesas y así tratamos de convencer a las masas de qué era correcto y qué era incorrecto. De manera que cuando la gente quería atacar a la policía, lo evitamos basándonos en que nuestras pérdidas serían grandes. Vimos la actitud del pueblo frente a los jotedares y a la policía desde el ángulo del humanismo burgués. Como resultado fracasamos en organizar las grandes masas, que llegaban a un número superior de 40.000 y por consiguiente fracasamos en construir una poderosa base de masas durante abril y mayo de 1967.
Por lo tanto, durante la segunda etapa de nuestra lucha, hemos resuelto que debemos unirnos a las necesidades y aspiraciones de las masas, ir a las masas con infinito amor y respeto en nuestro corazón e integrarnos a ellas. Debemos aprender de ellas y luego devolverles la lección a través de la práctica. En otras palabras, no debemos imponer nada desde arriba. Se pueden cometer errores debido a esto pero es posible corregir tales errores. Lo más importante es no permitir jamás que la iniciativa de las masas sea reprimida. Nuestro deber es desarrollar su iniciativa.
Ignorancia en los Asuntos Militares
y Viejos Modos de Pensar
La lucha de los heroicos campesinos de la subdivisión Siliguri no fue un movimiento para realizar ciertas reivindicaciones a la manera antigua. Fue una lucha por el establecimiento de un nuevo poder político, el poder de los campesinos en las aldeas después de abolir el feudalismo allí. De manera que discutiremos las razones de nuestras fallas en esta lucha tanto desde el punto de vista político como militar. El Presidente Mao nos enseña: “Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen temibles, pero en realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso”. Si, en cualquier lucha sucede que sobreestimamos la fuerza del enemigo políticamente, nunca será posible ganar la victoria en esa lucha. En otras palabras, si no tenemos, desde el punto de vista estratégico, el valor y la firmeza requeridas para derrotar al enemigo, inevitablemente nos enfrentaremos a la derrota. Si no entendemos que en últimas es el pueblo quien es poderoso, no seremos capaces de alcanzar la victoria en ninguna lucha. Es esta conciencia la que da firmeza a la lucha, la que nos anima a hacer grandes sacrificios sin ningún temor y la que nos enseña a sobrellevar todo tipo de dificultades para alcanzar la victoria. Creíamos que habíamos asimilado la enseñanza del Presidente Mao. Pero en el curso de la lucha nos dimos cuenta de lo superficial que era nuestra comprensión. Hoy, nuestra continua participación en la lucha con cada día que pasa nos hace sentir que esta enseñanza del Presidente Mao debe ser asimilada otra vez, cada día, cada momento, y esta comprensión debe ponerse a prueba a través de nuestra propia práctica. El día en que esta comprensión se traduzca en realidad, podremos hacer añicos el tan alardeado poderío de las fuerzas armadas del gobierno reaccionario de la India y marchar adelante sin dejarnos amedrentar.
El enfrentamiento con la policía el 24 y 25 de mayo de 1967, la acción del pueblo de avanzar sin intimidación durante y después del asesinato por parte de la policía a campesinos desarmados, el infinito heroísmo y autosacrificio de los camaradas Tribeni Kanu, Sobhan Ali, y Barka Majhi ¿cómo podemos explicar todas estas cosas si no es por el hecho que estas son manifestaciones de esa comprensión? Y nosotros de origen pequeño-burgués fracasamos por no reconocer esto y también, en algunas ocasiones, por subestimar o sobreestimar la fuerza del enemigo.
En la primera etapa de la lucha subestimamos la fuerza del enemigo y reflexionamos sobre todas las cosas a la manera antigua, y estando en un partido revisionista nos entregamos a un ocioso soñar despiertos. A veces imaginábamos que “el FU no puede ir tan lejos o que será difícil que vaya tan lejos”. De un lado, veíamos a los revisionistas desde un punto de vista puramente pequeño-burgués mientras, que por el otro, subestimamos la fuerza del enemigo y mantuvimos al pueblo sin preparación frente al enemigo, o sea que no preparamos al pueblo respecto a las probables medidas que el enemigo tomara. Esto no es más que una actitud revisionista.
Nuevamente, cuando el pueblo estaba listo a lanzar ataques sobre el enemigo, nosotros sobreestimamos la fuerza del enemigo y exageramos subjetivamente los posibles efectos de tales ataques. El pueblo combatió con determinación y creó héroes modelo cuyo heroísmo empequeñecimos.  Como resultado, el pueblo, se confundió frente al terror generalizado, la intensidad de la lucha disminuyó y la deserción aumentó. El camarada Babulal Biswakarmakar, al sacrificar su vida el 7 de septiembre de este año, nos ha instado a avanzar por el sendero trazado por el Presidente Mao.
Esta es una lucha para la toma del poder y como tal exige de nosotros que preparemos al partido y al pueblo militarmente en toda su extensión. El Presidente Mao nos enseña: “Sin un ejército popular nada tendrá el pueblo”. Hemos llegado a comprender profundamente la verdad de esta enseñanza del Presidente Mao a través de la lucha en Terai. Aunque tan pronto comenzó la lucha supimos que sería reprimida por el gobierno central y los líderes reaccionarios  del gobierno del FU de Bengala Occidental, sin embargo fracasamos en adoptar el programa de acción que finalmente debió haberse puesto en práctica. Teníamos una comprensión errónea de la enseñanza del Presidente Mao al hacer pasar la defensiva estratégica por la defensa pasiva.
Cuando toda la población se armó por sí misma, los jotedares, los usureros y los elementos corruptos huyeron de las aldeas, y así llegamos a la conclusión que ya habíamos creado la base de apoyo. Confundimos el pueblo armado con la fuerza armada y adoptamos la táctica de resistir y atacar por medio de la amplia movilización de las masas, como la táctica principal de nuestra lucha. Uno dos de los pequeños grupos armados que fueron conformados para arrebatar las armas a los jotedares no fueron reconocidos por nosotros como el principal instrumento de la lucha. Por el contrario, asumimos que los grupos de guerrillas con el tiempo crecerían con base en acciones espontáneas de las amplias masas. En muchos casos, maravillados por el despliegue del ardor revolucionario de los vagabundos, los hicimos líderes para organizar los grupos armados. Nuevamente, cuando encontramos armados a los campesinos ricos y a un sector de pequeños jotedares al lado de campesinos pobres y campesinos medios también armados llegamos a la conclusión que todos ellos constituían la fuerza armada unida de todo el campesinado. Nos olvidamos por completo que los campesinos ricos y aquel sector de pequeños jotedares podrían desertar hacia el enemigo en la primera oportunidad. Aprendimos en el curso de la lucha que unos pocos campesinos ricos y pequeños terratenientes podían tomar parte activa en una gran lucha que era violenta. Pero tan pronto comenzara el terror contrarrevolucionario, esta gente desertaría del campo enemigo difundiendo el temor entre los campesinos pobres y los campesinos medios. En resumen, nuestra total ignorancia en los asuntos militares es la causa primordial del revés temporal en nuestra lucha.
Lo que hemos aprendido  de la lucha de los campesinos de Terai es que debemos estudiar profundamente las teorías políticas y militares del Presidente Mao, aplicarlas en la práctica y estudiarlas nuevamente. Nuestra mayor responsabilidad es hacer planes para que nuestros camaradas obreros y campesinos estudien el pensamiento del Presidente Mao.
Además, hemos aprendido de la experiencia de nuestra lucha que los grupos armados formados después del levantamiento del pueblo en la aldea y equipándolos se convertirán en los grupos de defensa de las aldeas.
Debemos adquirir conocimiento de la guerra de guerrillas armando a los campesinos con armas convencionales (arcos, flechas, lanzas, etc.) y organizando asaltos sobre los enemigos de clase.
Debemos construir gradualmente zonas liberadas a través de la formación de grupos guerrilleros campesinos y llevando a cabo sus actividades. No sería posible formar grupos guerrilleros ni realizar sus actividades por mucho tiempo si a la vez no perseveramos también en la construcción de zonas liberadas. Debemos tener en mente el hecho que sólo las zonas liberadas o aquellas que se pueden transformar en zonas liberadas forman la retaguardia de las guerrillas. Debemos dar un mayor énfasis a la creación de la fuerza armada del pueblo. Para construir una fuerza armada del pueblo debemos conformar grupos de guerrillas armadas cuya organización sea centralizada. Creemos que estos grupos serán el embrión de la fuerza armada del pueblo.
En algunas otras áreas, nuevamente podríamos tratar de organizar rebeliones campesinas armadas y construir la fuerza armada del pueblo incluyendo aquellos campesinos armados que se han alzado en rebelión.
En la formación de grupos de guerrillas o del grupo guerrillero central debemos dar un mayor énfasis en el punto de vista de clase. Hemos llegado a comprender que sólo los campesinos pobres y campesinos medios deben ser la base para formar los grupos de guerrillas.
Nuestro fracaso al establecer el poder político revolucionario y al realizar las reformas agrarias revolucionarias debilitó la lucha de clases durante y después de la lucha. Los campesinos revolucionarios realizaron dos tareas a través de la movilización de las masas. Estas son: la formación de comités campesinos revolucionarios a nivel central y zonal y la distribución de la tierra. Y nosotros hicimos exactamente de estas dos cosas un asunto meramente formal. Nuestras ilusiones pequeño-burguesas fueron la causa de eso. Nunca consideramos seriamente lo profundamente importante que eran ambas tareas.
Si hubiéramos tratado estas dos tareas seriamente y efectuado una campaña entre las masas para explicar políticamente su significado, si hubiéramos podido desarrollar la iniciativa de las masas y participar en la realización de estas dos tareas educándolas habrían recordado por largo tiempo las victorias que ellas mismas hubieran logrado a través de la lucha y habrían luchado resueltamente para retener esas victorias.
Respecto a la distribución de la tierra, nuestra política fue la de confiscar toda la tierra y distribuirla en su totalidad.
Tampoco dimos ninguna importancia a este trabajo. Como resultado, en muchos casos los campesinos ricos impidieron bajo cualquier pretexto que esta tarea se llevara a cabo. En muchos otros casos, la capa superior de los campesinos medios, estando en algunas ocasiones en la dirección se las arregló para desviar el énfasis de la confiscación de la tierra hacia los allanamientos en las casas de los jotedares y le restaron importancia al trabajo. En algunos casos, de nuevo se desarrollaron agudas contradicciones entre los campesinos pobres y los campesinos medios en lo que respecta a la distribución de la tierra.
A pesar de todos estos errores, el pueblo ha estado defendiendo heroicamente los frutos que obtuvo a través de su lucha.
Por lo tanto, hemos decidido que, junto a las diez grandes tareas de los campesinos, debemos dar la mayor importancia a estas dos tareas y convertirlas en un arma para nuestra propaganda.


[1]    Jotedar – propietario de grandes extensiones de tierra.

[2]    lathi – garrote de bambú.

[3]    Kisan Sabha – organización campesina.

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